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"Que se jodan, me habéis dado una estrategia de mierda". Mx Verstappen vuelve por sus fueros
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POLÉMICO TRATO HACIA SU EQUIPO

"Que se jodan, me habéis dado una estrategia de mierda". Mx Verstappen vuelve por sus fueros

Tras un largo tiempo de placidez en la Fórmula 1, Max Verstappen vuelve a sacar su lado más agresivo y hasta desconsiderado con su equipo. Carácter habitual o nuevos tiempos para el neerlandés, quién sabe

Foto: El neerlandés, durante el último Gran Premio. (EFE/Martin Divisek)
El neerlandés, durante el último Gran Premio. (EFE/Martin Divisek)

Nerviosismo ante la amenaza de rivales que ya han desbordado a Red Bull con su monoplaza. Sensación de control sobre un equipo que considera su herramienta personal. Manifestación de un carácter asertivo y formado desde la infancia para mostrarse implacable y sin la menor fisura. Cada vez mayor distanciamiento de Red Bull… elija una propuesta -o todas- de las anteriores para explicar el comportamiento de Max Verstappen en el pasado Gran Premio de Hungría.

Si la actitud de su ingeniero Gianpiero Lambiase ejerce de termómetro, Verstappen excedió la habitual tolerancia que Red Bull despliega con su piloto, como también ocurrió con el pasado Gran Premio de Bélgica. Han bastado algunas carreras si el dominio de estos dos últimos años para que recuperara un comportamiento irascible y cuestionable, porque en Hungaroring no tuvo reparos en humillar al equipo que tantos éxitos le está proporcionando, talento personal aparte.

Durante y después de la carrera, Verstappen exhibió la contundencia que le ha distinguido siempre, diciendo clara y llanamente lo que piensa. ¿Siempre? No, al menos no en un tema particular…

"Creo que debería disculparse"

"Creo que fue muy grosero en su tono con Lambiase. Creo que debería disculparse. Tal vez sea un poco anticuado, pero si mi hijo me hablara en ese tono, creo que le echaría una buena bronca", declaraba el expiloto Damon Hill tras escuchar las palabras de Verstappen a su ingeniero. Lambiase lo hizo, elegantemente y a su manera.

Quizás sería interesante rebobinar tres semanas atrás, al Gran Premio de Austria. Fue unánimemente reconocido que Max Verstappen no dejó espacio a Lando Norris, ambos chocaron, y quedaron fuera de carrera. Helmut Marko y Christian Horner se lanzaron a apoyar a su piloto sin fisuras, aunque las imágenes fueran muy claras y el piloto sancionado.

"Estoy decepcionado con un equipo tan grande como Red Bull, que casi anima ese comportamiento al volante, si escuchas lo que se dijo por la radio al piloto", denunciaría después Zak Brown, el responsable de McLaren. "¿Quién es Zak Brown?", ironizaba el piloto holandés al ser luego preguntado por las palabras del americano.

En Hungría, ese mismo equipo era humillado por ese mismo piloto con el que había cerrado filas dos semanas atrás. Tras su parada en boxes, el neerlandés perdió varias posiciones. "Me estáis jodiendo mi carrera", gritó por la radio. Tras la última, el neerlandés salió en tromba a por sus rivales, Lewis Hamilton, en primer lugar.

"Es infantil en la radio"

Lambiase le pidió prudencia con el neumático tras marcar la vuelta rápida. "Bueno, eso se llama empezar con cuidado", le comentaba el ingeniero. "No me cuentes chorradas, me habéis dado una estrategia de mierda y me toca a mí recuperar lo que queda", cortó tajante.

A partir de ese momento, Lambiase cambió de registro, hasta el punto de desautorizar públicamente a su piloto en dos ocasiones. "¿No debería haber dejado la distancia de un coche?", le preguntó Verstappen a su ingeniero, buscando su complicidad tras salir por los aires en el contacto con Hamilton. El mismo que en Austria estranguló a Norris, pero Lambiase no quiso secundar en esta ocasión a su piloto, algo muy poco frecuente en este tipo de incidentes entre un ingeniero y su colega. "Ibas por detrás en el pico (de la curva), Max". "Vale, lo que quieras", contestó el piloto.

"Se movió en la frenada", volvió luego a la carga Verstappen, por quien cuyas prácticas se instituyó la regla de no moverse durante la frenada. "Ni siquiera voy a entrar en una lucha por la radio con otros equipos, dejaremos que los comisarios hagan su trabajo, es infantil en la radio, infantil" le contestó Lambiase. Era evidente que, como en Spa, a Lambiase le habían tocado las narices.

"Que se jodan todos"

Al terminar la carrera, Horner aplicó la vaselina, como tantas veces en el pasado. "Creo que Gianpiero en ese momento no se refería a Max, se refería a otros en la radio quejándose de las penalizaciones, así que no creo que se refiriera a Max. Otros, evidentemente, se enfrentan a sanciones, porque evidentemente los comisarios también escuchan la radio".

Al terminar la carrera, Verstappen fue también crítico con su equipo en la estrategia seguida, reconociendo que Red Bull ha caído por detrás de McLaren. Como en ocasiones ha comentado Sainz, la estrategia se complica cuando un monoplaza no es rápido, pero el holandés siguió leyendo la cartilla a su equipo, para elevar luego el tono al referirse al duelo con Hamilton.

"Veo muchos comentarios de personas que dicen 'estás demasiado frustrado, fuiste demasiado lejos en tus comentarios, le faltas el respeto al equipo'. Que se jodan todos". Fiel a ese lema de 'antes partido que doblado', Max Verstappen rechazó cualquier disculpa por el trato dado su equipo por la radio. "No creo que debamos disculparnos, solo creo que debemos hacerlo mejor. No sé por qué la gente piensa que no se puede hablar en una radio. Este es un deporte. Si a algunas personas no les gusta, quédense en casa".

placeholder En Red Bull han aprendido a atemperar el comportamiento de Verstappen. (Reuters/John Blade)
En Red Bull han aprendido a atemperar el comportamiento de Verstappen. (Reuters/John Blade)

"Sí, eso es lo que dije"

Helmut Marko cuestionó la estrategia del equipo, dando como siempre e incondicionalmente la razón a su piloto. Y Horner volvió a hacer otro ejercicio de engrase hacia su piloto. "Max estaba frustrado, lo cual puedes entender. Tiene una línea de comunicación muy directa con su ingeniero, así que sí, es algo que discutirán entre los dos", en un magnífico eufemismo del el responsable de Red Bull.

Foto: Que Mercedes siga mejorando puede ser una baza en su afán por Verstappen. (Europa Press/Xavi Bonilla)

"Llevan juntos durante ocho años y sí, hay cosas que podríamos haber hecho mejor en la carrera de hoy y de las que hablaremos como equipo". También justificó que Verstappen estuviera hasta las tres de la mañana la noche anterior participando en carreras de simulador. Está claro que el neerlandés tiene tomada la medida a su equipo.

Claro, directo, sin pelos en la lengua, solo una vez en los últimos tiempos se ha mostrado remiso con su contundente asertividad. "¿Seguirá en Red Bull el año que viene?", se le preguntaba en la rueda de prensa del GP de Austria. Verstappen contestó con una amplia gama de circunloquios. "¿Sí, o no?", se le insistió en dos ocasiones. "Sí, eso es lo que dije...". Nada que ver con el Max Verstappen que volvió a brillar en todo su esplendor en el pasado Gran Premio de Hungría.

Nerviosismo ante la amenaza de rivales que ya han desbordado a Red Bull con su monoplaza. Sensación de control sobre un equipo que considera su herramienta personal. Manifestación de un carácter asertivo y formado desde la infancia para mostrarse implacable y sin la menor fisura. Cada vez mayor distanciamiento de Red Bull… elija una propuesta -o todas- de las anteriores para explicar el comportamiento de Max Verstappen en el pasado Gran Premio de Hungría.

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