Villar, sobre la fecha de la final de Copa: "¡Pero qué prisa tenéis!"

Desde que se supo que Sevilla y Atlético de Madrid disputarían la final de la Copa, a la Real Federación Española de Fútbol le surgió un problema que todavía no ha sabido solucionar y que le está dejando en evidencia.

A mes y medio para el término de la temporada, aún no se sabe dónde y cuándo se jugará el partido, y lo peor de todo es que a Ángel María Villar, presidente de la RFEF, parece no agobiarle nada la chapuza que esto significa. De hecho, en una reciente Junta federativa, contestó un contundente e irónico “¡pero qué prisa tenéis!” a los directivos que se mostraban más impacientes por encontrar una fecha definitiva.

Quizá la prisa de los miembros de la Junta persiga arreglar cuanto antes una chapuza que comenzó en verano. Y es que ese encuentro no tenía fecha definitiva en el calendario oficial aprobado entonces, mucho más condensado este año debido al Mundial de Sudáfrica y a la celebración de la final de la Liga de Campeones por primera vez en sábado y, encima, en el Santiago Bernabéu de Madrid. 

La fecha reservada a la final de Copa se dejó a expensas de conocer los equipos que llegaran a disputarlo. Como Sevilla y ‘Atleti’ estaban ‘vivos’ en competición europea, la RFEF esperó a que cayeran pronto para así poder disputarla en fechas reservadas para la final de la Europa League (12 de mayo).

Los hispalenses fueron apeados en octavos de ‘Champions’ hace dos semanas por el CSKA de Moscú, lo que seguramente hizo aparecer un cierto gesto de alivio en la cara de los dirigentes federativos. Gesto que se torció a los dos días debido a que los rojiblancos consiguieron el pase a cuartos de la segunda competición continental, donde este jueves se enfrentan al Valencia.

Villar y compañía verían solucionado su problema si los ‘ché’ echan a los madrileños. De hecho, no van a mover ni un dedo hasta que se juegue la vuelta la semana próxima. Pero si el Atlético alcanza las semifinales de la Europa League, ya sí que no se podrá seguir jugando con fuego y la RFEF deberá dar la fecha definitiva de la final de la Copa del Rey, de la que también depende la agenda oficial del Jefe de Estado, el rey Juan Carlos.

Imaginación para encontrar fecha definitiva

Por ello, la imaginación para encontrar un hueco está dando sus frutos. Primero se le pidió permiso a la FIFA para que se disputara el 26 de mayo, a lo que el máximo organismo se negó porque ese día los internacionales mundialistas deben estar ya concentrados con sus respectivas selecciones.

A partir de ahí, las siguientes opciones que se barajan son dos. Una pasa por adelantar la última jornada liguera para que la final de Copa se juegue el sábado 15 de mayo. Esto sólo es viable si el Atlético no alcanza la final de la Europa League.

La otra, mucho más ingeniosa, es convertir el Sevilla-Atlético de Liga, que se juega el 2 de mayo, en la final de la Copa del Rey. Es decir, que los otros nueve partidos de esa jornada se disputen íntegramente el domingo y organizar la final del torneo del KO el sábado 1 de mayo. El encuentro liguero entre ambos equipos se jugaría el miércoles 5 de mayo.

Esta última opción también es viable sólo si el Atlético cae eliminado, tal y como reconoció el presidente del Sevilla, José María del Nido, este mismo martes. Del Nido sentenció: “Esperaremos dos semanas y lo sabremos”, dejando claro que de eliminar los de la ribera del Manzanares al Valencia, el lío aún no tendría solución.

Todos estos galimatías vienen a consecuencia de la mala planificación de los dirigentes del fútbol español. Pero Villar, que es su máximo responsable, no está ni siquiera nervioso. O al menos así lo transmite a sus colaboradores.