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¿Es Charles Leclerc un bluff para liderar Ferrari? Cuando a algunos se les va la pinza
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LOS ERRORES DEL MONEGASCO

¿Es Charles Leclerc un bluff para liderar Ferrari? Cuando a algunos se les va la pinza

Leclerc cometió un error con graves repercusiones para el título. Pero el monegasco no es una excepción bajo semejante presión, con un Ferrari que tampoco le facilita la vida en 2022

Foto: Ferrari se volcó para arropar a Leclerc tras su error (Scuderia Ferrari)
Ferrari se volcó para arropar a Leclerc tras su error (Scuderia Ferrari)

Contaba Toni Nadal, tío y entrenador de Rafa Nadal, que en un partido concreto de su infancia estaba siendo vapuleado por otro tenista. Su sobrino buscaba una y otra vez las razones de su mal juego en sí mismo, sin encontrar la forma de enmendarlo. Al final del partido el tío descubrió que el jovencísimo Nadal había jugado casi todo el encuentro con la raqueta rota.

Aunque Charles Leclerc no tenía una raqueta rota en las manos, destacó su singular reacción tras el error que le costó una posible victoria en el Gran Premio de Francia. El grado de dignidad, contrición y humildad que mostró no abunda en un piloto ante un error propio. En Italia, hubo medios que pasaron del elogio a la cachiporra en pocos días, dudando incluso algunos de la capacidad de Leclerc para liderar a Ferrari. Algún medio sensacionalista británico llegaba a dudar que sus dos pilotos sean capaces de ganar títulos por ser majos, y por ello, exentos de instinto 'killer'.

Exageraciones puntuales al margen, la realidad es que el monegasco no difiere de otros pilotos de su categoría, empezando por su rival directo, Max Verstappen. Aunque el error de Paul Ricard haya añadido otro ladrillo a esa percepción de ser propenso a los errores más inesperados que le acompaña en paralelo a su singular talento al volante, si algo distingue también a Leclerc es la capacidad para asumir la presión y de reacción ante sus errores.

Como el pequeño Nadal

En un mundo donde la más dura coraza psicológica forma parte indispensable en la panoplia de un piloto, Leclerc asumió su error con unos términos inusuales en la sin caer una retahíla de explicaciones técnicas o excusas.

"Es mi culpa y si sigo cometiendo errores como este, entonces no merezco ganar el campeonato", reconocía con singular crudeza ante las dudas de una posible 'raqueta rota' con el acelerador de su monoplaza. "Estoy perdiendo demasiados puntos, creo que siete en Imola, 25 aquí porque, sinceramente, hoy fuimos el coche más fuerte en la pista. Entonces sí, si perdemos el campeonato por 32 puntos al final de la temporada (incluyendo los de Imola), sabré de dónde vienen. Y es inaceptable". Al día siguiente de su error en Imola incluso llegó a publicar un mensaje en las redes sociales pidiendo disculpas al equipo y los aficionados italianos.

Como el pequeño Nadal, Leclerc no se acogió a la situación del campeonato, en gran parte responsabilidad del equipo y no tanto del piloto. Leclerc admitía la tremenda rivalidad con Red Bull, que le somete a una presión extrema en todo momento. En la pista, el monegasco intentaba evitar el 'undercut' de Red Bull y debía tirar como un poseso para no perder la victoria. Porque, en un contexto más amplio, las averías mecánicas de Montmeló y Bakú y los errores estratégicos de Mónaco y Silverstone le arrebataron varias victorias. El monegasco corre así a la contra para recuperar terreno, sin el margen que actualmente disfrutan Red Bull y Verstappen, mayor aún tras el pasado fin de semana.

No todo es responsabilidad del piloto

Por otro lado, para Leclerc es su primera lucha directa por el título, a diferencia de Verstappen, con algunos años más incluso de presencia en la Fórmula 1 que el monegasco (Debutó en 2015, Leclerc en 2018). Los errores bajo esta singular presión son inevitables. Verstappen mostró una consistencia impresionante en 2021, aunque algunos fallos también cayeron de su parte, aunque camuflados en ocasiones en el cuerpo a cuerpo con Hamilton. Además, el holandés también acumuló una buena bolsa de errores hasta lograr el título. Por ejemplo, cuando encadenaba uno tras otro en la primera parte de 2018. En una rueda de prensa llegó a amenazar a aquel periodista que se atreviera a recordarle el tema. Por aquel entonces los errores se justificaban en la 'impaciencia' de su carácter ganador.

Con la 'raqueta' en las manos, a Leclerc le distingue una habilidad malabarística al volante, un artista en la dosificación combinada de volante y pedales, singularmente apta para un F1-75 caracterizado por su tendencia a soltar inesperadamente el eje trasero. Sainz conoce cómo muerde esa tendencia, que Leclerc también sufrió inesperadamente en Paul Ricard. Tampoco es la primera vez que el monegasco se corta en ese filo de su propia navaja. El famoso accidente en la Parabólica de Monza en 2020 fue un ejemplo arquetípico de esos errores que también distinguen al monegasco y cuya cuenta aumentaba en Paul Ricard.

Las próximas carreras confirmarán esa capacidad de recuperación y madurez que destacan en Charles Leclerc quienes le rodean en Ferraro. El monegasco reconoce su estabilidad de carácter y ánimo, aunque nunca se le había visto reaccionar como el pasado domingo. Sin embargo, otra lección a su error fue el formidable apoyo recibido de parte de Mattia Binotto y todo el equipo, incluido Carlos Sainz. En tales situaciones también se puso de relieve que Charles Leclerc está en buenas manos.

Contaba Toni Nadal, tío y entrenador de Rafa Nadal, que en un partido concreto de su infancia estaba siendo vapuleado por otro tenista. Su sobrino buscaba una y otra vez las razones de su mal juego en sí mismo, sin encontrar la forma de enmendarlo. Al final del partido el tío descubrió que el jovencísimo Nadal había jugado casi todo el encuentro con la raqueta rota.

Charles Leclerc Rafa Nadal Mattia Binotto
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