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Cuando los fichajes millonarios resultan ser un chasco
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PÉRDIDAS ECONÓMICAS EN LA COMPRAVENTA DE JUGADORES

Cuando los fichajes millonarios resultan ser un chasco

El Real Madrid de Florentino Pérez es el mejor ejemplo de que un equipo formado a golpe de talonario no es ni mucho menos garantía de

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Cuando los fichajes millonarios resultan ser un chasco

El Real Madrid de Florentino Pérez es el mejor ejemplo de que un equipo formado a golpe de talonario no es ni mucho menos garantía de éxito. El fútbol está repleto de casos en los que las expectativas creadas en torno a un jugador se desmoronan después de pagar enormes cantidades de dinero y casos en los que el club sale perjudicado económicamente en la operación de compra y posterior venta. Son los llamados fichajes no rentables. Un fiasco para el club y para la afición.

El caso más reciente es el del ya jugador del Milan, Zlatan Ibrahimovic. El sueco llegó del Inter como la ‘reencarnación’ de Samuel Eto’o, pero su rendimiento no fue el esperado. A pesar de marcar 16 goles en Liga, el club esperaba más de él después de desembolsar cerca de 72 millones de euros por hacerse con sus servicios (45 millones, más el traspaso de Eto’o, más una penalización de 4 millones adicionales por no entregar a Hleb al conjunto neroazzurro ). La tirante relación con el técnico, Pep Guardiola, ya le situaban fuera del equipo a final de temporada y aceleró las conversaciones con el Milan hasta que se certificó su traspaso por 24 millones de euros.

Grosso modo, el año de Ibrahimovic como azulgrana le costó al Barça 48 millones de euros, más los 12 brutos de su salario. La directiva quiso ver el vaso medio lleno y justificar el despilfarro del fichaje más caro de su historia como un ahorro a largo plazo ya que no tendría que pagar su ficha -una de las más altas- durante los cuatro años restantes.

El Real Madrid tampoco parece muy experto a la hora de hacer negocios últimamente. Es muy rápido con la chequera, pero anda algo lento cuando se trata de recuperar lo invertido en muchos de los jugadores que finalmente abandonan la entidad. El caso de los holandeses es especialmente llamativo, puesto que el club blanco suele salir perdiendo con sus traspasos. Ruud Van Nistelroy llegó a Concha Espina tras previo pago de 15 millones al Manchester United. Hizo un buen papel con la camiseta blanca, pero terminó yéndose gratis al Hamburgo. Con Huntelaar, el Real Madrid siguió sumando pérdidas. Pagó al Ajax 20 millones de euros para venderlo después al Milan por 7 millones por debajo del precio de compra.

Los descartes del Madrid, estrellas en Europa

El caso de Sneijder y Robben fue uno de los grandes fracasos de la segunda era Florentino. Las pérdidas económicas fueron considerables (perdió 10 millones en la venta de Sneijder y 11 con la de Robben), pero en cuestiones deportivas, el Real Madrid resultó aún más damnificado. Se trató de una fuga de talentos en toda regla. Ambos quedaron descartados con la llegada de los ‘galácticos’ Kaká y Cristiano Ronaldo y se les abrió la puerta para marcharse. Si bien el balance de Sneijder fue positivo en el Madrid, el periplo de Robben estuvo plagado de lesiones. Sin embargo, en cuanto cruzaron las puertas del Santiago Bernabéu, ‘se salieron’. El primero lo ha ganado todo con el Inter - Copa de Italia, Scudetto y Champions League- y el segundo fue decisivo en el once del Bayern de Munich. El Real Madrid se desprendió además de dos de los jugadores con más proyección  internacional y más destacados en el Mundial de Sudáfrica. ¿Sucederá lo mismo con Van der Vaart en el ‘euro-Tottenham'?

El Manchester City tampoco hizo mucho negocio con la contratación de Robinho. En 2008 el club inglés pagó al Madrid 42 millones de euros, que a su vez había abonado por él 24 -aquí los blancos sí sacaron tajada-. Dos años después se deshizo del brasileño y el Milan solo tuvo que pagar 18 millones para incorporarlo a sus filas. Más sonoros fueron los 10.000 millones, aún en pesetas, con los que un primerizo Florentino Pérez sedujo a Luis Figo, en su momento el traspaso más caro de la historia. El portugués cambió de chaqueta y pasó a ser el “gran traidor” para la afición culé hasta que se fue, sin un euro de por medio, al Inter. El club blanco amortizó al luso, pero no aprovechó su valor y prestigio a la hora de traspasarlo. Una vez más el objetivo era quitarse de encima un jugador con una ficha desmesurada que ya no contaba como titular.

Fiascos históricos

Ejercitando la memoria y echando la vista mucho más atrás en el tiempo, quién no recuerda fichajes ‘chasco’ como el de Valery Karpin por el Valencia (6 millones de euros), donde firmó una penosa temporada, o el de Meho Kodro, otra estrella realista que, tras pagar el Barça su clausula de 700 millones de pesetas, sus constantes lesiones y sus daños psicológicos derivados del recrudecimiento de la guerra en Bosnia le impidieron brillar como se esperaba. Pero si hablamos de fichajes decepcionantes, hay un nombre que sobresale por encima de todos: Robert Prosinecki. A sus 21 años, el croata aterrizó en Madrid con la etiqueta de mejor jugador del mundo, pero nada más lejos de la realidad. Los 1.000 millones que costó no compensaron las interminables lesiones que sufrió sin que terminara de cuajar en la liga española.

El Real Madrid de Florentino Pérez es el mejor ejemplo de que un equipo formado a golpe de talonario no es ni mucho menos garantía de éxito. El fútbol está repleto de casos en los que las expectativas creadas en torno a un jugador se desmoronan después de pagar enormes cantidades de dinero y casos en los que el club sale perjudicado económicamente en la operación de compra y posterior venta. Son los llamados fichajes no rentables. Un fiasco para el club y para la afición.

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