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La infidelidad de Giggs, el 'volcán' que amenaza al Manchester a tres días de la final de Wembley
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EL ESCÁNDALO DEL CAPITÁN IRRUMPE EN LA PREPARACIÓN DEL PARTIDO DEL SÁBADO

La infidelidad de Giggs, el 'volcán' que amenaza al Manchester a tres días de la final de Wembley

A tres días de la finalísima de Wembley, los nervios están a flor de piel y cualquier contratiempo puede desestabilizar a los equipos que el próximo

Foto: La infidelidad de Giggs, el 'volcán' que amenaza al Manchester a tres días de la final de Wembley
La infidelidad de Giggs, el 'volcán' que amenaza al Manchester a tres días de la final de Wembley

A tres días de la finalísima de Wembley, los nervios están a flor de piel y cualquier contratiempo puede desestabilizar a los equipos que el próximo sábado se juegan el título más importante de la temporada. En el caso del Barcelona se llama Grimsvötn, y es el nombre del volcán islandés que les ha obligado a viajar a Londres dos días antes de lo previsto para evitar percances mayores derivados de los problemas en el espacio aéreo. Pero en el caso del Manchester United, el contratiempo se llama Ryan Giggs y es más preocupante. El timón del equipo de Old Trafford deberá enderezar el rumbo estos días si no quiere que su barco naufrague en la final Londres a causa de aspectos extra deportivos.

El escándalo que triunfa estos días en Inglaterra ha golpeado inevitablemente a los 'red devils' y ha tenido además un impacto mediático, político y judicial inesperado. La noticia de la relación extramatrimonial del capitán y buque insignia del equipo no debería trascender y tampoco tener consecuencias más allá de la vida privada del propio jugador. Sin embargo, la bola de nieve ha crecido en cuestión de días hasta el punto de afectar también al plano deportivo del mediocentro del Manchester, que no acudió ayer al entrenamiento del equipo de Alex Ferguson, justo un día después de convertirse en el protagonista del actual escándalo mediático en Reino Unido.

El asunto no tendría mayor importancia de no estar a la vuelta de la esquina el trascendental partido de Londres. Pero lo cierto es que el ambiente que se ha generado en torno al escándalo del líder del vestuario del United no es desde luego el más idóneo para preparar una final de Champions League. Y es que, el trastorno que le está ocasionando todo este revuelo al 'one club man' podría impedirle estar al 100% en Wembley, por mucho que el técnico eche balones fuera asegurando que "todos los jugadores son importantes para nosotros".

Los rumores sobre Giggs se confirmaron y su nombre corrió como la pólvora por todos los rincones de Twitter después de que el jugador consiguiera que un juez prohibiera la difusión de su nombre en los medios sensacionalistas. Quizá sea por su imagen de futbolista serio, alejado de la prensa rosa y su buena reputación por lo que la noticia ha sido acogida con estupor. Pero ya se habla de que este episodio puede pasarle factura en tan importante cita, y en consecuencia, también a su equipo, construido deportiva y emocionalmente con el galés como base.

Sus 21 años vistiendo la camiseta del United (llegó al club cuando solo tenía 16) le ha convertido en un jugador querido, pero sobre todo respetado por su comportamiento ejemplar dentro y fuera del campo. Él representa los valores de su equipo y ha demostrado que su amor y dedicación al club está por encima de todo. Es un hombre de la casa, el segundo entrenador, la brújula que guía al resto de jugadores y lleva el peso del equipo. Por eso, el escándalo en el que se ha visto envuelto podría afectar a su concentración en la final, y por ende, al rendimiento del conjunto inglés. Peligroso cuanto menos, teniendo en cuenta que el que estará enfrente será el todopoderoso Barça de Guardiola.

Su caso ha servido para retomar la guerra judicial

La infidelidad de Giggs con la joven Imogen Thomas, con la que mantuvo una relación, fue publicada por los medios sensacionalidtas pero un juez impidió que se identificara al jugador por entender que suponía una intromisión en su vida privada y previa petición del propio futbolista. Sin embargo, llegó tarde para evitar que la noticia, en la que sí se revelaba quién era el protagonista, circulara por la reda través de Twitter. Su nombre llegó incluso al Parlamento, donde el diputado John Hemming también se hizo eco de la noticia para reclamar libertad de expresión. Ya era un secreto a voces. Hasta el primer ministro inglés David Cameron se pronunció al respecto porque a su juicio, el caso "tiene que ver con asuntos fundamentales sobre la libertad de expresión y la privacidad".

Después, el Tribunal Supremo decidió rechazar el levantamiento de la prohibición ya que el diario The Sun pidió que se anulara la prohibición de difundir el nombre del jugador. El que sí lo hizo fue otro diario escocés aprovechando que la prohibición no le afectaba.

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A tres días de la finalísima de Wembley, los nervios están a flor de piel y cualquier contratiempo puede desestabilizar a los equipos que el próximo sábado se juegan el título más importante de la temporada. En el caso del Barcelona se llama Grimsvötn, y es el nombre del volcán islandés que les ha obligado a viajar a Londres dos días antes de lo previsto para evitar percances mayores derivados de los problemas en el espacio aéreo. Pero en el caso del Manchester United, el contratiempo se llama Ryan Giggs y es más preocupante. El timón del equipo de Old Trafford deberá enderezar el rumbo estos días si no quiere que su barco naufrague en la final Londres a causa de aspectos extra deportivos.

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