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Marcelo Bielsa, el estudioso que ya no disfruta del fútbol porque solo lo analiza
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LA VICTORIA DE URRUTIA LE COLOCA COMO NUEVO TÉCNICO DEL ATHLETIC

Marcelo Bielsa, el estudioso que ya no disfruta del fútbol porque solo lo analiza

Los socios del Athletic de Bilbao no acudieron el jueves a las urnas para decidir solamente entre Fernando García Macua y  Josu Urrutia, candidatos a la presidencia. También

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Marcelo Bielsa, el estudioso que ya no disfruta del fútbol porque solo lo analiza

Los socios del Athletic de Bilbao no acudieron el jueves a las urnas para decidir solamente entre Fernando García Macua Josu Urrutia, candidatos a la presidencia. También lo hacían pensando en la continuidad de Joaquín Caparrós y en la posible llegada al banquillo de Marcelo Bielsa, promesas electorales de uno y otro, porque en el Palacio de Ibaigane no solo se elegía presidente, sino también técnico. Ganó Urrutia, el ex capitán de los leones, un hombre del club; pero también lo hizo Bielsa, el 'Loco', el estudioso, el maestro 'inexperto'.

El preparador argentino no es un entrenador al uso. Son sus peculiaridades lo que le hacen especial, pero si hay que destacar una por encima de las demás, ésa es la de su obcecación por el análisis de los rivales. Él mismo reconoce que está completamente obsesionado y que tanto es su empeño en estudiar a los equipos que ya no se divierte viendo partidos. No disfruta, solo analiza, y ésa es su tristeza.

Cuentan que cuando tuvo lugar el devastador terremoto en Chile en 2010, el mismo que asoló el país y dejó cerca de dos millones de damnificados, su principal preocupación fue el paradero de sus vídeos. El ex seleccionador chileno investiga, observa, examina, y lo hace constantemente. Ése es su método y además, trabaja sin descanso. Tanto es así que cuando comenzó a entrenar a la selección chilena hizo instalar una pantalla en la furgoneta que le trasladaba para, después de los entrenamientos, continuar viendo vídeos en el trayecto del recinto a su casa. Un auténtico adicto al trabajo.

Su forma de entrenar es ante todo exigente, se puede decir que agotadora. Es metódico y pide el cien por cien a sus jugadores, tanto física como mentalmente, hasta el punto casi de exprimirles. Por esa razón su método funciona en los combinados nacionales, pero en el trabajo diario, el que realiza un club cualquiera que disputa una o más competiciones, puede resultar demasiado pesado para lo que acostumbran. No tiene problemas en vetar a la prensa si su presencia obstaculiza lo más mínimo su programa y dificulta la concentración de sus hombres y no le importa llegar a tener desavenencias con los periodistas como ya ocurrió cuando les prohibió la entrada a las sesiones preparatorias de Chile.

El entrenador que viajó para reclutar jóvenes promesas

Pero su exigencia es directamente proporcional a su interés por la cantera. Se preocupa por los jugadores más jóvenes, a los que considera básicos en su esquema y fundamentales para el futuro del fútbol. Y si no los tiene a mano, él va en su busca. En su segunda etapa como entrenador, cuando dirigió al Newell's Old Boys, se encargó él mismo de captar nuevos talentos. Nada de dar órdenes desde un sillón y pedir fichajes. El 'Loco' cogió un mapa de Argentina, trazó sobre él una cuadrícula para dividir el país por zonas y se desplazó a aquellos lugares donde le habían dicho que había algún jugador que prometía. Personalmente les iba a visitar y les invitaba a hacer una prueba para su equipo. Uno de los reclutados fue un conocido de la Liga española, Mauricio Pochettino.

Lleva años sin conceder una entrevista, pero eso no significa que no le guste hablar. En la rueda de prensa en la que se despidió como seleccionador de Chile tras el emotivo adiós que le brindó la afición en el estadio Monumental de Santiago, habló ante 45.000 personas durante cerca de 45 minutos antes incluso de dejar que la prensa le lanzara una sola pregunta. Quería agradecer el cariño recibido durante su etapa al frente del combinado chileno y lo hizo al más puro estilo argentino, sin límite de tiempo. Su carácter vehemente y apasionado ha dejado frases célebres. Muchos no se olvidarán de aquélla que le espetó a Fernando Gamboa: "Si me aseguran ganar me dejo cortar este dedo".

Aunque tenía contrato hasta el año 2015, dejó la selección chilena por discrepancias con la ANFP (Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile) después de cuatro años, pero ofertas no le han faltado. A su puerta llamaron Sevilla y Real Sociedad, pero ninguno de los dos le convencían. Massimo Moratti, presidente del Inter de Milán, también le llamó, en este caso por teléfono, y la respuesta fue la misma. Allí se reencontraría con compatriotas que ya estuvieron a sus órdenes como Walter Samuel, Cambiasso, Milito o Zanetti, y lo que es más importante, tendría asegurada su participación en la máxima competición continental.

Sin embargo, el Athletic también pujaba por él, y aunque su contratación dependía de la victoria de Urrutia en las urnas, su buena relación con el que sería director deportivo, José María Amorrortu, y los valores que representa el club vizcaíno, fueron claves para el 'sí' del argentino. Pocas referencias más le hacían falta a Bielsa además de las recibidas de Pochettino. Al Athletic también le tiene estudiado. Sabe de su atención a la cantera, y ése ha sido el punto de encuentro entre técnico y club.

Un 'pero' en su currículum

Su dilatada carrera y sus éxitos deportivos le hacen ser uno de los técnicos más codiciados por su forma de trabajo y veteranía . Ganó dos ligas con Newell's Old Boys y otro campeonato nacional con el Vélez Sarsfield, al frente de la selección argentina consiguió el oro en los Juegos de Atenas y llevó a Chile, donde le consideran un héroe nacional, a cosechar los mejores resultados de su historia. Sin embargo, tiene un vacío en su currículum. Carece de experiencia en Europa, y ése es el pero que le han puesto todos aquellos que intentan imaginárselo en el banquillo de San Mamés.

Su paso por España fue efímero porque su andadura en el Espanyol en la temporada 1998/99 apenas duró tres meses, concretamente seis partidos, pero será en el Athletic donde demuestre si sabe adaptarse o no a la Liga española. Lo que no tendrá que probar es su seña de identidad, eso que le ha acompañado a lo largo de toda su carrera profesional: que está loco por el fútbol.

Los socios del Athletic de Bilbao no acudieron el jueves a las urnas para decidir solamente entre Fernando García Macua Josu Urrutia, candidatos a la presidencia. También lo hacían pensando en la continuidad de Joaquín Caparrós y en la posible llegada al banquillo de Marcelo Bielsa, promesas electorales de uno y otro, porque en el Palacio de Ibaigane no solo se elegía presidente, sino también técnico. Ganó Urrutia, el ex capitán de los leones, un hombre del club; pero también lo hizo Bielsa, el 'Loco', el estudioso, el maestro 'inexperto'.