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Cuando Superman y Alpine se quitan la capa: adiós a los motores de Renault en la Fórmula 1
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el final de una gran tradición motorística

Cuando Superman y Alpine se quitan la capa: adiós a los motores de Renault en la Fórmula 1

Bruno Famin confirma en Spa el rumor de que el Grupo Renault renuncia definitivamente a motorizar su propio equipo para convertirse en cliente, probablemente, de Mercedes. Renuncia, así, a parte de su tradición y personalidad en la F1

Foto: Fernando Alonso se fue desencantado con la política de Alpine. (EFE/Sebastiao Moreira)
Fernando Alonso se fue desencantado con la política de Alpine. (EFE/Sebastiao Moreira)

El comienzo de la carta no podía ser más duro. "Estoy profundamente desanimado y enojado por la reciente decisión de Alpine de separarse de los motores Renault F1 y cambiarse a Mercedes. Como exempleado, este resultado me afecta especialmente". Pierre Chauty, el exasesor legal de Alpine, publicaba una durísima carta en Linkedln sobre la situación de la marca, el equipo de Fórmula 1 y la gestión del máximo responsable del Grupo Renault, Luca de Meo.

Bruno Famin, responsable del equipo, confirmaba este viernes la noticia: el equipo se convierte en cliente motorista, pendiente de confirmar el futuro suministrador de motores a partir de 2026. Una decisión desconcertante en un fabricante distinguido por su vocación motorística hacia la Fórmula 1 desde su llegada con los motores turbo en 1977. Como si a Superman le quitaras su capa.

placeholder La gestión de De Meo y Rossi ha sido duramente contestada. (Reuters/Paul Childs)
La gestión de De Meo y Rossi ha sido duramente contestada. (Reuters/Paul Childs)

"Un revés del que el Grupo no se recuperará"

"Más allá de consideraciones personales, la asociación de Alpine con Mercedes podría traer beneficios técnicos, pero las consecuencias humanas son desastrosas", apuntaba Chauty después de una demoledora crítica a de Meo y, más dura aún, a Laurent Rossi, el CEO de la marca y máximo responsable del equipo hasta su defenestración el pasado año.

"La pérdida de personal cualificado y experimentado es un revés del que Alpine y, potencialmente el Grupo Renault, no se recuperarán, y el impacto sobre los más de 500 empleados de Viry-Châtillon, incluidos muchos contratistas que serán despedidos casi inmediatamente sin ninguna protección, es desgarrador".

Bruno Famin daba carta de naturaleza en Spa a la defenestración de Viry Chatillon (sede motorista del Grupo Renault) como suministrador de motor del equipo de Fórmula 1, así como a la renuncia a presentar su propia unidad de potencia para el futuro reglamento de 2026. El francés presentaba la decisión como parte de un amplio programa de reestructuración de la marca de automóviles.

Un proyecto de transformación

"Lo último es que hemos presentado un proyecto y no es la PU (la unidad de potencia). El proyecto es mucho más grande que eso. Es un proyecto de transformación a nivel de Alpine. La marca Alpine se está desarrollando: tiene un gran proyecto de desarrollo de nuevos modelos en los próximos años con mayor tecnología".

Básicamente, la estructura destinada a las motorizaciones de Fórmula 1 se dedicarán a apoyar el lanzamiento de la marca de turismos deportivos. "El proyecto que se presentó a principios de semana al representante del personal en Viry consiste en reasignar los recursos de un lado a otro. Por un lado, el desarrollo del propulsor de Fórmula 1, que ya se fabrica en Viry, para dedicar esos recursos y capacidades al desarrollo de nuevas tecnologías para el nuevo proyecto de la marca".

Famin añadía el corolario final que denunciaba el exasesor de Alpine: "Una de las consecuencias de este proyecto, si se acepta, sería que el equipo Alpine F1 comprará una unidad de potencia en lugar de desarrollar una propia. Entonces, habrá más recursos para desarrollar la marca y una unidad de potencia diferente para competir en el equipo de Fórmula 1". Famin dejará el equipo de Fórmula 1 para centrarse en las nuevas actividades de Viry-Chatillon.

Arriar la bandera

Obviamente, tal decisión supone renunciar a uno de los grandes elementos distintivos y diferenciadores de un fabricante en la Fórmula 1: ha sido arriada la bandera de la capacidad tecnológica, de investigación y vanguardia que representa la presencia en la competición al más alto nivel, con todos los beneficios en materia de marketing y comunicación que acarrea.

placeholder Briatore dirige ahora el rumbo de Alpine, aunque ya sin motores del Grupo. (EFE)
Briatore dirige ahora el rumbo de Alpine, aunque ya sin motores del Grupo. (EFE)

Se trata, así, de otra decisión polémica y creativa, como la tomada por De Meo para defender a su llegada la continuidad del Grupo Renault en la Fórmula 1, que contaba con gran oposición interna. El italiano diseñó un esquema sorprendente: convertir a una pequeña marca de nicho y un solo modelo en el mercado, Alpine, en el estandarte deportivo de una multinacional con décadas de presencia en la Fórmula 1.

A partir de aquí se debía desarrollar una amplia gama deportiva que justificara dicha presencia. Como empezar la casa por el tejado. La marca no ha crecido al ritmo que se preveía y el equipo de Fórmula 1 ha mantenido una imparable caída competitiva, acompañada por una limpia de todos y cada uno de sus responsables, algunos con décadas de experiencia en su seno.

¿Es Flavio Briatore el inductor de una decisión tan pragmática como polémica? ¿Estaría preparando el Grupo Renault la venta de su equipo, para lo cual desgajar la filial motorística supondría un primer paso, como cuando se trocea una multinacional para su mejor venta posterior por grandes fondos de inversión? Irónico sería que dirigiera el proceso quien dio los únicos títulos a Renault en los años de Fernando Alonso.

El fin de una larga historia

Renault se ha distinguido desde que llegó a la Fórmula 1 por su vocación motorística. Revolucionó la disciplina al introducir la tecnología turbo a partir de 1977, que transformó la industria automovilística tras unos duros comienzos como pionero con los motores turboalimentados.

En 1985, se puso fin a aquella era, pero el fabricante francés se mantuvo como exitoso suministrador con sus V10 en Williams y Benetton. En 2000 adquiría este último equipo y, con distintas plataformas de motores, lograron dos títulos con su equipo oficial hasta la retirada en 2009.

Fiel a su tradición tecnológica, Renault continuó como proveedor motorístico asociado con Red Bull, desarrollando la innovadora tecnología de soplado con los gases de escape que se combinaba con las creaciones aerodinámicas de Adrian Newey.

La tecnología híbrida supuso un duro golpe para Renault, al no equipararse nunca en rendimiento con sus rivales, incluido Honda, de tan escabrosos comienzos y con retraso en su programa frente a Mercedes o Ferrari. Al final, el equipo oficial terminó como su único cliente de las unidades híbridas.

Al renunciar a los ambiciosos objetivos de hibridación del próximo reglamento, el Grupo Renault ha tomado una decisión quizás pragmática y efectiva desde el punto de vista financiero y de recursos. Pero resulta inevitable pensar que Superman seguirá volando sin capa...

El comienzo de la carta no podía ser más duro. "Estoy profundamente desanimado y enojado por la reciente decisión de Alpine de separarse de los motores Renault F1 y cambiarse a Mercedes. Como exempleado, este resultado me afecta especialmente". Pierre Chauty, el exasesor legal de Alpine, publicaba una durísima carta en Linkedln sobre la situación de la marca, el equipo de Fórmula 1 y la gestión del máximo responsable del Grupo Renault, Luca de Meo.

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