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Por qué las segundas partes de Schumacher y Alonso no tienen nada que ver
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LOS AÑOS INFLUYEN EN EL PILOTO

Por qué las segundas partes de Schumacher y Alonso no tienen nada que ver

A menudo se comparan los efectos de la edad en los regresos a la Fórmula 1 de dos grandes campeones que en el primer caso resultó un fracaso y en el segundo podría no serlo

Foto: Schumacher y Alonso en el pódium de Valencia 2012. (EFE/Kai Försterling)
Schumacher y Alonso en el pódium de Valencia 2012. (EFE/Kai Försterling)

En teoría, la fecha inicial de retirada anunciada por Fernando Alonso coincidirá con la de Michael Schumacher, cuando ambos pilotos hayan cumplido 43 años. Aunque el español ha abierto la puerta a estirar el chicle hasta los 44 si las cosas van bien, pero es inevitable que la edad empiece a hacer mella en el rendimiento del asturiano. Sin embargo, él mismo ha anunciado que será el cronómetro quien le retire el día que vea que no puede estar a la altura de sus rivales. De momento no muestra el mínimo signo de declive, ya que está pilotando a un nivel excepcional.

En la reciente entrevista que Ottmar Szafnauer concedía en exclusiva a El Confidencial, al ser preguntado sobre las dudas para firmar un contrato de larga duración con Fernando Alonso, el jefe de Alpine F1 ponía como ejemplo la incapacidad de un Michael Schumacher con 43 años de estar a la altura de Nico Rosberg, dando por hecho que lo habría batido sin problemas si tuviera 38. Aunque nunca sabremos el resultado de esa comparativa, quizás Szafnauer acierte cuando afirma que difícilmente Nico habría superado a un Michael en su cénit.

Foto: El director deportivo de 'Alpine', Otmar Szafnauer. (Reuters/Anton Vaganov)

Sin embargo, es mucho más matizable su extrapolación a la situación de Fernando Alonso y su edad, porque el escenario al que se tuvieron que enfrentar el asturiano y el alemán en sus retornos a la competición fue radicalmente diferente. En ambos casos, los cambios en la competición o la ausencia de ellos influyeron más que el paso del tiempo para seguir siendo competitivos.

A diferencia de Schumacher, Fernando tuvo una intensa actividad competitiva fuera de la Fórmula 1, pero no tuvo nada fácil su regreso y tardó cerca de media temporada en encontrar su mejor versión, permitiendo ver en ya 2022 de nuevo al Alonso de los mejores tiempos. Si esto le ocurrió al piloto español, pese a no haber dejado de competir, cómo no iba a sucederle al alemán, cuyo retiro durante tres años fue total. Pero hubo un factor mucho más importante: los cambios reglamentarios.

Problemas en el regreso

De la Fórmula 1 que dejó Alonso en 2018 a la que se encontró en 2020, el mayor cambio que encontró fue el de los compuestos de neumáticos. Incluso para alguien de su experiencia, aclimatarse y encontrar la quintaesencia competitiva de su coche llevó su tiempo. En el caso de Schumacher, absolutamente todo había cambiado desde su retirada en 2007 hasta que regresó tres años después en 2010. Crucialmente, todos los cambios que había experimentado la Fórmula 1 atacaban directamente las áreas donde el mito alemán cimentó su dominio y su leyenda.

De entrada, Mercedes en 2010 era un buen equipo, pero nada que ver con la apisonadora en la que se convirtió a partir de 2015 con la reglamentación híbrida. Sin embargo, el problema de Schumacher no era que no ganara carreras como en el pasado, sino que habitualmente era dominado por su compañero de equipo Nico Rosberg, algo que jamás le había sucedido a lo largo de su carrera deportiva.

Foto: Extreme-e del equipo X44 de Lewis Hamilton

Rápidamente, se achacó a la edad el problema. Poco más o menos, que estaba acabado. Sin embargo, en su última temporada (2012), ‘Schumi’ era capaz de lograr proezas como la 'pole position' en Mónaco, y estaba habitualmente más cerca de Nico Rosberg que en su temporada de regreso. El argumento de la edad no terminaba de encajar. Nico Rosberg era además un extraordinario piloto, tal y como su Campeonato del Mundo refrendó posteriormente. Por tanto, era evidente que había algo más.

Aparte de su indiscutible talento, Michael Schumacher marcó en la Fórmula 1 un antes y un después en muchos apartados. Tal éxito tuvieron sus métodos y las ventajas competitivas de su equipo que, ante su apabullante dominio, la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) intervino para cortar las alas a Ferrari, bajo el argumento de la reducción de costes. Tras la crisis de 2007 era necesario tomar medidas de choque para rebajar los costes de la competición, pero casualmente (o no) atacaban directamente las ventajas que hicieron imbatible a Ferrari en sus años de dominio con el káiser: limitación de entrenamientos privados, proveedor único de neumáticos (Pirelli) y prohibición total de desarrollo propio de la gestión electrónica del motor.

Demasiados cambios

Cuando Bridgestone peleaba frente a Michelin, el fabricante nipón no solo mantenía una relación privilegiada con Ferrari, sino que desarrollaba unos compuestos que se ajustaban específicamente al muy particular modo de conducir del alemán, con un subviraje muy pronunciado. Daba igual que ese neumático no encajara a los pilotos de otros equipos, porque el objetivo era que Ferrari y Schumacher tuvieran exactamente lo que necesitaban

Algo parecido sucedía con la electrónica, donde el proveedor de Ferrari, Marelli, también desarrollaba todo su software de gestión adaptado específicamente a las necesidades de entrega de potencia del piloto alemán. Cuando regresó a la competición, la ECU (Centralita electrónica) era común para todos los equipos, con un funcionamiento además completamente diferente al que estaba acostumbrado.

La prohibición obligaba a los pilotos a sustituir las jornadas de pruebas en circuito por horas en el simulador

Sin embargo, de todos los cambios, el que más directamente impactó en Schumacher fue la prohibición de entrenamientos privados. Ferrari contaba con la ventaja respecto a otros equipos de tener dos pistas de desarrollo propias (Mugello y Fiorano). La prohibición obligaba a los pilotos a sustituir las jornadas de pruebas en circuito por horas en el simulador. Aquí que la situación pilló a Schumacher mayor y desentrenado para realizar esa transición. Por mucho que los simuladores reproduzcan con toda fidelidad hasta el último detalle de coche y pista, su manejo requiere de una técnica especial para la que se necesitan muchas horas, incluso años.

Para Alonso, aquellos cambios que tanto afectaron a Schumacher se asimilaron de forma natural, en parte porque tenía 12 años menos que el piloto alemán y su proceso de aprendizaje fue paralelo al desarrollo de su carrera deportiva. Por ejemplo, la nueva normativa aerodinámica y de neumáticos introducida esta temporada ha sido igual para toda la parrilla, y con todo el bagaje acumulado la temporada anterior, Alonso no empezaba de un folio en blanco y sí con todos los datos comparativos necesarios. Ciñéndose, por tanto, exclusivamente al factor edad, Schumacher demostró a los 43 años que, cuando estaba en su salsa todavía, seguía poniendo firmes a los jovencitos. Fernando Alonso, con una ética de trabajo muy similar a la del alemán, también puede hacerlo. De hecho, Aston Martin le ha fichado por tres años.

En teoría, la fecha inicial de retirada anunciada por Fernando Alonso coincidirá con la de Michael Schumacher, cuando ambos pilotos hayan cumplido 43 años. Aunque el español ha abierto la puerta a estirar el chicle hasta los 44 si las cosas van bien, pero es inevitable que la edad empiece a hacer mella en el rendimiento del asturiano. Sin embargo, él mismo ha anunciado que será el cronómetro quien le retire el día que vea que no puede estar a la altura de sus rivales. De momento no muestra el mínimo signo de declive, ya que está pilotando a un nivel excepcional.

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