Por qué el Joan Barreda menos favorito de la historia puede ganar, por fin, su primer Dakar

Nadie discute el talento como piloto de motos de Joan Barreda (Torreblanca, Castellón 1983). Cuando 'BangBang' está enchufado y acaba las etapas, lo raro es que no lo haga en primera posición. No en vano es el tercer piloto de la historia del Dakar con más victorias de etapa (29), solo por detrás de Stephane Peterhansel y Cyril Despres (33). Sin embargo, aunque hasta sus rivales reconozcan que en velocidad pura el castellonense no tiene rival, el Dakar también es una prueba que penaliza cruelmente a los pilotos que no se guardan algo en la mochila.

Su tortuoso último Dakar, donde logró igualar su mejor puesto en la general (5º), pasó una factura terrible en cuanto a lesiones. Junto a la rotura de clavícula al término de la carrera, descubrió que, además, tenía una fractura de pelvis. Unos dolores espantosos, que aunque no le impidieron heroicamente terminar la carrera, hicieron replantearse a Barreda muchas cosas al regresar a España. Se necesitaba mucho tiempo para recuperarse y, voluntariamente, el castellonense empezó a asumir que el momento de la retirada había llegado y había que empezar a pensar en un futuro profesional alejado del manillar. Todo asumido con naturalidad y sin dramas, pero sabiendo en el fondo que quedaba una asignatura pendiente: la victoria absoluta en el Dakar.

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"Conseguir el récord de victorias de etapa este año será difícil", explica Barreda a El Confidencial. "No es algo a lo que siempre haya apuntado pero, más que eso, mi objetivo es luchar por el Dakar. Y no quiero abandonar mi estilo. En condiciones normales, tenemos una oportunidad. Hay un grupo de cinco o seis corredores que pueden ganar. Todos son excelentes navegantes, rápidos y experimentados. Me he preparado para llegar al Dakar listo para estar en ese grupo de pilotos con posibilidades reales de ganar. En última instancia, debes evitar errores, perder el menor tiempo posible con la navegación y estar bien posicionado".

Siempre al ataque

En esta ocasión, es más que posible que por primera vez a Barreda le gane la cabeza al corazón. Y esa es su principal baza. Es paradójico, pero el mejor Joan Barreda en modo ganador de un Dakar, lo vimos cuando estaba mermado físicamente. Llegando a correr en ocasiones, incluso, solo con una mano (cuando se le salió su maltrecha clavícula), hizo un final extraordinario a base de no cometer errores. Esa fue la mejor enseñanza de la última edición y puede que sirva para que pilotando a lo Peterhansel llegue por fin la ansiada victoria.

Siempre se ha especulado con una cierta ayuda de la organización hacia Stephane Peterhansel para que haya dominado con mano de hierro el Dakar de la forma que lo ha hecho tanto en motos (6 victorias) como en coches (8). Pero hay algo indiscutible y es que nadie ha sido capaz de leer nunca la prueba como el francés. No se trata de ser el más rápido, sino de ser el que menos errores comete. Y no es que 'Mr. Dakar' no sepa ir rápido, sino que se trata de saber cuándo hay que hacerlo. Fue aquel muro frente al que tantas veces se estrelló en su día Nani Roma, a pesar de ser regularmente más rápido que Peter. Cuando finalmente asumió el catalán que había que cambiar el chip, fue cuando ganó su primer Dakar. Barreda puede haber llegado a esa misma situación.

La nueva vida como privado

Parece un poco aventurado pensar que Barreda pueda ganar su primer Dakar, máxime cuando va a correr por primera vez en mucho tiempo fuera de un equipo oficial. Su larga recuperación y su negativa a participar en otras pruebas que no fuera esta, hizo que Honda le sustituyera en el equipo oficial por Adrian van Beveren. Sin embargo, la marca japonesa, en recompensa por los servicios prestados y por la confianza en su talento, le ha proporcionado una moto idéntica a las oficiales, aunque será gestionada en una estructura independiente. Desde el punto de vista de la competitividad, al de Castellón no le va a faltar moto, pero al no ir dentro de la organización oficial tendrá que andar más precaución porque, como piloto privado, los problemas en carrera se magnifican. Bien de todos modos por Honda y el patrocinador Monster por hacer con Joan una excepción que suele ser bastante inhabitual.

El piloto español sabe que muy probablemente que esta sea su última participación en el Dakar y se ha preparado a fondo para ello. Una vez recuperado de sus lesiones, ha estado haciendo un duro plan de entrenamiento en dunas, primero en California y luego en Marruecos. Ha trabajado mucho la navegación con libros de ruta complejos, porque con los 42 minutos perdidos en la segunda etapa del año anterior es muy consciente de que ahí es donde perdió todas sus opciones. Se pudo comprobar tanto en motos como en coches, que ir demasiado rápido en muchas ocasiones era más que perjudicial. Solo pudo recuperar el déficit en nada menos que 30 minutos a base de asumir enormes riesgos y castigar mecánicamente a la moto mucho más de lo recomendable.

Quizá sea algo impropio para Barreda ir de amarrategui, no machacar a los rivales abriendo ruta o ir a rueda de otros pilotos esperando el momento de dar el hachazo. Pero, a veces, de una situación aparentemente desfavorable puede nacer una bendición disfrazada. Obligado por el recuerdo de sus lesiones o por su nueva situación de piloto privado, es posible que ahora esté en la mejor situación que haya estado nunca para ganar la prueba. Mal harán en subestimar a 'BangBang', porque conserva su pistola para disparar y al igual que le ocurrió al policía Shaft cuando le quitaron su placa de oficial, él podrá preguntar desafiante: '¿Creéis que eso me hace más o menos peligroso?'.