"Ficharía a Newey antes que a Alonso porque ha dado más títulos que ningún piloto en la historia"

La Fórmula 1 goza de muy buena salud. En los últimos años, el Mundial ha crecido exponencialmente en interés, con una temporada 2024 mucho más igualada de lo que se podía prever antes del comienzo del curso. En España, desde hace ya muchos años, no entendemos un Gran Premio sin esas voces que nos acompañan todos los fines de semana con sus retransmisiones en DAZN: Antonio Lobato, Toni Cuquerella y Pedro de la Rosa son los encargados de hacernos saber todo lo que pasa en la pista de manera alegre, divertida y didáctica.

Pero, para poder recibir toda esa ingente información que nos llega a través de nuestras televisiones, hay un importante trabajo detrás: no solo de documentación, información y de conocimientos, sino también en la parte técnica. Cientos de personas alineadas detrás de las pantallas para ofrecer al espectador el mejor producto posible. DAZN ha conseguido convertirse en la casa de la F1 en España, el lugar donde podemos ver cada una de las carreras del campeonato, donde el ya conocido como trío calavera son la cara visible de un producto al alza.

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Fue en otoño de 2023 cuando se confirmaba DAZN se hacía en exclusiva con los derechos de emisión en España de la Formula 1 durante tres temporadas, lo que suponía que la plataforma asumía la producción de la F1 hasta 2026 y, con ello, la necesaria reestructuración técnica que conlleva. Un plató virtual de última generación, salas de control, edición y montaje, tanto de audio como de vídeo, así como cabinas de retransmisión, conectadas en tiempo real con los circuitos con decenas de cámaras, funcionan como un reloj suizo para que el espectador no se pierda nada de lo que sucede en tiempo real.

Lobato y Cuquerella repasan en entrevista con El Confidencial todos los temas de actualidad en el Mundial. Fernando Alonso, Carlos Sainz, Max Verstappen o Adrian Newey son algunos de los nombres del momento, pero no se pasa por alto el atractivo que tiene esta F1 para el público más joven o cómo las redes sociales forman parte del comentarista actual, incluso una vez acabadas las carreras. Lobato y Cuquerella son positivos con lo que está por venir y sueñan con ver un nuevo triunfo del español de Aston Martin, si bien hay otro nombre que marca las diferencias... y no es piloto.

PREGUNTA. ¿Qué es lo más difícil de narrar?

ANTONIO LOBATO. Hay muchas cosas que son difíciles. Primero, tienes que tener un discurso más o menos lógico y ver todo lo que pasa, que es muy difícil porque cada vez es más complicado. Tienes una batalla por delante, tienes a Fernando (Alonso), tienes a Carlos (Sainz) y no tienes tantos ojos, aunque tengo a mucha gente que me ayuda. Y luego yo creo que hay que mantener la ilusión de la gente, la emoción, que no caiga la narración, sobre todo cuando las carreras no son muy divertidas.

P. ¿Cómo de difícil es para un narrador comprender que el fallo es parte de tu trabajo?

A. L. Hay un dicho muy español: "Quien tiene boca, se equivoca" y yo hablo durante mucho tiempo. Soy, de largo, el que más habla de la retransmisión y no tenemos ni guion ni nada preconcebido, es algo que vamos improvisando sobre la marcha, con lo cual es muy fácil equivocarse y soltar un dato incorrecto porque has tirado de memoria o porque no tienes tiempo para buscarlo. En ocasiones, fallas con un coche porque el plano que te dan en un momento dado es desde atrás y no ves los detalles en los que te fijas para ver quién es. Es muy fácil meter la pata, sobre todo si no estás bien acompañado, para leer la estrategia. Al final, es una mezcla de tantas cosas y seguimos tantas cosas con tantas pantallas... A veces, te pierdes historias que están ocurriendo y que ven los espectadores porque yo estoy mirando otra pantalla: si llueve, un parcial, una velocidad punta y, justo, en ese momento, hay alguien que está fuera de la pista. Y yo tardo dos segundos más que el espectador en verlo.

P. Y ahí las redes juegan un nuevo papel. ¿Es fácil convivir con ello?

A. L. Sí, me divierte, me divierte mucho. La verdad es que no le presto mucha atención a las redes, pero sí es verdad que tiene una capacidad exponencial de amplificar tus fallos. Al final, estás en el frente de batalla, en primera línea, es obvio que te ve mucha gente y que este aparato de magnificar errores está ahí. Bueno, tienes que minimizarlo, todos nos equivocamos. Incluso el que teclea y te da un palo muy gordo, seguramente que en su trabajo, si lo tiene, también cometa errores. Lo que pasa es que no está bajo la lupa de millones de personas.

P. ¿Necesita esta Fórmula 1 algo para ser más atractiva o está en un punto óptimo de diversión para el espectador?

TONI CUQUERELLA. Está en un buen nivel, saludable, pero está claro que no hay que tenerle miedo al cambio. Eso sí, creo que la Fórmula 1 tiene una tradición que hay que mantener, como que sea el más rápido el que gane, eso no debemos de perderlo. No debemos de caer en el error de hacer cosas aleatorias, que hay muchas ideas de bombero que dices: "Bueno, sí, pero entonces el que gana es como el que va al casino. Lo pongo todo al rojo y, si sale 37, he ganado". No, siempre debe de ganar el más rápido y la pole la debe de hacer el más rápido. No inventemos cosas. Pero, teniendo en cuenta esa regla básica, siempre hay que estar abiertos a pequeños cambios tanto en formato de clasificación, como en carrera —hemos visto que se hacen las esprint—, pero hay diferentes cosas que se pueden mejorar y no solo a nivel técnico. En 2026, viene un paquete de mejoras de espectáculo, pues son mejoras técnicas pero que intentan buscar espectáculo. Vamos a ver si funcionan. El problema con estas cosas es que, muchas veces, el ordenador nos predice carreras que van a ser divertidas, pero luego, hasta que no pones los veinte coches en pista, no sabes si ese formato funciona. Por ejemplo, las esprint se han ido retocando, cambiando puntuación y cambiando formato hasta que parece que empiezan a tener algo. Y no me confirmaría, yo creo que todavía se pueden hacer cambios en esa dirección.

P. De hecho, hace poco se rumoreó la posibilidad de que la salida de la parrilla en la carrera al esprint fuera inversa al tiempo logrado...

T. C. Sí y, de hecho, se ve que hay mucha gente que está a favor, pero que no trabaja en Fórmula 1. Si alguien está intentando diseñar el mejor coche y colocarlo en la mejor posición posible en la parrilla, pero luego te lo quitan y te ponen detrás, te preguntarás: "¿Para qué hago esto? Voy a hacer el coche más lento y voy a intentar hacer el peor tiempo". Las parrillas invertidas tienen su sitio en algunas categorías pero, si las pones en F1, te acabas de cargar el Mundial de Constructores. Mercedes o Red Bull podrían decir que por qué ellos tienen un equipo de unas 2.000 personas, mientras que Haas cuenta con 250, con costes más bajos y, en cambio, salen primeros: "¿Sabes qué? Me voy a la Copa América o a otra cosa".

P. ¿Cómo de fácil o difícil es entender la estrategia en pista y predecir lo que va a terminar sucediendo?

T. C. Entender el problema es sencillo. Si llevas haciendo un trabajo veinte años y te piden que lo expliques para gente que nunca lo ha hecho, vas sobrecualificado. El problema no es el conocimiento, sino cómo hacerlo entretenido, que no sea un ladrillo y que la gente no se aburra. Si nos pusiéramos a hablar de estrategia, no nos daría con tres horas de programa para analizar solo la teoría y la gente se iría a otra cosa, porque sería un tostón. Hay que evitar caer en eso, simplemente dar las pinceladas básicas para que la gente entienda y sea ameno. El reto es conseguir que lo que explico se entienda y sea divertido, porque si voy al fondo, me quedo solo

A. L. Y, sobre todo, no dar por supuesto que la gente entiende todo lo que decimos. Nos ha pasado recientemente. Estábamos comentando una carrera en la que había mucho DRS, con varios trenes y tú comentas la situación con normalidad... pero, luego vas a redes, y ves que hay mucha gente que dice: "Pero, no lo entiendo. ¿El DRS, cuándo se puede abrir?" o "¿Por qué este piloto no lo abría?". Ciertas cosas que nosotros damos por asimiladas y que la gente no controla.

T. C. Y la audiencia es muy variada. Hay gente que lleva viendo muchos años Fórmula 1, está continuamente leyendo noticias, está en Twitter, controla los cambios de reglamento... y otros que lo ven como un entretenimiento. Y son tan buenos los unos como los otros. Hay gente que es muy aficionada a la F1 y otros que solo quieren pasar una hora y media divertida. Y hay que explicárselo a los dos, sin que uno diga que están diciendo cosas básicas y que los otros afirmen que no entienden nada.

P. En los últimos años, ha llegado mucho público nuevo a la F1 y da la sensación de que la F1 se ha futbolizado, con muchos blancos o negros. Pero en un deporte tan técnico donde un pequeño matiz te lo cambia todo, ¿puede perjudicar al espectador?

A. L. No, yo creo que no perjudica. Al final, hace que se hable mucho más. De hecho, creo que se ha futbolizado todo. Hay realities en la televisión que se siguen en redes sociales como un partido de fútbol, donde hay tus favoritos y tienes tus enemigos. Que haya héroes y villanos hace que la audiencia se alimente, que haya debate, que haya ruido, que la gente hable y, lo importante, como hemos dicho en España toda la vida, es que hablen de nosotros, aunque sea bien.

P. ¿Veremos la 33 de Fernando Alonso?

A. L. Yo creo que sí, pero tienen que juntarse todos los mimbres. Aston Martin tiene que darle un coche a Fernando con el que pueda competir. No queda ninguna duda, porque lo vimos el año pasado, que si hay un monoplaza rápido, Alonso es muy rápido. Sigue siendo muy rápido.

P. ¿Ha dado Aston Martin un paso atrás para dar varios hacia delante en los próximos años o han fallado en el cálculo al intentar hacer un monoplaza medio que se adapte mejor a todo tipo de circuitos?

T. C. No es fácil de responderlo ni dentro de Aston Martin. Hay veces que ya es importante identificar el problema que tiene el coche, pero creo que Aston Martin solo ha dado pasos adelante, solo que algunos de ellos, no han funcionado. A menudo sucede que, cuando traes una mejora, no la ves funcionar. Diseñas un nuevo fondo plano que sabes que da cuatro décimas, que es una burrada en tiempo, pero lo colocas y no lo da. ¿Por qué? Porque hay que cambiar reglajes, hacer el coche un poquito más alto, o más duro, o se está inclinando y se pierde carga aerodinámica... En el túnel de viento se ha probado e iba bien, pero no se puede calibrar exactamente cuando el coche pasa por pianos o va rebotando contra el suelo. De esas cosas es de las que hay que aprender. Estoy seguro de que han traído mejoras que no han funcionado como deberían pero, una vez entendidas, darán rendimiento, aunque se tarde varias carreras en conseguirlo. Y, mientras tanto, las siguientes mejoras tienen que seguir llegando al circuito. No creo que estén perdidos, no creo que ese sea el motivo, sino no estarían entrando en los puntos tan frecuentemente. Sino que los demás se han espabilado mucho y ellos solo tienen que poner un par de marchas más o mejorar el rendimiento para contrarrestar lo que han conseguido sus rivales.

P. ¿Qué te parece la jugada que ha sucedido con Carlos Sainz en Ferrari?

A. L. Para él, es un palo y lo ha reconocido. Estaba muy feliz, estaba haciéndolo bien, está manteniéndole el pulso a Charles Leclerc, que parecía que estaba todo programado para que le pasara por encima y no ha sido el caso, y ha sido una sorpresa y decepción para él. Y, además, es incómodo porque sucede en un momento del mercado en el que los tres equipos más fuertes, en principio, están ocupados y no hay asientos, con lo cual te quedas con un nivel de pilotaje muy alto, con una edad muy buena y una experiencia muy buena, pero en tierra de nada. Te quedan disponibles equipos que, si tú pudieras elegir, no irías de primeras, elegirías otros destinos. Pero la vida es muy larga y, como se suele decir, a veces una mala noticia te puede dar una oportunidad. Quizá sea bueno, en el fondo, para el futuro de Carlos. Posiblemente no el próximo año ni dentro de dos, pero quizá acierte, hay un cambio y su carrera tiene un proyecto por delante que le puede venir bien.

P. ¿Qué crees que es más importante, fichar a un Fernando Alonso o a un Adrian Newey?

T. C. Si nos fijamos solo por trayectoria, un Newey te ha dado más títulos que cualquier piloto en toda la historia, no solo de un Alonso, sino también de un Hamilton o un Schumacher. Newey te puede dar un coche ganador durante los próximos diez años y es difícil que un piloto lo haga. Y, sobre todo, un piloto, sin un coche bueno, no gana, está claro. Iría por Newey no porque yo sea ingeniero, sino porque creo que estadísticamente está demostrado que es mejor tener un monoplaza bueno que un piloto bueno.

P. Hace poco, en la Eurocopa, se enfrentaron Países Bajos y Austria, que es la combinación de himnos que más ha sonado en la Fórmula 1 en los últimos años. ¿Crees que Max Verstappen, fuera de Red Bull, puede seguir siendo un piloto ganador?

A. L. Depende de dónde vaya. El problema es que, si Verstappen se mete en un equipo que no tiene un coche competitivo, no va a ganar. De hecho, en el pasado de Verstappen en Red Bull, cuando no era dominante y lo hacía Mercedes, podía ganar alguna carrera, pero no podía ganar un Mundial. Si le mandas a Aston Martin hoy o le mandas a Alpine hoy, dejaría de ganar, es una evidencia. Al final, siempre necesitas un coche rápido y la historia, como decía Toni, está llena de casos de grandísimos pilotos que llegaron en una época mala a un equipo determinado y no pudieron ganar. Le ha pasado a Ayrton Senna, le ha pasado a Michael Schumacher, le ha pasado a Max Verstappen, le ha pasado a Fernando Alonso... Le ha pasado a todos.