En carreras como Canadá es cuando hay que asomar la cabeza, pero Sainz se atascó

"No ha sido nuestro día". Así rezaban las primeras palabras de Ferrari en su comunicado oficial de prensa como en sus canales de redes sociales. Es cierto que no hubo ninguna circunstancia que favoreciera a la Scuderia a lo largo del fin de semana, pero también es verdad que ni pilotos ni equipo hicieron nada especial para merecerlo. Cuando las cosas se ponen cuesta arriba es cuando hay que dar un paso al frente asumiendo riesgos y no fallando en el intento. Y todo salió mal.

Desde el Gran Premio de Bélgica de 2021, no pasaban los dos Ferrari el corte de la segunda fase de clasificación. Una situación anómala a más no poder después de la exhibición dada por los del Cavallino en Mónaco, donde ganó Charles Leclerc y Carlos Sainz acabó tercero. Pero el fiasco de la mala posición en la parrilla de salida no solo no se enmendó, sino que ninguno de los dos coches rojos acabó la carrera. El primero de los equipos punteros que suma un doble cero en lo que va de temporada.

Es cierto que Mónaco y Canadá no pueden ser más diferentes como circuito, pero aun así la debacle Ferrarista no se explica solo con un rendimiento por debajo de lo esperado del coche. El propio jefe de Ferrari, Frederic Vasseur, reconocía errores tanto de su equipo como de sus pilotos. "El nuevo asfalto y el clima son iguales para todos. No son las condiciones (climatológicas) las que nos han hecho daño, nos hemos hecho daño nosotros". El problema es que Ferrari, no puede permitirse estos fallos cuando Max Verstappen y Red Bull son vulnerables por primera vez en mucho tiempo.

Es posible que al coche le faltara competitividad, pero no entrar entre los diez mejores fue culpa de los pilotos. Carlos Sainz reconocía que un fallo en la última curva del circuito le quitó las dos o tres décimas que le hubieran permitido pasar el corte. Si el madrileño acabó duodécimo, solo una décima por detrás de su compañero de equipo, es evidente que al monegasco no le salió tampoco una vuelta perfecta. Es cierto que eran unas condiciones donde era muy fácil fallar, ahí está la decimoséptima plaza de Checo Pérez para atestiguarlo pero, como decía Frederic Vasseur, las dificultades eran iguales para todos.

Todo mal desde el principio

En carrera, todo salió torcido para Sainz desde el principio con una mala salida, continuó con un toque con Valtteri Bottas al tratar de adelantarle y lo remató con un trompo en el tercio final de carrera, que provocó un golpe con Alex Albon que supuso el abandono tanto del tailandés como del español. Ferrari tampoco ayudó desde el muro, porque ninguno de los planteamientos estratégicos otorgó ventaja alguna a Sainz. De no haber tenido el golpe, quizá podría haberse pensado en una décima o novena plaza, como mucho. Era preferible habérsela jugado, pero la aversión a tomar riesgos en la escuadra transalpina es ya marca de la casa.

Los Haas se la jugaron, por ejemplo, con sus neumáticos de lluvia extrema. No salió bien la jugada, pero tampoco peor y lo bueno es que al menos intentaron hacer algo diferente. Puede disculparse a Ferrari ser un poco amarrategui en el momento de la salida, pero no arriesgar a parar para cambiar el alerón dañado cuando estaba Carlos perdiendo entre seis y ocho décimas por vuelta, como reconocía el propio Frederic Vasseur, es ya más incomprensible.

"Una carrera para olvidar para el equipo", explicaba un decepcionado Carlos Sainz. "Sabíamos que iba a ser difícil, porque hemos estado luchando todo el fin de semana con el agarre y el manejo del coche. Toda la carrera ha estado al límite y, cuando he intentado empujar en el tren del DRS para adelantar, he cometido un error en el bordillo y por eso quiero pedir perdón al equipo y a Alex (Albon)". En el mismo lugar y de forma parecida, Checo Pérez perdió el control de su coche, evidenciando que era fácil cometer un fallo. Pero no es consuelo ni excusa. Carlos perdió una oportunidad muy buena de recortar puntos a su compañero de equipo y ganarse el corazón de los tifosi. Y, desafortunadamente, erró en el intento.

Estudiar y resetear para Barcelona

"No ha habido mucho ritmo este fin de semana, ni siquiera con el neumático intermedio, esperábamos ser un poco más fuertes allí. Pero sí mucho deslizamiento y ninguna sensación con el coche. Una vez que se secó, comenzamos a hacer algún tipo de progreso. También tenía como objetivo arriesgar bastante para mantenerme en el tren del DRS y adelantar, pero cometí un error de pilotaje. No es lo ideal, no ha sido nuestro fin de semana ni para mí ni para nadie del equipo, pero trataremos de resetear y volver a empezar", confesaba el madrileño.

El hecho de que McLaren fuera competitivo en Mónaco y lo fuera también en Canadá, demuestra que los coches papaya son más polivalentes que los Ferrari. De todos modos, una vez reconocidos los errores tanto Sainz, como Leclerc confían en que lo de Canadá no haya sido más que un mal día y en Barcelona, en dos semanas, todo vuelva a la normalidad. El año pasado, Sainz rozó la pole position y sería importante volver a sentirse fuerte frente a Charles Leclerc y como contendiente a victorias, porque la realidad es que el balance de las tres últimas carreras no ha sido positivo.

Carlos se está arriesgando mucho en su búsqueda del mejor volante para 2025. En un día como el de este domingo en Canadá, es cuando hay que asomar la cabeza y demostrar al mundo que, en las dificultades, se es capaz de estar por encima de tu coche, como fue el caso del ganador Max Verstappen. Cuando se negocia duro, lo mejor que te puede suceder son actuaciones como las realizadas a principio de temporada. Por eso, el próximo Gran Premio de España va a ser una carrera clave para las opciones futuras del madrileño en Fórmula 1.