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Una inesperada lesión frustra el reencuentro de Ibrahimovic con el Camp Nou
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BARÇA Y MILAN SE ENFRENTAN MAÑANA EN CHAMPIONS

Una inesperada lesión frustra el reencuentro de Ibrahimovic con el Camp Nou

El vestuario del Barcelona tiene fama por parecer un remanso de paz. La idea que transmite el club es que sus jugadores conviven en perfecta armonía, ésa

Foto: Una inesperada lesión frustra el reencuentro de Ibrahimovic con el Camp Nou
Una inesperada lesión frustra el reencuentro de Ibrahimovic con el Camp Nou

El vestuario del Barcelona tiene fama por parecer un remanso de paz. La idea que transmite el club es que sus jugadores conviven en perfecta armonía, ésa que el técnico ha sabido exigir y a la vez fomentar para hacer el trabajo lo más agradable posible y la presión más llevadera. Pep Guardiola adora a sus hombres, les concede todo el mérito de los triunfos del Barça y se deshace en halagos cuando habla de ellos en la sala de prensa. Que nadie le toque a Messi, Iniesta o a sus "niñitas" (Keita y Mascherano). Para él son los mejores. Pero el trato con Guardiola puede ser magnífico mientras no surjan diferencias, o todo lo contrario. Los caracteres conflictivos que no se han entendido con él y han acabado mal, han acabado muy mal, es decir, fuera del club. Con Eto'o no había "feeling", y con Zlatan Ibrahimovic la relación degeneró.

El sueco, uno de los díscolos de Pep, iba a regresar mañana al Camp Nou enfundado en la camiseta del Milan, con quien fue campeón de Liga. Una  inoportuna lesión ha frustrado la vuelta de Ibrahimovic a la que fuera su casa. Según un comunicado oficial publicado en la web del Milan, en el último entrenamiento el delantero ha sufrido una lesión en el abductor derecho y los médicos le han aconsejado reposo por lo que no jugará el encuentro de Champions. Ibra ya se encargó de abonar el terreno para el reencuentro con su ex entrenador no sea fuese hostil. Ahora queda en un intento en vano. Guardiola ya no es un "filósofo", ahora es un "entrenador fantástico". Después de las 'perlas' que le dedicó al abandonar el Barça, el pasado mes reconoció que sus problemas fueron de otra índole y que es algo del pasado. "No hay problema. Lo que pasó, pasó. Él es un entrenador fantástico, los problemas eran otros entre nosotros", dijo al saber que el Barcelona sería su rival en Champions. Mejor así. La pitada del Camp Nou prometía ser sonora.

El regreso a Can Barça no iba a ser fácil. Eto'o volvió siendo ya jugador del Inter y aguantó el tipo. El saludo con su ex técnico fue fugaz pero correcto. Sin embargo, Luis Figo fue incapaz de soportar la presión y el odio lanzado desde la grada en forma de ensordecedores pitidos. La afición no perdonó la traición de uno de sus ídolos, en ese momento convertido en madridista, y el portugués forzó para no poder jugar en el Camp Nou en la siguiente cita.

El caso de 'Ibra' no es tan extremo, pero su salida no fue muy amistosa y la familia azulgrana no olvida sus posteriores críticas. Por eso, sus amables palabras calificando al Barça como "el mejor club del mundo" y a Guardiola como un gran entrenador, llevaron a pensar que su intención es, más que enterrar el hacha de guerra, evitar que la afición se le echase encima; ya que la vuelta no se producirá ahora, le puede servir para próximas visitas.

72 millones para pasar sin pena ni gloria

Nadie imaginaba que el flamante y después decepcionante fichaje de 2009 apenas jugaría un año con la camiseta blaugrana. El Barça pagó cerca de 72 millones de euros confiando en las cualidades ofensivas de Ibra, pero el rendimiento del fichaje más caro de la historia del Barcelona dejó mucho que desear. Guardiola fue quien pidió expresamente su fichaje, pero fue el primero en acabar apoyando la salida del 9 al término de la temporada.

El deterioro de la relación entre ambos siguió el camino inverso a lo ocurrido con Eto'o. Mientras el camerunés cumplía en el campo y sus problemas con el técnico eran exclusivamente personales, con Ibrahimovic fueron las expectativas incumplidas el germen de su mala relación. La aparición de Pedro y su cada vez más frecuente titularidad hicieron el resto. El sueco no era rentable y su presencia en el vestuario empezaba a ser incómoda. No estaba feliz y consideraba que el entrenador debía ajustarse a los jugadores y no al contrario. La solución estaba clara.

El vestuario del Barcelona tiene fama por parecer un remanso de paz. La idea que transmite el club es que sus jugadores conviven en perfecta armonía, ésa que el técnico ha sabido exigir y a la vez fomentar para hacer el trabajo lo más agradable posible y la presión más llevadera. Pep Guardiola adora a sus hombres, les concede todo el mérito de los triunfos del Barça y se deshace en halagos cuando habla de ellos en la sala de prensa. Que nadie le toque a Messi, Iniesta o a sus "niñitas" (Keita y Mascherano). Para él son los mejores. Pero el trato con Guardiola puede ser magnífico mientras no surjan diferencias, o todo lo contrario. Los caracteres conflictivos que no se han entendido con él y han acabado mal, han acabado muy mal, es decir, fuera del club. Con Eto'o no había "feeling", y con Zlatan Ibrahimovic la relación degeneró.