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Florentino Pérez se desboca en el palco del Lyon
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NO PUDO EVITAR CELEBRAR EL GOL DE BENZEMA

Florentino Pérez se desboca en el palco del Lyon

Imagen inusual la que se vio ayer en Gerland. El Real Madrid se jugaba la vida en uno de sus campos malditos (no ha ganado en

Foto: Florentino Pérez se desboca en el palco del Lyon
Florentino Pérez se desboca en el palco del Lyon

Imagen inusual la que se vio ayer en Gerland. El Real Madrid se jugaba la vida en uno de sus campos malditos (no ha ganado en sus cuatro visitas) frente a uno de sus verdugos en Europa. Karim Benzema marca a su ex equipo nada más saltar al terreno de juego y adelanta a los blancos. En ese momento, Florentino Pérez, que se comía las uñas en el palco, explota de alegría y no se contiene, se levanta de su asiento y hasta gesticula con los brazos en alto. Era el primer gol del Real Madrid en el campo del Olympique de Lyon y el primer paso para derribar el muro de octavos que desde hace seis años impide a los madridistas avanzar en la Champions. Puede que fuera producto de la tensión, pero lo cierto es que la reacción del presidente, siempre tan comedido, sorprendió por lo raro que resulta en él, no porque su acción resultara exagerada.

No es habitual ver a un presidente celebrar un gol de su equipo como un aficionado más, y mucho menos al del Real Madrid. Se supone que el máximo mandatario de un club debe guardar las formas y hacer honor a su cargo de representante fuera del terreno de juego de una forma serena y responsable, por eso los aspavientos, las quejas o las celebraciones en los palcos no son bien recibidos. De ahí que recientemente se haya criticado a otros presidentes de nuestra Liga por acciones similares.

Alí Syed ya ha sido advertido de lo que no tiene que hacer en un palco. El indio, nuevo propietario del Racing de Santander no se cortó a la hora de celebrar el triunfo de su equipo apasionadamente. Era el primer partido que presenciaba en el Sardinero y la victoria del Racing en el último momento hizo que el indio se levantara, gritara, aplaudiera y batiera los brazos de forma exagerada sin importarle la presencia de sus homólogo rival. El presidente del Sevilla, José María del Nido, no daba crédito.

Sandro Rosell también protagonizó un episodio parecido la pasada jornada. En este caso no se trataba de una celebración escandalosa, sino de protestas por un penalti no señalado. Leo Messi fue derribado en el área por un jugador del Athletic y el presidente del Barcelona entendió que el árbitro debería haber pitado la pena máxima. Rosell sufría y el penalti no pitado evidenció su indignación. Protestó y comentó con los allí presentes el mal arbitraje, algo que también ha sido criticado.

 

Imagen inusual la que se vio ayer en Gerland. El Real Madrid se jugaba la vida en uno de sus campos malditos (no ha ganado en sus cuatro visitas) frente a uno de sus verdugos en Europa. Karim Benzema marca a su ex equipo nada más saltar al terreno de juego y adelanta a los blancos. En ese momento, Florentino Pérez, que se comía las uñas en el palco, explota de alegría y no se contiene, se levanta de su asiento y hasta gesticula con los brazos en alto. Era el primer gol del Real Madrid en el campo del Olympique de Lyon y el primer paso para derribar el muro de octavos que desde hace seis años impide a los madridistas avanzar en la Champions. Puede que fuera producto de la tensión, pero lo cierto es que la reacción del presidente, siempre tan comedido, sorprendió por lo raro que resulta en él, no porque su acción resultara exagerada.

Florentino Pérez