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Más allá de la conspiración: este no es el Hamilton que conocías (y que amaste u odiaste)
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POSIBLE DECLIVE DE FORMA

Más allá de la conspiración: este no es el Hamilton que conocías (y que amaste u odiaste)

Pese a las sospechas de recibir un peor trato en Mercedes que su compañero de equipo George Russell, tampoco estamos viendo la mejor versión del heptacampeón británico

Foto: Lewis Hamilton en el pasado Gran Premio de Canadá. ( Eric Alonso / DPPIAFP7)
Lewis Hamilton en el pasado Gran Premio de Canadá. ( Eric Alonso / DPPIAFP7)

Lewis Hamilton fue cristalino en Mónaco cuando compartió sus dudas de poder superar a lo largo de la temporada en clasificación a su compañero de equipo, George Russell. No iba a cambiar de opinión en Canadá. Ahí, el piloto inglés seguía alimentando la teoría de verse perjudicado a propósito por su propio equipo. "Los neumáticos estuvieron funcionando durante todo el fin de semana, pero luego en clasificación cada vez que salía del box, mis neumáticos por alguna razón estaban siempre por debajo de temperatura". Otra vez, transparente como el agua.

Hamilton no acusó a su equipo explícitamente de sabotearlo. Dejó caer como posibilidad que hubiera un error de programación en las mantas térmicas que se ponen a los neumáticos. Pero Sir Lewis dispara con bala y si dice algo así, es porque no quiere que el público tenga la sensación que su relativo pobre rendimiento en clasificación se debía a una cuestión de su pilotaje. Dando por bueno su argumento, lo cierto es que se vio claramente superado por George Russell en carrera. Y eso es lo que merece ser estudiado con mayor detalle.

Mercedes, por primera vez en lo que va de temporada, tenía coche para haber ganado la carrera. La pole position de George Russell y la forma en la que dominó la prueba en diversas fases de la misma atestigua que había ritmo para estar a la altura del ganador Max Verstappen. El equipo no estuvo de diez en el apartado estratégico, pero el que la victoria se escapara tuvo mucho más que ver con los errores de Russell, que de la dirección desde el muro de boxes. Fue la enésima demostración de ser un piloto tan rápido como errático.

Pero con errores y precipitaciones a la hora de los adelantamientos, Lewis Hamilton sucumbió ante su compañero de equipo cuando este le alcanzó después de salirse de pista. Que no opusiera apenas resistencia a su compañero de equipo puede ser un síntoma de ser buen hombre de equipo, pero cierto aroma de resignación o indolencia es inevitable al ver las imágenes. Hamilton nunca ha sido uno de los pilotos más antideportivos, pero que era duro de pelar es innegable. Salta a la vista que no es el mismo.

Sin la agresividad de antaño

La falta de agresividad respecto a Russell puede justificarse, pero no vimos tampoco al Lewis competitivo de otras ocasiones con Fernando Alonso. Sin quitar mérito a la heroica defensa que hizo el asturiano de su posición en el tercio inicial de carrera, el británico presionó sin descanso al español, pero nunca le llevó a la esquina del ring en su pelea. Y como se vio a lo largo del Gran Premio, su Mercedes tenía claramente más ritmo que el Aston Martin.

Las tradicionales virtudes de Lewis Hamilton de ser un excepcional clasificador y un martillo en ritmo de carrera están apareciendo en 2024 con cuentagotas. Más allá de que Mercedes le esté perjudicando o, como mínimo, no favoreciendo respecto a George Russell, hay un problema de motivación. La mayor flaqueza que ha mostrado Hamilton a lo largo de su carrera es su rendimiento anodino cuando no está centrado o cuando está desmotivado. Esas 'pájaras' siempre solían ser algo pasajero, pero su continuidad empieza a ser cuando menos preocupante.

En Italia, varias voces del mundillo de la F1 empiezan a cuestionar la conveniencia de sustituir una pareja de pilotos que funcionaba como es la de Charles Leclerc y Carlos Sainz, por añadir un elemento como es Lewis Hamilton que, ni de broma, va a ir a Ferrari con intención de ser escudero de Leclerc. Ni el monegasco, por supuesto, va a aceptar un trato preferencial a Hamilton. La grada ferrarista es muy voluble y pasa de la excitación inicial al fichaje, a la decepción y de nuevo a la alegría con mucha facilidad. Pero la preocupación es justificada, porque este no es el Hamilton imperial que habían comprado, sino una versión descafeinada.

En alguien como Toto Wolff, no sería de extrañar que estuviera tratando de minar la moral de Hamilton. Una versión decadente de Lewis, puede favorecerle para minimizar la importancia pública de perderlo. Pero al jefe de Mercedes, los errores de Russell en Canadá deberían inquietarle. Si lograra su sueño de fichar a Max Verstappen, la jugada sería redonda porque Russell es de los pocos pilotos de la parrilla capaces de presionar al neerlandés. Pero si el sustituto de Lewis Hamilton es Andrea Kimi Antonelli, van a tener un líder de equipo muy rápido pero poco sólido y un debutante con todo por aprender y con la incógnita sobre su velocidad real en Fórmula 1. Fichar a Mad Max no será sencillo.

placeholder Hamilton presionó sin descanso a Fernando Alonso, pero no se veía en el la determinación de antaño (Florent Gooden / DPPIAFP7)
Hamilton presionó sin descanso a Fernando Alonso, pero no se veía en el la determinación de antaño (Florent Gooden / DPPIAFP7)

¿El coche o la edad?

Las dificultades de Mercedes en estos últimos años para hacer un coche competitivo pueden estar haciendo más mella en Hamilton que en Russell. Con un coche muy crítico de conducir es lógico que, después de casi dos décadas en Fórmula 1, no te apetezca volverte loco, arriesgando o trabajando para encontrar la senda correcta. Hamilton nunca ha sido el más técnico de los pilotos a la hora de desarrollar un coche, pero tenía la gran virtud clave para los ingenieros, de saber llevar el coche a su límite antes que nadie. Es posible que esta generación de coches con efecto suelo se le hayan atragantado y sin algo importante por lo que luchar, las ganas de darlo todo en la pista disminuyan.

La última gran duda que queda en el aire es si, por primera vez, Lewis Hamilton está sintiendo los efectos de la edad. Aunque es alguien que se cuida mucho a nivel físico, no todos los cuerpos ni las mentes reaccionan igual al paso del tiempo. Fernando Alonso es unos años mayor que él y no parece que la edad esté suponiendo un freno para el asturiano. Eso sí, Lewis siempre ha mostrado inquietudes más allá de su vida como piloto profesional.

Rod Stewart decía en una de sus más famosas canciones que el sol de la mañana de verdad mostraba la edad real de alguien que a priori no lo parecía. Aplicado a la F1, el crono habla por ti. Fernando Alonso, sea por su dedicación obsesiva o por los efectos del compango asturiano, aún no da muestras reales de declive, pero antes o después pasará. Ley de vida. Es pronto para decir que este sea el caso de Hamilton, pero desde luego ahora mismo, este no es el piloto superlativo que siempre conocimos.

Lewis Hamilton fue cristalino en Mónaco cuando compartió sus dudas de poder superar a lo largo de la temporada en clasificación a su compañero de equipo, George Russell. No iba a cambiar de opinión en Canadá. Ahí, el piloto inglés seguía alimentando la teoría de verse perjudicado a propósito por su propio equipo. "Los neumáticos estuvieron funcionando durante todo el fin de semana, pero luego en clasificación cada vez que salía del box, mis neumáticos por alguna razón estaban siempre por debajo de temperatura". Otra vez, transparente como el agua.

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