Sainz, en el día del 'tifosi': "Me gustaría verme en el podio con toda la gente alrededor"

En estos tiempos donde existe un día mundial dedicado hasta para las cuestiones más inverosímiles, sorprende que no exista oficialmente el día del tifosi. A falta de ello, la jornada oficiosa donde el protagonismo recae sobre el incondicional seguidor Ferrarista se celebra en Monza el jueves previo al Gran Premio de Italia. Es el día donde existe esa pequeña oportunidad para ver y tocar de cerca a sus ídolos y, sobre todo, para soñar con esa victoria de los coches de Maranello.

Emilio de Villota, narraba para El Confidencial una anécdota correspondiente al jueves previo al Gran Premio de Italia de 1977 que refleja a la perfección la pasión y devoción con la que siempre se profesa la religión Ferrarista en Italia: "Estaba caminando para conocer la pista de Monza, porque nunca había rodado antes aquí y justo antes de la segunda variante, vi que unos jóvenes estaban tratando de saltar la valla para acceder al circuito. Seguí mi paseo, pero no pude evitar mirar hacia atrás para ver si finalmente habían logrado saltar y, efectivamente, aquellos jóvenes habían logrado su objetivo y estaban arrodillados besando el asfalto".

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Ferrari es perfectamente consciente de la importancia capital que tiene siempre el primer fin de semana de septiembre para sus seguidores y por ello reserva una sorpresa para ellos en este Gran Premio. Para Monza, era obvio que había que hacer un guiño con su histórico triunfo en las 24 horas de Le Mans, justo cincuenta años después de su última participación. Los monoplazas italianos llevarán unas franjas amarillas diagonales similares a las del prototipo 499P y los pilotos unos monos ignífugos y cascos de marcado tono vintage para celebrar el ilustre pasado en competición de la Scuderia.

Emociones a falta de resultados

Hay que reconocer, que en lo que se refiere a las emociones y el olfato comercial, los de Maranello son imbatibles. En cambio, en el rendimiento en pista no corren buenos tiempos para los del Cavallino. Como no puede ser de otra forma y respetando su tradición, Ferrari trae evoluciones y novedades técnicas para esta carrera, pero a tenor del dominio abrumador de Red Bull, parece difícil que una victoria vaya a ser posible.

Sin embargo, en Monza, los milagros a veces existen y para demostrarlo, ahí está la victoria lograda por Gerhard Berger y Michele Alboreto en 1988. Fue apenas unas semanas después del fallecimiento de Enzo Ferrari, en una temporada en la que los McLaren de Ayrton Senna y Alain Prost dominaban de forma más ofensiva que Max Verstappen en la actualidad.

"Hay más gente aquí que el año pasado y no lo estamos haciendo mejor que la temporada pasada. Esto sólo sucede en Monza", declaraba Carlos Sainz a su llegada al circuito. "Esto nos ayudará a ser competitivos de nuevo el próximo año. Estuve en el podio en 2020, pero sin público a causa del covid, me gustaría ver Monza desde el podio repleto de toda nuestra gente. Siempre trato de ser positivo antes de las carreras y en este circuito iremos con muchas expectativas".

Esperanza en ver la mejor cara del SF23

Lograr una victoria, según lo visto recientemente tanto por parte de Ferrari como de Red Bull, se antoja harto complicado. Sainz recuerda con acierto que en los últimos cinco años han ganado cinco pilotos distintos y como se ha podido ver a lo largo de la temporada, el rendimiento de los coches varía mucho de un circuito a otro. La cuestión es que si hay un coche cuyo rendimiento pasa de la gloria a la mediocridad de forma notoria, ese es el Ferrari. La esperanza de los tifosi, pasa porque el rendimiento del SF23 se parezca mucho más a lo visto en Spa-Francorchamps, que a lo mucho que se sufrió el pasado fin de semana en el circuito de Zandvoort.

Carlos Sainz demostró haber llegado muy enchufado después de las vacaciones y reconoce que le encantaría poder meter presión a Max Verstappen: "Creo que, bajo presión, Verstappen podría fallar. En realidad, no han estado sometidos a mucha presión. Incluso cuando se han sentido un poco presionados tampoco han fallado. Nosotros seguimos peleando en el mundial de constructores con Mercedes y Aston Martin, y creemos que podemos estar arriba si hacemos el trabajo a la perfección, aunque estamos usando las prácticas para probar distintas cosas".

El equipo transalpino quiere hacerlo muy bien ante su público, aunque la prioridad pasa porque el fiasco de esta temporada no se vuelva a repetir. Cada evolución, más allá de lo que pueda mejorar el coche actual, busca información relevante para aplicarla en el coche de la próxima temporada. "Creo que ya entendemos, lo que queremos introducir en el coche del año que viene y qué características queremos que tenga. No es ningún secreto lo que sufrimos en condiciones impredecibles. Estamos centrados en conseguir lo que buscamos, con trabajo en el simulador, en el túnel de viento, incluso quitándonos tiempo en los entrenamientos libres", asegura Sainz.

La religión Ferrarista espera un milagro de sus apóstoles Charles Leclerc y Carlos Sainz en Monza. Y ¿quién sabe? Ferrari ha ganado más veces en esta pista (19 veces) que en cualquier otro circuito. A menudo lo logró con coches que no eran en absoluto los más competitivos del momento. Cada cual es muy libre de tener fe. Pero no seremos nosotros quienes les agüemos la fiesta a los tifosi en su momento más especial del año.