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Carlos Sainz y Williams, los "calzoncillos de Superman" o cuando el feo se liga al más guapo
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EL PROYECTO DE FUTURO DEL EQUIPO BRITÁNICO

Carlos Sainz y Williams, los "calzoncillos de Superman" o cuando el feo se liga al más guapo

James Vowles ha conseguido convencer a Sainz de las bondades del proyecto en el que Williams está embarcado. Es un gran desafío de futuro con un equipo a la cola de la tabla

Foto: Carlos Sainz, en una imagen reciente. (Europa Press)
Carlos Sainz, en una imagen reciente. (Europa Press)

"Hay una razón por la que dejé Mercedes para venir aquí. Este no es el Williams de antaño y, ante todo, que tengamos a Sainz en nuestra lista sin duda les mostrará lo que queremos". Desde hace meses, James Vowles se ha deshecho en elogios hacia Carlos Sainz y le ha convertido en su pieza de caza mayor. Al final, se ha llevado a la chica guapa al huerto.

Frecuentemente, un gran conquistador no es el más agraciado, sino quien mejor sabe tocar las teclas de la seducción. Sin duda, es Williams el que más gana por el mensaje que envía Carlos Sainz, un voto de confianza que supone un gran éxito para Williams. Solo cabe escuchar las reacciones del propio Vowles al comunicar la llegada del español para comprender el valor que concede a su nuevo piloto.

Porque el gran mérito de James Vowles ha sido convencer a un piloto al que no hubiera nunca accedido, y por una razón: el proyecto, especialmente a partir de 2026. Solo Carlos Sainz sabe cuáles han sido los poderes, la hoja de ruta y los avales presentados por el responsable de Williams para convencerle. Porque, a día de hoy, el fichaje por el equipo británico representa un paso atrás para el piloto español. Si es para dar dos adelante en el futuro, queda tiempo para descubrirlo.

Las agendas de Mercedes y Red Bull

Sainz ha debido afrontar un escenario más que subóptimo con la decisión de Ferrari, deliberadamente ocultada mientras le hacía pensar en la continuidad. Con el pie cambiado, el español ha debido calibrar cuál la opción más conveniente entre las más débiles de la parrilla. Porque Red Bull y Mercedes mantienen sus propias agendas al margen de su consideración hacia el talento del madrileño.

El equipo austríaco cuenta con una cantera de pilotos financiada durante años, y Max Verstappen no quería a Sainz a su lado, según ha podido saber este medio de dos fuentes distintas. Tema aparte es que Toto Wolff consiga arrancar al holandés de las garras de Christian Horner. Ocurrirá en 2026. El austríaco quiere que sea ya para 2025.

Mercedes ha financiado la carrera de Kimi Antonelli y no querrá perderle como en su día a Verstappen frente a Helmut Marko. En este escenario el madrileño contaba con pocas opciones, y menos la de esperar. Y si cazara finalmente al holandés, Alpine tiene un asiento para el joven italiano como compensación para un intercambio de motores a partir de 2025.

El tercer grado a sus pretendientes

Mientras Sainz mantenía un ojo puesto en posibilidades fuera de su control, se concentraba en aquellas que sí lo estaban: Audi, Williams y Alpine a última hora han priorizado su contratación. El madrileño podía elegir, pero tras una profunda auditoría a cada una de sus opciones. Con un objetivo estratégico crucial: la proyección de cada uno de estos equipos a partir de 2026.

Sainz se ha aplicado al proceso con la misma mentalidad analítica y brutalmente exhaustiva que derrocha en su profesión o, reciente ejemplo más anecdótico, como en el intenso proceso de recuperación de su apendicitis, que le llevó del quirófano al podio del Gran Premio de Australia en dos semanas.

Dotado de una singular inteligencia, extremadamente analítico y equilibrado, con el temperamento apasionado de su padre más atenuado, el madrileño ha aplicado un tercer grado a sus pretendientes. Es el largo recorrido y la coherencia del proyecto el factor clave que ha terminado por convencerle. Así como el liderazgo y la determinación de James Vowles.

Las razones de los descartes

Hasta donde ha podido saber este medio, Audi ha sido tachado de la lista por la falta de carisma y potencial del pretendiente. La llegada de Binotto es síntoma de ello. Si un piloto como Carlos Sainz no confiaba en la hoja de ruta de uno de los mayores fabricantes del mundo, debieron pensar en el consejo de administración, conviene tomar cartas en el asunto. Mejor dejar al antiguo jefe de Ferrari que ponga la casa en orden y, si confluyen nuestros caminos, allí nos veremos.

La llegada en tromba de Flavio Briatore tampoco ha convencido. La línea descendente de Alpine aún no ha tocado suelo todavía ante la caótica gestión del Grupo Renault. La confianza en el futuro de la marca, tampoco. La decisión de prescindir de su filial de motorización insinúa un plan de reordenación para una posible venta del equipo. Nada más opuesto que un proyecto a largo plazo. Y si Alpine contara con la nueva motorización de Mercedes, una casa desordenada no mejora con una simple mano de pintura. Para integrarse en un equipo cliente, mejor uno con la casa en orden.

La hoja de ruta y las pruebas

Sainz ha encontrado enfrente un interlocutor que ha predicado con su propio ejemplo. Como ese gestor de fondos que invierte su propio capital donde invierte el de sus clientes. La mano derecha de Toto Wolff apostó por un equipo destinado a la extinción. Para semejante paso, el británico recibiría a su vez las suficientes garantías de Dorilton, el fondo inversor que salvó a Williams de la ruina. Las mismas que habría trasladado a Sainz. Si tú crees, por qué no yo, pensaría el madrileño.

Sin embargo, Sainz ya conoce y ha sufrido al "Club de la Piraña". Un perfil intelectual y emocional como el suyo habrá exigido a Vowles un profundo informe sobre el plan estratégico de Williams para los próximos años. Vowles reconocía en Spa que Sainz le pedía informes de las razones del rendimiento de sus monoplazas en cada sesión de cada gran premio.

La hoja de ruta de Williams, en definitiva, resulta más convincente que la expuesta por Audi y Alpine. "Estamos invirtiendo decenas, si no cientos millones para llevar a este equipo donde estaba en términos de éxito", declaraba recientemente el responsable de Williams. Sainz habrá recibido pruebas de ello. Y solo las partes conocen las salidas contractuales que el español ha aplicado en su vínculo con el equipo británico.

"Los calzoncillos de Superman"

Aunque Vowles no habrá ocultado bajo la alfombra al español la realidad de un equipo sometido a un profundo proceso de reestructuración ante sus grandes carencias. En las redes circulaban los vídeos del responsable de Williams dirigiéndose a los suyos, hablándoles de “dos o tres años de sufrimientos” ante el proceso de transformación que el equipo británico está viviendo en todos los sentidos.

“Si vuelves atrás a cómo trabajábamos, por ejemplo, hace 20 años, un montón de cosas llegarían tarde, pero alguien se pondría sus calzoncillos de Superman sobre la parte exterior de sus pantalones, correría y salvaría el día. En realidad, todavía estamos trabajando en ese modo”. Así se expresaba este invierno Pat Fry, el recién llegado director técnico, refiriéndose los sistemas y procesos del equipo británico para construir el monoplaza de 2024.

El propio Vowles no ha ocultado los desfasados sistemas de producción y logística que, recién llegado de Mercedes, le parecían propios de la Edad de Hierro de la Fórmula 1. Sin embargo, por razones convincentes que solo él conoce, Sainz ha decidido compartir la visión de James Vowles. En su fuero interno, con el afán de marcar diferencia y liderar la resurrección de un histórico de la Fórmula 1.

Joven todavía, pero ya maduro con su experiencia en Toro Rosso, Renault, McLaren y Ferrari, Carlos Sainz ha recogido el guante. En la vida, un paso atrás sirve en ocasiones para dar dos hacia delante. O, a veces, te lleva a tu destino por los caminos más inescrutables.

"Hay una razón por la que dejé Mercedes para venir aquí. Este no es el Williams de antaño y, ante todo, que tengamos a Sainz en nuestra lista sin duda les mostrará lo que queremos". Desde hace meses, James Vowles se ha deshecho en elogios hacia Carlos Sainz y le ha convertido en su pieza de caza mayor. Al final, se ha llevado a la chica guapa al huerto.

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