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La Candidatura Ibérica mantendrá su fortaleza a pesar de la crisis de Portugal
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SEGÚN EL PLANTEAMIENTO DE LA FEDERACIÓN Y DE LA FIFA

La Candidatura Ibérica mantendrá su fortaleza a pesar de la crisis de Portugal

Las altas instancias deportivas nacionales apuestan por España y Portugal para acoger el Mundial de Fútbol de 2018 o 2022, pero será la FIFA quien decida,

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La Candidatura Ibérica mantendrá su fortaleza a pesar de la crisis de Portugal

Las altas instancias deportivas nacionales apuestan por España y Portugal para acoger el Mundial de Fútbol de 2018 o 2022, pero será la FIFA quien decida, el próximo 2 de diciembre en Zurich, quién organizará tan magno acontecimiento futbolístico. La elección de la ‘Candidatura Ibérica’ supondría un broche de oro al sensacional momento que vive el fútbol español, por eso, la RFEF, con Ángel María Villar a la cabeza, y Jaime Lissavetzky como secretario de Estado para el Deporte, promocionan las posibilidades de los países vecinos, “su cohesión y transparencia”, para convertirse en sede del Mundial. Sin embargo, la precaria situación financiera de Portugal ha despertado cierto recelo y se plantea la posibilidad de que pudiera frenar sus opciones. No se entiende que un país en riesgo de intervención económica y otro igualmente sacudido por la crisis sean los elegidos. Pero el mundo del fútbol no entiende de mercados y su visión del asunto ha de ser tenida en cuenta en otros términos.

 

Fuentes oficiales de la Federación Española aseguran que la situación económica de España y especialmente la de Portugal no va a suponer en absoluto un condicionamiento negativo. Desde la RFEF argumentan que lo que provoca un torneo de estas características es justo el efecto contrario: atraer riqueza al país organizador. De otro modo, explican, nunca habría tenido lugar en países como Sudáfrica ni Brasil sería el próximo anfitrión en el Mundial 2014, además de proclamarse ganador para albergar los Juegos Olímpicos de 2016 entre candidatos como Chicago, Tokio o Madrid. En este sentido, la RFEF espera que la cuestión financiera no influya negativamente en los 24 integrantes del Comité Ejecutivo de la FIFA del que depende el veredicto final.

Beneficios, pero también inversión

Si bien es cierto que la organización de un Mundial de Fútbol reporta grandes beneficios -no a sus ciudadanos precisamente-, también requiere unas infraestructuras razonables y ciertas medidas de seguridad que en países más deprimidos supone una inversión milmillonaria. Sudáfrica es el mejor ejemplo de los peligros de celebrar un acontecimiento deportivo que atrae a cientos de miles de seguidores en un lugar con tremendos desequilibrios y carencias. En el país africano, los 5.500 millones de inversión no pudieron evitar los problemas propios derivados de una sociedad con un 80% de paro entre la comunidad negra, un 44% de mortalidad infantil y en el que la mitad de la población vive en el umbral de la pobreza. No es el caso de España y Portugal.

Pero antes, la comisión ética debe resolver este jueves la investigación abierta por un posible pacto de intercambio de votos entre la candidatura de España y Portugal y la de Qatar. Aunque la FIFA no hizo públicas qué candidaturas son las que investiga, Miguel Ángel López, director general de la Candidatura Ibérica, se encargó de reconocer que se había abierto un expediente informativo para esclarecer si existía un acuerdo con la de Qatar. El propio Lissavetzky es optimista al respecto y cree que la FIFA desestimará las cuestiones éticas investigadas.

España y Portugal, cuyas selecciones se enfrentan esta noche en partido amistoso, lucharán con Inglaterra, Rusia, Bélgica y Holanda por el Mundial 2018, mientras los rivales para el de 2022 serán Qatar, Australia, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos. Ángel María Villar y su homónimo portugués, Gilberto Madail, cuentan con el total respaldo de sus gobiernos. Ahora solo falta saber si también con el beneplácito de la FIFA.

Las altas instancias deportivas nacionales apuestan por España y Portugal para acoger el Mundial de Fútbol de 2018 o 2022, pero será la FIFA quien decida, el próximo 2 de diciembre en Zurich, quién organizará tan magno acontecimiento futbolístico. La elección de la ‘Candidatura Ibérica’ supondría un broche de oro al sensacional momento que vive el fútbol español, por eso, la RFEF, con Ángel María Villar a la cabeza, y Jaime Lissavetzky como secretario de Estado para el Deporte, promocionan las posibilidades de los países vecinos, “su cohesión y transparencia”, para convertirse en sede del Mundial. Sin embargo, la precaria situación financiera de Portugal ha despertado cierto recelo y se plantea la posibilidad de que pudiera frenar sus opciones. No se entiende que un país en riesgo de intervención económica y otro igualmente sacudido por la crisis sean los elegidos. Pero el mundo del fútbol no entiende de mercados y su visión del asunto ha de ser tenida en cuenta en otros términos.

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