El Madrid debe acelerar la operación salida para no colapsar más la 'maxi plantilla' de Mourinho

José Mourinho está a punto de conseguir su obra maestra, esa 'maxi plantilla' de garantías con la que disponer de dos jugadores de calidad por puesto. El luso sostiene que de esa manera fomentará la competitividad para que los titulares no se relajen y además podrá rotar sin problemas para afrontar la carga de partidos que supone participar en tres competiciones. Florentino ha sacado la chequera y el Real Madrid ya tiene cinco caras nuevas, que pueden ser seis en los próximos días, pero solo se ha desprendido de Ezequiel Garay, uno de los tantos prescindibles para 'Mou'.

Los nuevos jugadores entran, pero los descartados no salen y el club se ha juntado con 27 hombres sin contar con Neymar, cuyo fichaje parece inminente. El Real Madrid necesita meter la tijera por alguna parte a la gigantesca plantilla, que solo con sus 14 centrocampistas podría hacer un equipo entero, y deberá hacerlo antes del 31 de agosto a las 23:59, momento en el que queda por cerrado el mercado de fichajes. El colapso del primer equipo es un problema tanto deportivo como económico porque, de no encontrar salida a aquellos jugadores apartados, tendrá que dejar sin ficha a alguno de ellos y perderá la oportunidad de ingresar unos cuantos millones para compensar el gasto de sus otras incorporaciones. Aun así, a Mourinho no le basta con Higuaín, Benzemá, Cristiano y Di María y le parece que le "falta un delantero". La opción de compra de Adebayor y el fichaje del Kun Agüero siguen ahí.

Pero mientras el portugués quiere hacer criba cuanto antes y deshacerse de los descartes, los jugadores que saben que no tienen hueco en este Real Madrid se aferran a la posibilidad de hacerse con uno. Es el caso de Pedro León, Canales y Kaká. El primero insiste en continuar de blanco pese a la mala experiencia con el técnico y la falta de minutos a lo largo de la temporada. No formaba parte de la lista de convocados para la concentración de Los Ángeles y, tras descartar todas las opciones propuestas por el club, ha optado por dejar el caso en manos de un abogado para agotar todas las posibilidades de continuar.

Canales es otro de los que se resisten. Los rumores hablaban de la Roma y de algunos equipos de la Premier como principales interesados en el ex del Racing, pero no quiere irse de España y sus preferencias son Villarreal y Valencia. Su progresión se vio frenada en seco en el Madrid y ahora necesita minutos, pero tampoco lo está poniendo fácil.

El caso de Kaká es bien diferente. El brasileño ha reiterado en varias ocasiones que quiere quedarse y aunque Mou se mostró encantado con su recuperación, ahora no cuenta con él. Deshacerse de un Balón de Oro sin haberle visto explotar no es una idea que guste en Chamartín después del bombo que se dio a su fichaje (más de 65 millones de euros), pero la principal dificultad para que abandone el club es su sueldo. Pocos clubes estarían dispuestos a encargarse de su ficha: 10 millones de euros por cada una de las próximas cuatro temporadas.

Lass, lejos de pedir quedarse, lo que ha hecho es rechazar la oferta que el club le hizo para renovar su contrato porque quiere cobrar cinco millones por temporada y el Real Madrid no se los va a pagar. El Tottenham ha sido el último en preguntar por él, pero la exigencia del francés es la misma. Gago es otro de los apartados de Mourinho y si finalmente se marcha a Italia, lo que parece probable, el club ingresaría 10 millones de euros. Drenthe, por su parte, podría poner rumbo al Galatasaray.

Ni los fichajes tienen el puesto asegurado

La llegada de Nuri Sahin, Hamit Altintop, José Callejón, Varane y Coentrao ha supuesto un cambio en la política de fichajes de Florentino. Salvo el portugués, que costó 20 millones más el traspaso de Garay, y Neymar (futura incorporación), ninguno ha sido un bombazo como a los que tenía acostumbrados a sus aficionados. Son refuerzos, hombres de equipo que no tienen el puesto asegurado, como el caso de Callejón, a quien Mou ya advirtió que no tendría muchas posibilidades de jugar. Así, las nuevas incorporaciones ponen aún más difícil las cosas a los transferibles.