Atlético de Madrid y Sevilla, dos equipos condenados a enfrentarse

La final de la Copa del Rey que enfrentará a Atlético de Madrid y Sevilla estará marcada por la rivalidad entre dos de los mejores equipos de España, y dos de las mejores aficiones del fútbol europeo, que curiosamente también son las que peor se llevan. Y es que la enemistad entre sevillistas y atléticos ha ido acrecentándose en los últimos años.

A poco más de 24 horas para que se juegue la gran final, ambos equipos han puesto sus cartas encima de la mesa. El Atlético de Madrid llega al Camp Nou con la resaca de la euforia desatada tras la consecución de la copa de la Europa League ante el Fulham, y con la vista puesta en el doblete. Los rojiblancos ya lanzaron su campaña "vamos a soñar más fuerte" y mostraron su picardía con el eslogan 'el sueño continúa' serigrafiado en el autobús de los campeones, un mensaje que ya utilizó el Sevilla en pasadas campañas.

En el club de Nervión la estrategia ha sido completamente diferente. Conscientes de que el equipo rojiblanco llegaría con la moral suficiente como para hacerse con la Copa del Rey, el Sevilla ha puesto en marcha una campaña para minusvalorar el logro colchonero basándose en que ellos ya lo habían conseguido antes: 'Los sueños son nuestros’, reza el eslogan del anuncio sevillista. En las imágenes del anuncio se comparan las finales de Eindhoven, ganada por el Sevilla, y Hamburgo, que se adjudicó el Atlético de Madrid. En la secuencia se puede ver a la plantilla de uno y otro equipo levantando la copa, la celebración de los goles decisivos de Maresca y Forlán, los jugadores dedicando el título a la grada tirándose en plancha... '¿De verdad vas a dejar que nos copien los sueños? Los sueños son nuestros', finalizaba el anuncio con un claro tono irónico con el fin de animar a su afición y desestabilizar al rival.

Tampoco se ha mantenido al margen el presidente del Sevilla, José María del Nido, que se ha encargado de echar más leña al fuego al asegurar que el equipo nervionense "es más poderoso ganando títulos en los últimos años que el Atlético de Madrid, por mucha 'Europa League' que haya ganado".

Estos mensajes han conseguido 'encender' a la hinchada rojiblanca que ha recordado a través de las redes sociales la trayectoria del club sevillista.

 

Una enemistad que viene de lejos

La enemistad entre la afición sevillista y rojiblanca se prolonga en el tiempo. Las diferencias ideológicas entre los Biris y el Frente Atlético han provocado numerosos altercados entre ambas aficiones. La hostilidad se palpó en la temporada 2000-2001 cuando ambos clubes militaban en segunda división, y en los últimos años ha venido acrecentándose. Sólo hay que hacer memoria y recordar la botella de whisky que fue lanzada a Andrés Palop y que obligó a suspender el partido en el Calderón durante 14 minutos y provocó todo tipo de críticas en el mundo futbolístico, amén de un debate sobre la seguridad en los campos.

Dos años después, en 2008, la enemistad se hacía patente hasta el punto de que se pudo temer lo peor en el Sánchez Pizjuán. Varios incidentes violentos terminaron con dos hinchas rojiblancos apaleados y otro del Sevilla herido por un navajazo. La repercusión del hecho dio la vuelta al mundo porque una de las agresiones fue grabada en vídeo gracias a un teléfono móvil.

Hoy los ánimos se caldean dentro del campo y es la grada la que centra toda la atención con sus cánticos. La afición atlética grita 'sevillanos, yonkis y gitanos', mientras que la de Nervión tacha de 'mierda' al 'patético de Madrid'. Estas circunstancias hicieron que José María del Nido pusiese todo tipo de pegas para jugar la final de la Copa del Rey en Madrid: "Tengo en mente la seguridad de las aficiones. La capital de España tiene dos grandes equipos, con dos grandes aficiones y dos grupos radicales y tememos que se pueda producir alguna desgracia. Jugar en una ciudad distinta minimizaría los riesgos".

Dicho y hecho. Ahora atléticos y sevillistas esperan que la final de mañana en el Camp Nou sea lo más tranquila posible. Por si acaso, la Comisión Antiviolencia ha declarado el partido de 'alto riesgo'.