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"Dos décimas que duelen": Cuando Alonso y Sainz terminaron cabreados por razones muy opuestas
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los dos ferrari, fuera del Q3

"Dos décimas que duelen": Cuando Alonso y Sainz terminaron cabreados por razones muy opuestas

Fue una sesión clasificatoria loca e imprevisible, en la que los dos Ferrari cayeron de forma inesperada, con la recuperación de Aston Martin y un Alonso con sensación de oportunidad perdida, a pesar de que saldrá en sexta posición

Foto: Aston Martin se recuperaba en Montreal, con Alonso contrariado con la sensación de oportunidad perdida. (EFE/EPA/Shawn Thew)
Aston Martin se recuperaba en Montreal, con Alonso contrariado con la sensación de oportunidad perdida. (EFE/EPA/Shawn Thew)

El Gran Premio de Canadá gusta de ejercer como verso suelto en el calendario de la Fórmula 1, con carreras de diferente dinámica y resultados. El primer asalto de la presente edición tampoco desmerecía de tal condición.

George Russell y Max Verstappen, empatados hasta la última milésima en la primera fila. Cinco monoplazas diferentes entre los seis primeros clasificados y ninguno de ellos un Ferrari, que pasaba del fulgor de Mónaco a la medianía del Gilles Villeneuve. ¿Más descoloque? Daniel Ricciardo, en la quinta posición.

¿Fernando Alonso como Carlos Sainz? Cabreados al terminar la sesión, por razones y resultados diferentes. "Dos décimas que duelen un poco más", se revolvía el asturiano al terminar. Las que Alonso sentía haberse dejado para aspirar a dar el pelotazo; las que Sainz perdía en la última curva cuando estaba en la Q3.

Pérez, otra vez

La pista comenzó seca en la Q1 aunque con amenaza de lluvia para la Q3. A la postre, solo aparecieron algunas gotas al final de la Q2. El asfalto evolucionaba a la velocidad de la luz en cada vuelta y el primero en sufrirlo fue Sergio Pérez, que golpeaba su volante y halo con un monumental enfado cuando se supo atrapado de nuevo en el primer bloque por segunda vez consecutiva, manera nada halagadora de confirmar su renovación con Red Bull.

Nadie estaba seguro ante la evolución de la pista y la ruleta girando en la tabla de tiempos. Al menos, Aston Martin (incluyendo a Lance Stroll) presentaba su candidatura y se vislumbraba que tres o cuatro monoplazas diferentes aspiraban a la pole. Qué tiempos aquellos en los que Verstappen lograba una tras otra hasta llegar a Mónaco.

Hamilton, Russell y Mercedes salían del armario en Montreal, tomando cuerpo la pugna entre ambos por la pole. El británico soltaba un "Holy Moly" de alivio por la radio cuando casi termina estampado en la curva 4 durante la Q2. Le cubría su ángel de la guarda, visto el resultado final posterior. Fue entonces cuando saltó la primera gran traca desde Ferrari.

Batacazo de Ferrari

Sainz y Leclerc iban con la lengua fuera cada vez que marcaban su crono. Según fue evolucionando el asfalto en la Q2, más languidecían, hasta quedar colgando de la brocha en el crítico intento final de ambos pilotos. Sainz era octavo antes de empezar su última vuelta y fue en la última curva donde se fundieron sus opciones.

El madrileño venía en tiempos para clasificarse para la Q3 antes de afrontar la curva final, pero en la salida derrapaba ostensiblemente, perdía toda la inercia y las dos décimas necesarias. "Había empezado a llover en ese momento, venía en una vuelta jugándomela un poco por la lluvia y en la última curva estaba lloviendo ya bastante y lo he pagado", se lamentaba.

Sin embargo, en Ferrari lo veían venir. "Sabíamos desde los libres 3 que nos estaba costando mucho este circuito, quejándonos los dos coches del balance y del grip en general. Por alguna razón que no entendemos, los Ferrari no hemos ido bien en esta pista. Puede ser que nos costara calentar neumáticos, porque el usado o el nuevo, daba igual, porque era difícil de calentar", explicaba Sainz.

"Diré lo que quiera", captaban las cámaras al monegasco, cuando su asistente de prensa le mostraba en un móvil cuál era el mensaje a transmitir. "Hemos sido lentos todo el día", comentaba después, quien no ocultó sus gestos de rabia al bajarse de su coche.

"Tuve un problema con el sensor (de freno) como en los libres, que fue muy molesto, y luego la gestión de la sesión no fue la mejor. Ha sido una sesión dura, diría que nuestro principal problema es que no tenemos ritmo, vamos muy lentos en seco, pero no entendemos por qué. Es extraño pasar de un excelente fin de semana como el de Mónaco a tener dificultades aquí".

Alonso, rumiando lo que pudo haber sido

El asturiano tampoco se mostraba contento aunque, en su caso, más por la oportunidad que sentía perdida. Su contrariedad respondía más a la desilusión que a la decepción de fines de semana anteriores. Era la cuarta vez en la temporada que bajaba de la décima posición, igualando la sexta posición de Baréin.

"Ha sido difícil, difícil, porque hemos hecho bastantes cambios desde los terceros libres y para la crono ha sido… Hemos tomado algún riesgo de set up, y llovía, y dejaba de llover, nunca sabías las condiciones de la pista, y está todo tan apretado que con una décima te podías quedar fuera de la Q1, luego fuera de la Q2, y ahora en la Q3 podía cambiar todo completamente", explicaba, sin mostrar la satisfacción que se esperaría de la mejoría del sábado.

"Contento con el resultado, sexto, que después de las últimas carreras que salimos regular atrás... Pero viéndome a dos décimas de la pole y cómo iba el coche en esta sesión y cómo fue la vuelta (con un posible fallo en la segunda curva), creo que cerquita hubiésemos estado, si hubiese estado todo en su sitio...".

¿Y de cara a la carrera? "Estamos en una fase un poco experimental de reconducir el camino que perdimos en estas últimas pruebas, así que vamos a intentar hacer una carrera sin errores", apuntaba sobre el Gran Premio. "Puede llover, también hay previsión de lluvia para este domingo, así que habrá que estar atentos con qué neumáticos poner en cada momento, hacer una buena salida y ver".

"Estamos delante de gente buena, de Pérez, delante de los dos Ferrari que venían a ganar el Mundial después de Mónaco y todas estas cosas, así que vamos a hacerlo lo mejor posible, pero nos queda mucho camino...". Para terminar con el run run que le rondaba por la mente: "...Y estas dos décimas duelen un poco más". De confirmarse la amenaza latente de la lluvia, la carrera apunta a que el desmadre de Montreal no ha hecho sino empezar.

El Gran Premio de Canadá gusta de ejercer como verso suelto en el calendario de la Fórmula 1, con carreras de diferente dinámica y resultados. El primer asalto de la presente edición tampoco desmerecía de tal condición.

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