Fernando Alonso o la importancia del oficio en los test de pretemporada en Baréin

"Fernando está listo, el coche no. Diez minutos antes de la salida, ya está allí con su casco y esperando para subir". Esta es una frase del director deportivo del equipo Aston Martin, Andy Stevenson, que ejemplifica perfectamente las emociones que desprende el piloto español. En el momento de comenzar su vigésima temporada en Fórmula 1, al bicampeón mundial se le ve con la ilusión de un principiante y con la confianza de quien sabe que podría tener material para soñar con cosas importantes.

Nunca está de más insistir en la prudencia a la hora de extraer conclusiones de los test de pretemporada. Es temerario a tenor de unos cronos lanzar las campanas al vuelo con la posibilidad de tener un coche potencialmente ganador, pero sí parece que al menos se dispone de un monoplaza que responde bien a las evoluciones y que ha dado un clarísimo paso adelante respecto a su situación en 2022. No solo es cuestión de que se haya dominado el temible efecto rebote que causó terribles quebraderos de cabeza a Aston Martin hace un año por estas fechas. Lo bueno de la presente pretemporada para el equipo británico es que todo está funcionando como un reloj, algo vital para extraer el máximo partido de unos test reducidos a la mínima expresión.

Realmente resulta un poco absurdo dejar solo tres días para preparar máquinas y pilotos para una temporada que será la más larga de la historia. Por ello, los ingenieros no pueden desperdiciar ni una sola vuelta de las que tengan a su automóvil y de ahí surgió la necesidad de que, en la jornada clave de test, no estuviera presente Felipe Drugovich y fuera Fernando Alonso el que se echara a sus espaldas todo el trabajo del día. Para analizar con precisión los datos, los ingenieros no deben nunca dudar si las décimas que faltan se deben a carencias puntuales del piloto o del coche. Felipe Drugovich tiene los mimbres para convertirse en un buen piloto, pero en la mañana del jueves demostró estar aún muy verde con secuencias de tiempos muy inconstantes.

El valor de la experiencia

Y es que no se pueden pedir tampoco milagros a un debutante. Fernando Alonso, además de su inmensa experiencia, estuvo hace apenas una semana rodando con el Aston Martin del año pasado probando las carcasas de Pirelli para 2024. Para Drugovich todo es nuevo, más aún teniendo en cuenta que aterrizó en estos test de pretemporada en paracaídas como consecuencia del accidente en bicicleta de Lance Stroll. Es lógico que sus tandas fueran muy irregulares a diferencia de las de Fernando Alonso, que siempre es constante como un martillo pilón. Vean, por ejemplo, esta secuencia en los cronos del español con el neumático medio para ejemplificar lo mucho que ayuda a un ingeniero para saber dónde está la situación real de su coche: 38.60, 38.70, 38.73, 38.62, 38.70, 38.66. Seis vueltas seguidas, todas en la misma décima de segundo, reflejan de forma cristalina dónde está el rendimiento real de un coche a la hora de analizar una configuración concreta.

Alonso completó nada menos que 130 vueltas (casi el equivalente a dos Grandes Premios) al volante del AM23. El asturiano acabó el jueves con la segunda vuelta rápida del día y este viernes lo hizo con la tercera, confirmando las buenas sensaciones generales que desprende el proyecto de Aston Martin. El lenguaje corporal de los equipos y pilotos no engaña y es una de las mejores formas de comprobar si el rendimiento de sus coches corresponde a sus expectativas. Al igual que en otros equipos como McLaren o Mercedes se perciben repetidos gestos de incomodidad, en Aston Martin dan la sensación que las cosas marchan acorde al plan.

Hay pilotos como Nico Hulkenberg o George Russell que corroboran las buenas sensaciones que desprende el Aston Martin: "A Fernando se le ve increíblemente redondo y limpio. Otros tienen que trabajar más en el volante", afirmo el piloto de Haas, mientras que el de Mercedes destacaba el equilibrio general del coche cuando pudo rodar detrás de él. La vuelta rápida de Fernando Alonso se quedó a 0.595 segundos del mejor crono del día establecido por Guanyu Zhou con Sauber, pero con una clara sensación de que todavía queda velocidad por destapar en el interior de su coche.

Fernando está feliz

"Sí, fue muy bien todo", dijo Alonso al término de la jornada. "Obviamente, fueron muchas vueltas con el nuevo coche, algo que era muy necesario. También para mí después de un largo invierno, porque lo que hice en Jerez realmente era con el coche antiguo y este se puede decir que es verdaderamente el primer día con muchas vueltas. Se aprenden muchas cosas y lo sentí genial, estoy feliz con el día de hoy".

El piloto más veterano de la parrilla no puede disimular el brillo en sus ojos ante la esperanza de volver a sentirse competitivo. Aunque resulte excesivamente aventurado, no sería descabellado pensar a tenor de la comparativa con las tandas largas que Red Bull ahora mismo es el coche más competitivo, seguido por Ferrari a unas tres décimas, aproximadamente, Por detrás, estaría Mercedes con una décima de retraso y luego tendríamos a Aston Martin a medio segundo de la cabeza de carrera. De confirmarse este pronóstico, la posibilidad de una victoria en condiciones normales se antoja imposible, pero al mismo tiempo sería la confirmación de que la progresión del equipo de un año a otro es espectacular.

"Solo falta medio día para este sábado por la tarde", explicó Fernando. "Obviamente, nos encantaría tener 10 días o 20 días de prueba, pero bueno, es lo mismo para todos. Va a ser muy emotivo para mí ser parte de Aston Martin por primera vez y estoy muy orgulloso de este equipo hasta ahora". El plan está claro, probar cosas generales en el coche por la mañana y recopilar todos los datos posibles para preparar al coche para una vuelta cañón por la tarde. Ahí sabremos más, si como decía el futbolista Chicharito Hernández, estamos en situación de "pensar en cosas chingonas" para la temporada 2023. La ilusión se mantiene.