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Miguel Molina: "Es increíble cuando los equipos te hacen el paseíllo tras ganar en Le Mans"
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Entrevista con el ganador de las 24 Horas

Miguel Molina: "Es increíble cuando los equipos te hacen el paseíllo tras ganar en Le Mans"

Molina ha entrado en la historia de la carrera y del automovilismo español al ganar con Ferrari en las 24 Horas de Le Mans. El Confidencial le entrevista, con el trofeo en las manos

Foto: Miguel Molina celebra el triunfo en Le Mans. (EFE/Christophe Petit)
Miguel Molina celebra el triunfo en Le Mans. (EFE/Christophe Petit)

Miguel Molina se ha convertido en el tercer español en lograr la victoria absoluta en las 24 Horas de Le Mans, junto a Marc Gené y Fernando Alonso. En su caso, con la particularidad de un triunfo logrado con Ferrari, en el segundo año de la marca tras cinco décadas de ausencia en la carrera francesa, la que contribuyó a forjar la leyenda de la marca del Cavallino.

El piloto catalán lograba el triunfo junto con el italiano Antonio Fuoco y el danés Niklas Nielsen en una de las ediciones más disputadas (nueve fabricantes oficiales) y azarosas de las últimas décadas, con condiciones impredecibles y constantemente cambiantes. El Confidencial charló con Molina, con su trofeo de ganador en las manos.

PREGUNTA. Decía un reciente triunfador de las 24 Horas que ganar esta carrera cambia la vida. ¿Le ha ocurrido a usted?

RESPUESTA. Me ha dado tranquilidad, porque me he liberado internamente por haber conseguido algo que llevaba muchísimo tiempo queriendo lograr. Antes había conseguido buenos resultados y campeonatos, pero esto era algo distinto, especial, me da la tranquilidad de decir que, deportivamente, he conseguido lo que siempre había buscado. Cuando algún día en el futuro me retire, diré que ya he conseguido todo, porque es una carrera tan importante, tan histórica, tan legendaria, que no se puede pedir más.

P. Las imágenes de tensión en las vueltas finales que se veian de Antonio Fuoco y usted serán icónicas de esta carrera en el futuro. ¿Se temían no poder llegar a la meta, tan justos de energía en el último giro?

R. Es que podía pasar. El coche no se paraba, porque tenía gasolina para llegar, pero el cálculo de la energía… Si tú pasas la línea de meta con menos del 0% te descalifican, estás fueran del reglamento y no nos daban la victoria. Entonces podía pasar, pero es cierto que, cuando quedaban 40 minutos ya sabíamos que si seguíamos a ese ritmo llegábamos por nuestros cálculos. Pero no sabes si, por ejemplo, se va a secar un poco más la pista. Si ocurría había que ir más rápido, y te quedabas sin energía. No hubiéramos llegado en seco.

Y hubo tensión con la puerta (se abrió la derecha cerca del final de la prueba y la Dirección de la prueba obligó a entrar en boxes al Ferrari de Molina para cerrarla). Lo teníamos tan cerca, toda esa tensión... Cuando cruzas la meta explota todo. Además, después del año pasado también, que lo tuvimos muy muy cerca, ganó el otro coche y habíamos ido mucho más rápidos. Entonces te sale todo, todo.

P. Precisamente, el año pasado perdía la victoria por un chinazo en el radiador. Esta es una carrera para la que trabajas todo el año, pero tantos factores nimios fuera de control te arruinan la victoria. Y en el último había nueve coches rodaban en la misma vuelta, lo nunca visto en las 24 Horas. Incluso que lloviera más o menos ayudó a la victoria.

R. Esto demuestra lo que se dice siempre, has de estar en el momento adecuado, en el sitio adecuado y hacer todo perfecto. Realmente, fueron unas 24 horas en las que nos salió redondo todo. Todas las decisiones que tomamos en todo momento fueron las adecuadas para conseguir esa victoria.Incluso con un problema que surgió (la puerta que se abrió) surgió una oportunidad no solo de solventarlo, sino incluso de aprovecharlo para hacer una parada menos, que fuera más corta, que nos cubriera de un coche de seguridad. Normalmente, no suceden estas cosas.

Como bien dices, esta carrera se prepara durante un año entero. Mentalmente, la preparas en cada momento que sales a la pista durante todo el año. El coche está diseñado para este circuito, a más altas velocidades más partido le sacamos. Toda la experiencia durante el año, la eficiencia máxima que podemos encontrar con cualquier cosa, absolutamente todo, lo ponemos en el coche para las 24 horas de Le Mans, para tener el mejor coche del año, para poder conseguir esa carrera.

P. Con una prueba tan larga, con lluvia, en seco, noche y día. ¿Cómo se vive dentro del coche? Porque el posible error está a la vuelta de la esquina, y tira por tierra tanto trabajo de un año que se juega en un día.

R. Ahora que me dices esto justo me viene a la cabeza un momento en Mulsanne, por la noche. Empezó a llover y había tres o cuatro coches, un Hypercar, un LMP 2, dos GT... Iba con neumático liso, frené, empezó a patinar y me dije: "¡Lo pierdo!". Pero el coche se paró. Otro día quizás me voy recto a la grava, pero salió bien. Lo que decía antes, tenía que salir todo bien para ganar. Eran situaciones cambiantes que hicieron la carrera muy, muy, muy difícil, también mentalmente.

P. Todos vemos la parte física, pero la parte mental... Que no pueda decaer la concentración ni un segundo durante tanto tiempo.

R. Realmente, la suerte de las 24 Horas es que todo pasa muy rápido. Por muy largos que sean los relevos, pasa muy rápido, y estás muy activo física y mentalmente. Pero lo que fue duro fueron las tres horas y media detrás del coche de seguridad. Me tocó por la noche y fue complicado. Iba moviendo las piernas, hablando con el ingeniero para intentar restar activo, empecé a hacer juegos, a ver cuánto tardamos en cada vuelta, si por debajo de los 10 minutos o por arriba. Y después, intentando salvar la máxima energía posible. Pues así tres horas y media. Eso fue quizá uno de los relevos más duros momentos, mentalmente, que hecho nunca.

placeholder Molina, durante la entrevista. (Javier Rubio)
Molina, durante la entrevista. (Javier Rubio)

P. En este tipo de carreras sois un equipo de tres pilotos. Desde fuera da la sensación de que cada coche tiene una personalidad, la de sus pilotos. En el suyo, el ganador, da la sensación de que sois el más estable, el más equilibrado, el de menos egos…

R. Una de las claves de todo lo que está pasando, ya el año pasado, es que nosotros tres nos llevamos muy, muy bien. No solo como pilotos, sino como personas. Somos muy diferentes, pero a la vez podemos ponernos en la piel del otro como pilotos. Pero lo bueno es que fuera del coche, la relación es increíble, yo creo que es la clave

P. Pero Miguel Molina parece el capitán, el que serena el ambiente (risas).

R. Sí, quizás soy el que los calmo a veces. Me acuerdo sobre todo en la primera carrera, en 2023, ellos dos estaban muy nerviosos desde el primer día. Yo, por mi experiencia en otros campeonatos, porque soy mayor que ellos, tuvimos muchas conversaciones y al empezar la carrera estaban más tranquilos. Cogí ese rol de controlarlos, y hoy sigue siendo un poco así. Antonio es más de sangre caliente, con un comentario se calma, y a Niklas es el extremo opuesto, hay que activarlo [risas].

P. Antonio Coletta, el jefe del equipo, decidió no ir a por grandes nombres de la Fórmula 1 o del campeonato, y le criticaron por ello. Ferrari ha ganado las dos ediciones en las que ha corrido después de 50 años fuera de la carrera. Coletta contestaba: "Yo sé los pilotos que quiero". ¿Qué tipo de pilotos sois?

R. Esta conversación con Niklas (Nielssen) la tuvimos el otro día sobre la presión que tenía Antonello cuando escogió los pilotos. Él nos lo ha dicho alguna vez que cuando los jefes de Ferrari le avisaron que a ver qué pilotos escogía para este proyecto. Desde el primer momento lo tuvo muy claro, dijo que esa decisión la tomaba él, y que quería confiar en los pilotos que ya tenía en casa. Por la importancia de todo esto que hablábamos, del grupo, de conexión, de relación entre todos los pilotos, creo que uno de los valores que ha hecho que Ferrari ganen las dos primeras ediciones que ha vuelto a participar.

Esto viene del desarrollo del coche, lo hicimos los ocho pilotos de GT que estábamos entonces, sin experiencia en prototipos. Y te aseguro, porque lo viví, que nadie, nadie buscaba el asiento por encima de los otros, realmente estábamos desarrollando un coche, e intentabas hacerlo lo mejor posible. Pero no fue nadie con la intención de nada. Antonio dijo que él quería esos pilotos que siempre había tenido para mantener ese espíritu.

P. Cómo es ser un piloto de Ferrari, todo un icono y, además, ganador en las 24 Horas.

R. Esto se vive mucho cuando vas a Maranello, es cuando te das cuenta la magnitud de ser piloto de Ferrari, de estar involucrado con una marca como Ferrari. Aquí, en casa, hemos vivido en el mismo sitio y somos los mismos de siempre. Pero cuando entras en Maranello, dices: "Qué responsabilidad". Y más cuando la historia de la leyenda de Ferrari empezó en las 24 Horas.

Conseguir algo tan fuerte para esta marca… Y ha ido creciendo. Cuando íbamos allí al simulador pasabas un poco más desapercibido pero, ahora, después de la primera victoria del año pasado, nos dijeron que iban a hacer lo mismo que en la Fórmula 1, ondear las banderas después de cada victoria. Poco a poco, y más después de esta segunda victoria consecutiva, cada vez le van dando más importante a la resistencia.

P. ¿Cómo se vive ganar en las 24 Horas con Ferrari desde lo alto de ese podio tan increíble, con tantísima gente debajo?

R. Es la leche. Ya lo había vivido en cuando hicimos terceros en GT, pero ganarlas allí, en Le Mans, con la copa, con todo el protocolo, el tema de poner las manos (de los pilotos) del reloj (que se regala al ganador) de todo el protocolo que conlleva la victoria, es algo increíble.

Pero, sobre todo, impresiona igual o más el ir con el coche desde la línea de meta y pasar por el pit lane por delante de los equipos que te hacen el paseíllo, es quizás más emocionante que lo que había podido vivir en Monza el año pasado, cuando también se llenó la recta. Impresiona, pero pasar con el coche por el pasillo hacia el podio, eso sí que es algo increíble.

Miguel Molina se ha convertido en el tercer español en lograr la victoria absoluta en las 24 Horas de Le Mans, junto a Marc Gené y Fernando Alonso. En su caso, con la particularidad de un triunfo logrado con Ferrari, en el segundo año de la marca tras cinco décadas de ausencia en la carrera francesa, la que contribuyó a forjar la leyenda de la marca del Cavallino.

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