Un mar de brazos y teléfonos móviles: el mensaje de Barcelona para continuar con la Fórmula 1

Había momentos en los que no se veían cabezas, sino miles de brazos que levantaban sus teléfonos móviles para grabar las evoluciones de los monoplazas. "Es algo único correr aquí, me dicen que hay gente que estaba desde las once de la mañana. No hay nada que me haga más ilusión, espero que sea un aperitivo de lo que viene el fin de semana", declaraba Carlos Sainz a los micrófonos durante su actuación en el Road Show que tuvo lugar el miércoles en las calles de Barcelona.

El equipo de gobierno de Ada Colau, la anterior alcaldesa, rechazó en su día la presencia de los Fórmula 1 por las calles de la Condal, pero los barceloneses que abarrotaron el Paseo de Gracia mostraron el gran apoyo de Barcelona al gran premio.

Pero además del apoyo popular, el Live Barcelona Road Show ejercía como muestra del renovado respaldo institucional hacia el gran premio catalán, debilitado en el pasado por las decisiones de determinados grupos políticos, alguno de los cuales se sentaban ayer en la tribuna VIP junto con Stefano Domenicali, máximo responsable de FOM.

Un baño de masas

El espectáculo materializaba la muestra del giro político y un nítido mensaje enviado por las instituciones catalanas para defender la continuidad de la carrera en Montmeló a partir de 2026, año que contará con dos grandes premios en España, junto con Madrid. A partir de entonces, la continuidad de la Fórmula 1 en Barcelona está en el aire.

Según algunas fuentes, la inversión para el Road Show superó el millón de euros. Paralelamente, el Circuit de Catalunya está desarrollando un ambicioso plan de inversiones en el trazado, que podría alcanzar los 75 millones para 2026. Una apuesta arriesgada ante la incertidumbre sobre las intenciones de FOM para mantener dos grandes premios en España. Por ejemplo, el jueves se inaugura el Rooftop, un nuevo y espectacular edificio dentro del circuito.

La estrategia de FOM (Formula 1 Management) para la Fórmula 1 persigue convertir un gran premio en un evento, de aquí la importancia de ampliar la base social acercando los monoplazas al gran público a través de eventos como los Road Show vivido ayer en las calles de Barcelona. El nuevo equipo dirigido por Jaume Collboni recogió el mensaje al que hizo oídos sordos Ada Colau.

"Vamos a intentar ganar esta carrera"

El escenario de la exhibición no pudo ser más representativo de la Ciudad Condal, con el Paseo de Gracia como arteria principal, la Casa Batlló y otros elementos arquitectónicos como testigos de lujo del paso de los monoplazas por una de las arterias más distintivas de Barcelona. Los monoplazas arrancaban desde Ronda Universitat, para subir por el Paseo de Gracia, hasta la Casa Batlló, para luego al punto de partida.

Carlos Sainz fue el gran protagonista del evento, en el que participó a bordo del monoplaza de 2002. El madrileño salió en dos ocasiones al resbaladizo asfalto, que incluso el madrileño pedía fuera mojado por la lluvia para mover espectacularmente su monoplaza.

En la primera tanda, el madrileño tuvo que parar antes de lo previsto para modificar su monoplaza ante el calentamiento que sufría en un entorno poco apto para una bestia de competición. "Seguro que el segundo intento lo vamos a pasar mejor sin que se caliente tanto".

"¡Qué gusto ver a tanta gente, tanto aficionado, tanta gente siguiendo aquí! Espero veros a todos el domingo, apoyando, que vamos a intentar ganar esta carrera y dedicarla a todos vosotros", declaraba el madrileño a través de los micrófonos. "Espero poder dedicarle a todo el mundo un buen fin de semana. Ojalá este año el Ferrari vaya más rápido. Después de la victoria de Australia no me gustaría nada más que ganar ahora aquí", remató.

El sonido de los V8

Sainz también fue acompañado por los dos pilotos españoles del equipo Campos Racing, Pepe Martí y Mari Boya. El primero rodó con el Fórmula 2 con el que compite. El segundo fue el primero en salir al asfalto con su monoplaza de la Fórmula 3. Ambos competirán también este fin de semana en Montmeló.

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Roberto Ruiz Anderson

Pedro Martínez de la Rosa se unió a la fiesta con un deportivo de Aston Martin y caldeó el ambiente con los primeros ‘donuts’ de la tarde antes de que salieran los monoplazas. Alpine se unió a la fiesta con el piloto reserva Jack Dooham a los mandos, uno de los candidatos principales para sustituir a Esteban Ocon a partir de 2025.

Alpine eligió el monoplaza utilizado en 2012, convenientemente redecorado, y dotado con un propulsor V8, de la generación anterior y los híbridos del presente, con lo que los espectadores pudieron escuchar el sonido de un propulsor que la Fórmula 1 quiere recuperar a partir de 2030.