U.E Llagostera, el milagro del fútbol español o los cinco ascensos en siete años

Nadie podía imaginar hace siete años que el Unió Esportiva Llagostera, un modesto equipo de fútbol del municipio gerundense del mismo nombre llegaría a Segunda B. Pero su hazaña no ha sido solo ascender a la tercera categoría del fútbol español, sino hacerlo desde la Segunda Territorial y de forma meteórica. El conjunto catalán ha logrado nada menos que cinco ascensos en siete años, una gesta con un nombre propio, el del técnico y héroe del Llagostera, Oriol Alsina.

En la temporada 2004/05 el conjunto catalán jugaba en cinco categorías por debajo, pero la próxima campaña competirá en la misma liga que clubes con solera como el Alavés (si no logra el ascenso a Segunda), el Eibar, el Atlético B o el Real Madrid Castilla, y será uno de los que estén en el bombo de la Copa del Rey. Así, tendrá el privilegio de participar en una de las competiciones nacionales de primer nivel y quién sabe si de enfrentarse a un primera, si los emparejamientos así lo deciden.

Y es que, desde que Alsina cogió las riendas del equipo, el Llagostera se ha parecido más a un cohete que a un club de fútbol. No era fácil, pero él y sus jugadores hicieron que lo pareciera y de Segunda Territorial pasaron a Primera Territorial, Preferente y Primera Catalana hasta alcanzar la Tercera División, éste último, un salto considerable. Puede que una de las claves de su éxito sea la buena sintonía entre los estamentos del club. En el sillón presidencial no se encuentra ni un empresario ni un magnate asiático. La presidenta, Isabel Tarragó, no solo es la máxima responsable del equipo desde 2008, sino también la esposa del técnico. 

Su victoria ante el Cerceda confirmaba su histórico ascenso y tras dos temporadas en Tercera, el cuadro gerundense suma otra hazaña a su currículum, la más importante de todas. El grupo catalán era uno de los más fuertes, pero eso no fue impedimento para que el Llagostera destacara por encima de sus rivales y ascendiera de categoría como campeón de liga. En sus filas, además, cuenta con jugadores con experiencia en Segunda división B.

Un campo que se quedó pequeño

Para un municipio de poco más de 8.000 habitantes resulta poco menos que sorprendente el haber podido sacar a su equipo del anonimato y colocarlo en un lugar destacado dentro del fútbol nacional. Tanta importancia adquirió con sus constantes ascensos que su afición creció de forma que el club se vio desbordado y tuvo que remodelar el original Camp Municipal d'Esports de Llagostera de 1948. Mientras tuvieron lugar las obras, el equipo tuvo que pedir asilo en la vecina localidad Santa Cristina de Aro, donde disputó sus partidos provisionalmente. Desde 2009, su estadio ya remodelado y con césped artificial, ha sido testigo de las últimas proezas. La temporada que viene, la lucha será por la permanencia, ¿o tal vez por el ascenso a Segunda?