"Estoy deseando ir a Las Vegas". El cuento de Pedro y el lobo de Fernando Alonso y Aston Martin

Del "¡Me siento vivo de nuevo!" de Zandvoort, al infierno de Austin y el Hermanos Rodríguez, para pasar sin solución de continuidad al éxtasis del pasado Gran Premio de Brasil, Fernando Alonso y Aston Martin han experimentado los mayores contrastes desde la vuelta del verano. Más dolorosos al tratarse del equipo revelación en la primera parte del campeonato.

De ese coche inconducible de México a la máquina que plantó cara a un Red Bull y subió y al podio gracias a su piloto, en Aston Martin defienden ahora haber recuperado el pulso y las razones de tamaña disparidad, protagonizando varias versiones del cuento de 'Pedro y el lobo' durante la presente temporada. ¿Cuál tocará el próximo fin de semana?

"Estaba un poco preocupado, sin duda, por las últimas carreras y para la parte final del campeonato. Ahora, sí, estoy deseando ir a Las Vegas. Es una energía muy diferente cuando tienes un coche con un alto rendimiento", se felicitaba Alonso tras el podio del José Carlos Pace. ¿Qué cabe esperar en las dos últimas carreras, Las Vegas y Yas Marina? Porque algunos antecedentes podrían arrojar ciertas sombras.

En Monza, así-así

El nuevo trazado es el segundo más largo del campeonato, con 6.120 metros de longitud. Cuenta con varias rectas, una de ellas de casi dos kilómetros, en la que se esperan velocidades de casi 350 km/h. Entre medias, varias curvas lentas que ofrecen un gran contraste para la configuración aerodinámica, aunque las primeras referencias aluden a que se usarán configuraciones de baja carga aerodinámica.

A lo anterior se sumarán factores a compartir por todos los equipos, es decir, la falta de referencias de puesta a punto y las temperaturas más bajas de la temporada, un tormento para tocar la tecla adecuada con el neumático.

Si Monza representara una referencia comparativa, allí Alonso se bajó destrozado de su monoplaza en un trazado de solo seis curvas, tal era el deslizamiento de un descargado AMR23 para compensar el ‘drag’ del monoplaza verde. “Sigue siendo un circuito que tememos”, anticipaba el español antes de la cita italiana. En los entrenamientos clasificó décimo, aunque muy descolgado. Al día siguiente terminó noveno. ¿Podría ser Jeddah otra referencia similar? Allí, el AMR23 fue muy competitivo. Pero eran otros tiempos.

Un gran error estratégico

Alonso conocerá mejor el paño para mostrarse más optimista para Las Vegas. "Tuvimos que experimentar un poco para entender realmente la dirección en la que íbamos y tenemos que ir también con el coche del próximo año, así que esas carreras fueron dolorosas, especialmente en México”, explicaba Alonso al terminar el pasado gran premio.

"Fuimos muy lentos como equipo, aunque fue bueno ver a todos en el equipo muy concentrado, fue magnífico ver la determinación para profundizar en el análisis y volver más fuertes en Interlagos".

Tom McCullough, uno de los responsables técnicos de Aston Martin, reconocía en Brasil que se habían ordenado las piezas revueltas tras el desbarajuste de Austin y el Hermanos Rodríguez. El equipo británico introdujo su última gran evolución aerodinámica en uno de los fines de semana menos propicios, con formato sprint. Idealmente, habría sido más idóneo haber incorporado el paquete antes de un triplete de grandes premios. Por las razones que fueren, quizás por menor capacidad logística o carencias estructurales, se trató de un gran error estratégico.

Frecuentemente, la retórica pública de los equipos sirve para ocultar o maquillar sus carencias. Era evidente que en su mezcolanza de piezas nuevas y antiguas y esquemas de puesta a punto para optimizar el monoplaza, el equipo técnico anduvo totalmente desorientado. Ese espléndido Alonso de Interlagos no podía mantener en la pista mexicana su monoplaza, tal era la descompensación de equilibrio de su monoplaza.

Los experimentos, con gaseosa

Sin embargo, en Aston Martin aprovecharon el batacazo para dejarse de experimentos. Que sus monoplazas tuvieran que acudir a la inusual decisión de sallir en dos ocasiones de boxes para modificar la puesta a punto del AMR23 ilustraba la errónea estrategia del equipo.

"Hicimos demasiado trabajo de pruebas y desarrollo delante de todos y durante dos fines de semana de carreras, lo que tal vez, en retrospectiva, no fue lo correcto". En realidad, lo mismo que han hecho otros tantos equipos. Pero, en el caso del británico, con pésimos resultados.

Fruto de los análisis posteriores al Gran Premio de México y a lógicas dosis de pragmatismo, Aston Martin decidió equipar al AMR23 con un paquete aerodinámico mixto, que incorporaba alguna de las novedades introducidas en Austin, lo que permitió una puesta a punto más acertada para la pista brasileña.

Volviendo a este próximo fin de semana, cabe recordar que el trazado brasileño se asemejaba más al de Zandvoort que al de este próximo fin de semana. Queda comprobar si este AMR23 será competitiva en Las Vegas o seguirá acusando algunas de sus lagunas como el drag y la dificultad de lograr un compromiso aerodinámico en trazados de diferencias muy acusadas en su recorrido.

Sin olvidar otro factor clave recordado por Alonso antes del pasado Gran Premio de Brasil, y determinante para su podio final: la posición de salida. El español salió entre los cinco primeros tanto en Zandvoort como en el José Carlos Pace.

¿Puede continuar el mismo estado de forma para estas dos últimas carreras? “Creo que sí. Al menos más cerca de estos que México, eso es seguro. Creo que hay un par de cosas que se han entendido dentro del equipo y la dirección a seguir”, remataba un Alonso recién bajado del podio.

"Teníamos algunas esperanzas para esta carrera y demostraron ser correctas. Y ahora, por qué no ser competitivos en los dos últimos grandes premios, aunque no sé si para el nivel del podio". Recordando algunas recientes carreras del pasado y el cuento de Pedro y el lobo, mejor tirar de prudencia.