Carlos Sainz en Imola: la incertidumbre de "ese par de problemas que nos iba a afectar"

Para ganar en la Fórmula 1 se precisa crear un buen coche a nivel técnico, pero también saber evolucionarlo y extraerle hasta la última gota de competitividad en cada circuito. Respecto a lo primero, Ferrari cuenta esta temporada con un gran monoplaza pero, en lo segundo, en Maranello tradicionalmente flojean y este año van camino de que no ser una excepción. Por mucho que quiera Frederic Vasseur maquillarlo, Ferrari sigue en el mismo sitio que antes de llegar a Imola: cerca del triunfo pero sin la capacidad de dar la estocada definitiva.

La temporada 2024 muestra que, en ritmo de carrera, Ferrari y Red Bull están muy a la par. Pero los monoplazas italianos tardan más tiempo que su gran rival en calentar los neumáticos, con dos consecuencias fatales: clasificar mal y quedar distanciados en carrera al comienzo del uso de los neumáticos. Problemas que han impedido hasta ahora a la Scuderia ganar carreras y, por lo visto en Imola, el tema no ha cambiado mucho a pesar de traer todo un paquete de mejoras.

Porque es el problema: tú mejoras, pero los otros no se quedan quietos, por lo que la distancia no se altera. No consuela que Mercedes o Aston Martin lo hagan mucho peor y que, cuando traen novedades, no solo no recuperan, sino que se hunden aún más. Ferrari ha creado un buen coche, pero McLaren también, y parece evolucionar más rápido y mejor que los transalpinos. No es, de hecho, nada aventurado decir que es ahora el mejor monoplaza en pista.

"Faltaba ritmo. Después de la clasificación, vimos un par de problemas que sabía que nos iban a afectar. Sabía que iba a ser una carrera dura, que nos iba a costar un poco. Hay que analizarlo con calma, porque no me puedo permitir una carrera tan aburrida en ese sentido de no poder luchar y con inconsistencias en el coche. Así que, entre el lado aerodinámico y el motor, ha habido alguna cosa que no ha funcionado y tendremos que mirar", explicaba un decepcionado Carlos Sainz.

Un mensaje enigmático

Son bastante enigmáticas las declaraciones del madrileño y un contraste enorme con esa cierta complacencia que respira Ferrari a nivel de comunicación. Desde el principio, se vio que Leclerc no podía seguir el ritmo de Lando Norris y, al tener Sainz justo a su espalda a Oscar Piastri con el otro McLaren, quedó claro que como el madrileño perdiera la rueda de su compañero de equipo, iba a ser presa fácil de su perseguidor.

Ferrari contribuyó al problema de que Sainz perdiera la cuarta plaza en favor de Piastri al dejar el coche en pista y entrar a cambiar neumáticos varias vueltas después del australiano, pero la cosa no hubiera cambiado mucho. Como pudo verse según avanzaba la carrera, el McLaren a día de hoy es más coche que el SF24. El podio de Leclerc es fruto de la penalización a Piastri, así que Sainz está donde le corresponde, excepción hecha de su compañero de equipo.

Es difícil descifrar la referencia de Sainz hacia ese 'par de problemas' que mencionaba de su coche, porque con el neumático duro y a final de carrera rodaba igual de rápido que Piastri. Habrá que esperar a Mónaco para averiguar la razón de las inconsistencias del coche. Aunque Ferrari siga teniendo difícil alcanzar la victoria, al menos es importante poder sentirse fuerte de nuevo frente a Leclerc. Puede también que las dudas vengan del piloto, pero si Sainz tiene algo en carrera es consistencia.

Falto de confianza

"No ha sido la carrera que me hubiera gustado tener delante de los tifosi. No puedo estar contento después de una carrera dura para mí. Tengo que revisarlo todo con el equipo para entender por qué no he estado a gusto, ni en la calificación, ni en la carrera, en lo que al ritmo se refiere", se lamentaba el español. Si no se encuentra a gusto con un coche que sí le daba confianza en las tres primeras carreras, no cabe otra opción que buscar entre las evoluciones incorporadas.

El resumen es que Ferrari debería de estar con McLaren. Si no aprovechas que un binomio tan fuerte como el de Max Verstappen y Red Bull está en apuros, te condenas a morir en la orilla, tal y como viene sucediendo desde 2008, cuando hay un coche potencial ganador. La distancia con el neerlandés empieza ya a ser significativa. No vale aplazar nada a 2025 con Lewis Hamilton en el equipo. Trenes como el de esta temporada no pasan muy a menudo.

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"Nos reagruparemos este lunes para empezar a prepararnos con miras a Mónaco y ojalá que podamos tener un mejor resultado ahí. La lucha en lo más alto se está estrechando y necesitamos seguir apretando", afirmaba Sainz. Parece difícil que las cosas cambien mucho en Mónaco porque, si la clasificación ha penalizado a Ferrari en Imola, este factor en el circuito de mayor dificultad para adelantar de la temporada se hará más notorio si cabe la semana que viene. No hay tiempo para cambios

Pero más allá de lo que concierne a su equipo, a Sainz le debe de preocupar qué sucede con su coche para pasar de dominar a su compañero a ser dominado por él. La mejor lectura es que, en los malos días se van sacando puntos, pero ni piloto ni equipo pueden seguir derrochando carreras cuando los actuales campeones del mundo son, por primera vez en mucho tiempo, verdaderamente vulnerables.