¡Hay Mundial! Piastri gana y Norris cede, pero mete mucha presión a un desquiciado Verstappen

Oscar Piastri consiguió una importante victoria en el Gran Premio de Hungría, una carrera donde las órdenes de equipo obligaron a Lando Norris a ceder la posición a su compañero a falta de dos vueltas. McLaren, en un error extraño, provocó un undercut en pista entre sus propios monoplazas, lo que provocó que, durante muchas vueltas, trataran de convencer a Norris de que debía de levantar el pie en beneficio de su compañero, algo que no pasó hasta que solo faltaban dos vueltas.

Las dudas de Norris para hacerlo no tenían que ver con que no lo mereciera un Piastri que había liderado la prueba durante muchas vueltas, sino por el hecho de que Max Verstappen estaba muy lejos de los puntos. Desquiciado y agresivo, tuvo un golpe que pudo acabar muy mal con Lewis Hamilton a falta de siete vueltas. Por fortuna, los dos pudieron seguir en pista, acabando el británico en tercera posición y el neerlandés, quinto. Y lo mejor: hay Mundial de F1.

El campeonato se iguala mucho más, con una lectura clara: McLaren sigue creciendo, mientras Red Bull no termina de volver a los puestos de cabeza. El campeonato es largo y puede pasar absolutamente de todo. En el caso de los españoles, Carlos Sainz acabó sexto, mientras que Fernando Alonso, undécimo, se quedó fuera de los puntos, al dejar a Lance Stroll pasarle en los últimos giros con el objetivo de tratar alcanzar una novena posición que no logró.

TE PUEDE INTERESAR

La enésima pifia de la FIA, el enfado de Alonso y el trabajo cumplido de Sainz en Hungaroring

Pablo de Villota

En una salida de locos, muchas de las posiciones de cabeza se removieron. Norris perdía el liderato en favor de Piastri, Verstappen salía por fuera de la pista para ponerse segundo, Sainz se encontraba en un embudo y caía a la séptima posición, adelantado, entre otros, por Leclerc y, Alonso, ascendía a la sexta. Una coctelera removida que provocó que muchos monoplazas cambiaran posiciones en las primeras curvas, agitando el avispero desde el comienzo.

No habían pasado muchos giros cuando Verstappen devolvió la posición a Norris, temiendo una posible sanción y, poco antes de la octava vuelta, muchos monoplazas pasaban por boxes para cambiar neumáticos. Algunos buscaban el undercut, otros cambiar de estrategia para ganar posiciones, pero lo cierto es que, en una pista donde no es demasiado sencillo adelantar, muchos coches se movían en las primeras vueltas tratando de encontrar su hueco en pista.

Y uno de ellos fue Lewis Hamilton, que encontró la posibilidad de adelantar a Verstappen. Pero el neerlandés, que si por algo se caracteriza es por ser un guerrero, le devolvió la pasada en pista, en la vuelta 35... pero en un error incomprensible, se iba a la hierba. Todo como antes. Si el neerlandés quería seguir avanzando posiciones, necesitaba estar más fino, pues se quejaba continuamente de los problemas de su Red Bull para virar con cierta normalidad.

Esta pelea beneficiaba a los dos McLaren, que se alejaban en la cabeza de carrera, y a Ferrari, que se acercaba cada vez más por detrás. Y, entre tanto, llegó el momento de la segunda parada en boxes... donde, extrañamente, Red Bull se volvía a dormir, provocando que Verstappen perdiera la posición con Hamilton y Leclerc en un doble undercut que el tricampeón del mundo afeó a sus mecánicos por radio. "Es increíble cómo estropeamos nuestra carrera", espetaba enfadado.

Quienes hacían una parada que no muchos entendieron fue McLaren, decidiendo detener primer a Norris, con el consiguiente adelantamiento a su compañero Piastri para recuperar el liderato de la carrera. Pero lo cierto es que, si quieres soñar en grande, necesitas grandes decisiones, y esta fue una si lo que el equipo de Zak Brown busca es ser campeón. Y es que, una victoria de Norris con Verstappen tan atrasado, podía ser un mensaje en clave de Mundial. Solo era el inicio del lío.

Es cierto que McLaren les enviaba un mensaje para intercambiar posiciones, pero con letra pequeña: solo si Piastri llegaba a Norris y, en ningún caso, el británico iba a levantar el pie. Tenía que ser una excelente conducción del australiano la que diera pie a esta situación. Por detrás, Hamilton acariciaba el podio, pero Leclerc le apretaba muy seriamente por detrás. Y, en quinta posición, un Verstappen encendido con las dificultades de su monoplaza para mejorar posiciones.

Era la vuelta 57 y los españoles solo podían pelear por tratar de mantener las mejores posiciones posibles en los puntos, con Sainz en sexto lugar y Alonso, décimo. No estaba siendo una buena carrera para los dos, especialmente para el de Ferrari, que había perdido una gran oportunidad en la salida. Y la Scuderia recibía otro duro golpe a continuación, con el adelantamiento de Verstappen a Leclerc, que mandaba al monegasco a la quinta plaza.

La locura final

A Verstappen se le veía desquiciado. Consciente de que Norris dominaba y era inalcanzable, el neerlandés buscaba ganar todas las posiciones posibles, obviando el riesgo en pista. Y, así, a falta de siete vueltas para meta, cometió un error que le pudo costar muy caro. Se acercaba a Hamilton y veía la posibilidad de adelantar una plaza, con un doblado por medio, pero, en un adelantamiento imposible, se tocó con el británico, confirmando que el quinto puesto era lo mejor que iba a lograr.

Por delante, McLaren seguía insistiendo con tensas órdenes de equipo para que Norris le cediera la posición a Piastri, al entender que habían cometido un error en la estrategia y que el australiano merecía ganar. Después de muchos tiras y aflojas, dudas y protestas, el británico levantaba el pie a falta de dos vueltas para que Piastri le adelantara y pusiera rumbo a meta para ganar su primera carrera en Fórmula 1 (además de la ya lograda al esprint el pasado curso).

Pese a ello, Norris le mete un zarpazo al Mundial y lanza un aviso: queda mucho por delante. Por ello, el nerviosismo e Verstappen es cada vez más patente. En cuanto a los españoles, Sainz solo pudo acabar sexto, mientras que Alonso finalizó undécimo y fuera de los puntos, tras dejarse adelantar por su compañero Lance Stroll con el objetivo de pasar a Yuki Tsunoda, al que no pudo superar por poco. El Mundial es muy largo y McLaren está volando. Normal que SuperMax empiece a temblar.