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Adiós a Ken Block, el gran disruptor que creó un antes y un después en el automovilismo
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UN LEGADO DESCOMUNAL

Adiós a Ken Block, el gran disruptor que creó un antes y un después en el automovilismo

Era una comidilla habitual entre los medios especializados y la afición más tradicional a los 'rallies' el subestimar los méritos de Ken Block

Foto: Ken Block, en una foto reciente. (Reuters/Paul Harding)
Ken Block, en una foto reciente. (Reuters/Paul Harding)

Era una comidilla habitual entre los medios especializados y la afición más tradicional a los rallyes, el subestimar los méritos de Ken Block. El carismático deportista estadounidense tristemente fallecido ayer a los 55 años en un accidente con una moto de nieve, nunca dejaba a nadie indiferente. El calificativo más habitual que se le atribuía de forma despectiva, era el de showman, nunca considerándole un piloto profesional propiamente dicho. Y aunque Block no pasará a la historia por su palmarés deportivo, también es importante que la gente no se equivoque: nadie que entra en un Top 10 de una prueba del mundial de rallyes es un ‘paquete’ y el estadounidense lo consiguió hacer en varias ocasiones. Block fue un buen piloto. Fin.

Ese resquemor hacia su figura, a menudo incluso por parte de muchos pilotos, tenía su origen en la fama mundial que tenía, que a menudo superaba a la de los propios campeones del mundo. Igualmente, manejaba unos presupuestos de patrocinio, que ni soñando podían disponer la inmensa mayoría de los participantes en Rallyes a nivel mundial. El pecado de Block, era poseer una visión del mundo de la comunicación y los negocios, que carecía el común de los deportistas. Y no solamente del automovilismo, sino incluso de los deportes de acción en general. Su ejemplo sirvió de luz a infinidad de deportistas a la hora de gestionar sus patrocinios.

placeholder Block, nunca alcanzó resultados especiales en el mundial de rallyes, pero demostró dar la talla ante la élite mundial (EFE/Nikos Mitsouras)
Block, nunca alcanzó resultados especiales en el mundial de rallyes, pero demostró dar la talla ante la élite mundial (EFE/Nikos Mitsouras)

Una llegada tardía

La carrera de Ken Block en los Rallyes comenzó en 2005, ya cerca de los 40 años. A una edad en la que la mayoría de los pilotos encaran el camino de la retirada, el norteamericano daba, sin embargo, sus primeros pasos. Únicamente por este factor, habría que conceder un mérito especial a alguien que comienza de forma tan tardía, pero para Block, hasta el día de su fallecimiento, la edad solo era una simple cifra en su carnet de Identidad. Su habilidad al volante se forjó a lo largo de muchos años practicando deportes de deslizamiento como el skate, el snowboard o el motocross. Todos esos años de adrenalina, le ayudaron sin duda a desarrollar el sentido del equilibrio necesario, para gozar del extraordinario control del coche que poseía. Su llegada tardía también tuvo una explicación profesional, porque solamente se produjo cuando vendió por 85 millones de dólares DC Shoes, la empresa que había fundado con dos amigos en 1984.

Block podía haberse limitado, en aquel momento, a desarrollar una actividad similar a la de muchos gentleman drivers, que una vez alcanzado el éxito profesional y económico, se limitan a competir en automovilismo sin mayor pretensión que disfrutar. Sin embargo, pese a los comienzos tardíos, su participación en los Rallies fue enfocada desde el absoluto profesionalismo y gracias a ello, comenzaron a llegar las primeras victorias en el campeonato norteamericano de la especialidad. Obviamente, el nivel en América de las competiciones tipo Rallye está por debajo del europeo, pero aun así, luego hay que dar la talla en los tramos cronometrados.

Foto: Albert Llovera, con su sobrina y copiloto, Margot Llovera. (Ford Trucks)

Precisamente, la escasa difusión de los Rallyes en EE.UU. hizo pensar a Block que para movilizar grandes presupuestos, necesitaba dar difusión a sus patrocinadores fuera de las competiciones. Era la única forma de conseguir un ROI (Retorno de la Inversión) a la altura del dinero solicitado. De ahí nació el concepto Gymhana, que en forma de videos pensados para hacerse virales en las redes sociales, logró a través de sus nueve producciones registrar más de 500 millones de visitas a nivel mundial. Ni el propio mundial de Rallyes acumulando todos sus videos publicados esta última década se acercó a semejantes cifras.

No hay escuela de negocios, que no ponga de ejemplo los videos de Ken Block como el absoluto referente de lo que debe ser una correcta estrategia de activación de un patrocinio. El californiano aplicó a pie juntillas en su estrategia comercial famoso refrán de ‘Si Mahoma no va a la montaña, que la montaña vaya a Mahoma’. Es decir, si no vas a conseguir que millones de personas vean los adhesivos de tu coche en un tramo de rally, crea el contenido lo suficientemente atractivo para que los números se produzcan. A la estela de Block multitud de deportistas aplicaron sus recetas, pero él fue el primero en identificar el emergente poder de YouTube como canal de difusión, mientras la mayoría seguía pensando en las revistas o la televisión convencional.

placeholder Siempre innovando, Block convenció a Audi para desarrollar toda una nueva hornada de contenidos basados en la electrificación (Hoonigan)
Siempre innovando, Block convenció a Audi para desarrollar toda una nueva hornada de contenidos basados en la electrificación (Hoonigan)

Para Ken Block resultó de gran ayuda vivir de cerca el declive de una gran marca de los deportes de acción en los años noventa llamada No Fear. Los propietarios de esta marca eran californianos como él y con mucho interés también en las carreras de coches. Pero a diferencia de Block, la financiación de sus actividades deportivas, a cuenta de los presupuestos de la empresa, acabó afectando a la rentabilidad de la compañía. Block, cuando vendió DC Shoes se quedó como accionista minoritario y utilizó el patrocinio, no como mero elemento financiador de sus competiciones, sino como una herramienta real de impulsar las ventas de la marca. Y a fe que lo consiguió, pues pasó de ser una marca de nicho en el mundo del snowboard, a un nombre importante a nivel mundial en el calzado deportivo.

Siempre un paso por delante

Block, podía haberse limitado a participar en un campeonato de Rallyes menor como el norteamericano, pero tuvo la valentía de probarse en el Mundial de Rallyes primero y el campeonato del mundo de Rallycross después. A sus 55 años seguía compitiendo ya solamente a nivel nacional, pero de su cabeza seguían saliendo proyectos a cuál más innovador y disruptivo. De hecho, cuando su concepto Gymkhana está sobadísimo por la legión de imitadores que surgió a su estela, dio una vuelta de tuerca al concepto hasta el punto que convenció a la propia Audi, para que diseñara un coche eléctrico específicamente diseñado para sus nuevas producciones videográficas.

Esta filosofía de ir siempre un paso por delante del resto, le llevó al piloto norteamericano a experimentar con otras disciplinas que sumaran espectacularidad a sus producciones, entre las que se encontraban las motos de nieve, donde fatalmente encontró la muerte. Aunque se desconozcan las circunstancias concretas del accidente, parece claro que Block, al igual que le pasa a muchos deportistas, es gente que solo saben hacer las cosas al límite. El principal problema de esta filosofía de vida, es que el peligro acecha con mucha mayor fiereza cuando parece que no hay peligro. Si en la actividad deportiva habitual, se tiene un control exhaustivo de las medidas de seguridad, inevitablemente se baja inconscientemente la guardia cuando se sale del territorio conocido.

Foto: Kuru Villacieros, en acción. (Archivo KV)

Guste o no a los puristas, el legado de Ken Block en el deporte en general y el automovilismo en particular es descomunal. Gracias a él, millones de personas que jamás se habrían interesado por un coche de carreras de repente giraron sus ojos hacia sus acrobacias. En el mundo del marketing y la comunicación se puede decir claramente que Block fue uno de los mejores ejemplos de la transición de la ‘vieja escuela’ a la era digital. Solamente por lo mucho que inspiró a tanta gente en el mundo, su prematura desaparición lo elevará a categoría de mito. Y merecidamente. Descanse en paz.

Era una comidilla habitual entre los medios especializados y la afición más tradicional a los rallyes, el subestimar los méritos de Ken Block. El carismático deportista estadounidense tristemente fallecido ayer a los 55 años en un accidente con una moto de nieve, nunca dejaba a nadie indiferente. El calificativo más habitual que se le atribuía de forma despectiva, era el de showman, nunca considerándole un piloto profesional propiamente dicho. Y aunque Block no pasará a la historia por su palmarés deportivo, también es importante que la gente no se equivoque: nadie que entra en un Top 10 de una prueba del mundial de rallyes es un ‘paquete’ y el estadounidense lo consiguió hacer en varias ocasiones. Block fue un buen piloto. Fin.

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