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Guardiola es el único 'culpable' de todo lo que le pasa a Cesc
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EL JUGADOR SIENTE QUE "TODAVÍA ESTORBA EN EL EQUIPO" POR NO TENER DEFINIDA SU POSICIÓN

Guardiola es el único 'culpable' de todo lo que le pasa a Cesc

Cesc Fábregas ha cambiado y no solo de camiseta. Las dudas en las que en ocasiones parecía vivir han pasado a un segundo plano. En sus

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Guardiola es el único 'culpable' de todo lo que le pasa a Cesc

Cesc Fábregas ha cambiado y no solo de camiseta. Las dudas en las que en ocasiones parecía vivir han pasado a un segundo plano. En sus últimas apariciones con la selección española se mostraba esquivo, quería pasar inadvertido, tanto dentro como fuera del dentro del terreno. Así pensaba el cuerpo técnico y, lo cierto, es que era algo evidente. Ahora es otro. Participa de una manera más activa en todo lo que demanda el grupo. "Soy feliz. Me siento bien. Era algo que necesitaba". Y es que su llegada a Barcelona ha venido acompañada de goles, buen juego y recuperación de una estima que en sus últimos meses en Londres se encontraba bastante perdida. "Hace mucho tiempo que no era tan feliz", sentencia el centrocampista. "Han sido meses de dudas, de incógnitas y ahora ya no hay nada que altere lo que hago en mi día a día".

Y gran parte de culpa de esa estabilidad la tiene Guardiola que "me ha dado toda la confianza" y que ahora intenta blindar para proteger la que ha sido su gran apuesta, la que algunos apuntan como su última gran aventura al frente del banquillo del Barcelona. Cenas, llamadas y horas de conversación han servido para que el hoy azulgrana diera la espalda a las llamadas del Real Madrid y de otros equipos. Pep era su ídolo y ahora tiene la fortuna de trabajar a sus órdenes. "Es increíble como trabaja antes, durante y después de los partidos. Nos convence de todo. Trabaja la mente como nadie y logra que veamos que todos es mucho más fácil de lo que es en realidad". El técnico quiere dar protección a Cesc hasta que su adaptación sea la que él considere como perfecta. Es el jefe y  el último mensaje que envió al jugador antes de incorporarse a la selección fue claro. "Pocas entrevistas. Primero a los medios catalanes. Ya habrá más selección".

En su vuelta al Camp Nou se ha reencontrado con antiguos compañeros del fútbol base azulgrana como Piqué y Messi. El primero forma parte de su grupo de amigos, de esos que están ahí desde que dio las primeras patadas al balón. El reencuentro con el argentino ha sido la mejor noticia que ha recibido Cesc. "Me entiendo de maravilla con él. Es una suerte poder jugar al lado suyo. Es el mejor y lo demuestra en cada entrenamiento. A su lado se aprende todo el rato". 

Lo de los goles desde que regresó al Barcelona, lleva tres con el Barcelona y dos con la selección, no lo considera más allá de ser una anécdota. "El equipo está en forma, llego más al área y, lo que es más importante, los compañeros me conocen perfectamente. Me entienden". No va a cambiar su manera de jugar, pero tal y como sucedía en la selección en la época de Luis Aragonés, en el Barcelona jugará en muchas posiciones, algunas de ellas más cerca del área rival que de la propia: "No se puede definir la posición en la que estoy jugando con el Barcelona. Guardiola sabrá. Ahora toca aprender. Lo mejor está por llegar". Además, se sincera y en una entrevista con El País reconoce que tiene "la sensación de que les estorbo un poco todavía pero que son tan buenos que lo arreglan y lo disimulan".

Su familia y amigos también tuvieron mucho peso en la decisión de pelear por su regreso al Camp Nou. Azulgrana convencidos, Cesc quería terminar con la pesadilla de ser el protagonista año tras año. Y es que para él hubiera sido muy duro regresar a Barcelona vistiendo otra camiseta de cualquier equipo español aunque en más de una ocasión sí que fue una idea que pasó por su cabeza. Respecto a la selección lo tiene muy claro: "Nunca nadie cambiará nada. Ahora es cuando tenemos que estar más unidos que nunca. No somos amigos, pero sí compañeros y profesionales. Cuando juegas contra el eterno rival es lógico que cada uno quiera ganar y defender lo suyo. Se tiene que zanjar el tema de una vez. Queremos repetir Eurocopa y Mundial y lo podemos hacer".

Cesc Fábregas ha cambiado y no solo de camiseta. Las dudas en las que en ocasiones parecía vivir han pasado a un segundo plano. En sus últimas apariciones con la selección española se mostraba esquivo, quería pasar inadvertido, tanto dentro como fuera del dentro del terreno. Así pensaba el cuerpo técnico y, lo cierto, es que era algo evidente. Ahora es otro. Participa de una manera más activa en todo lo que demanda el grupo. "Soy feliz. Me siento bien. Era algo que necesitaba". Y es que su llegada a Barcelona ha venido acompañada de goles, buen juego y recuperación de una estima que en sus últimos meses en Londres se encontraba bastante perdida. "Hace mucho tiempo que no era tan feliz", sentencia el centrocampista. "Han sido meses de dudas, de incógnitas y ahora ya no hay nada que altere lo que hago en mi día a día".

Pep Guardiola Cesc Fábregas