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El Villarreal, un ejemplo de cómo debería sanearse el endeudado fútbol español
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EL CLUB SALDA SUS DEUDAS Y RENUNCIA A SUBVENCIONES

El Villarreal, un ejemplo de cómo debería sanearse el endeudado fútbol español

La quiebra técnica en la que está sumido el fútbol español ya no es noticia. Con una deuda superior a los 700 millones de euros, los

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El Villarreal, un ejemplo de cómo debería sanearse el endeudado fútbol español

La quiebra técnica en la que está sumido el fútbol español ya no es noticia. Con una deuda superior a los 700 millones de euros, los clubes malviven gracias a las subvenciones de los Ayuntamientos y Comunidades de turno así como de renegociar con Hacienda sus numerosos impagos. Un privilegio al alcance de pocos. Por no hablar de la salvadora ley concursal que ha evitado ‘in extremis’ la desaparición de muchos clubes de Primera y Segunda división. Mallorca, Málaga, Betis o Zaragoza están entre ellos.

La situación ha llegado hasta tal punto que el propio presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, ha tenido que pedir a los dirigentes del fútbol español responsabilidad en su gestión para evitar un desastre general. El toque de atención ha ayudado en parte como explicó el propio Cardenal en el Senado: “Se ha frenado el continuo incremento de las deudas acumuladas con Hacienda. Esa cantidad está disminuyendo por primera vez en muchas décadas y el mejor ejemplo es la ausencia de fichajes este verano, sustituidos por cesiones o traspasos sin coste”. Una leve mejoría que, sin embargo, no oculta el drama que viven equipos como por ejemplo el Deportivo, que esta misma temporada ha visto embargados todos sus ingresos. Un claro ejemplo de cómo los equipos españoles han vivido por encima de sus posibilidades.

Sin embargo, hay esperanza. El Villarreal, al menos, ha sido lo demostrado. Fernando Roig ha sabido reinventarse y remozar un club que rozó la gloria –aquellas semifinales de Champions- y que ahora purga sus penas deportivas en Segunda división. Un calvario por el que transita, en gran medida, por no haber caído en los suicidas gastos de otros equipos. Roig nunca ha vivido por encima de sus posibilidades. Ha ficha y ha vendido jugadores con el mismo sentido común con el que ahora renuncia a las ayudas de la Comunidad Valenciana. El club amarillo ha anulado de un plumazo sus acuerdos con la Diputación de Castellón, la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana y la Agencia Valenciana de Turismo.  El Villarreal no quiere aparecer como un privilegiado ante una sociedad castigada por la crisis.

La renuncia a las subvenciones no lastran la buena marcha económica del club, que ha apostado por la austeridad y el sentido común: gasta lo que tiene, no más. Una política que le ha permitido saldar con Hacienda la deuda de 11 millones que tenía contraída desde hace tiempo. Un ejemplo del que bien podrían tomar buena nota muchos clubes. Al menos así lo ve el Consejo Superior de Deportes, que recurre al caso del Villarreal para explicar cómo debe de ser gestionado un club de fútbol. Puede que hasta los resultados deportivos le acaben dando la razón y regrese a Primera división. De momento, está bien situado en la lucha por el ascenso.

  

La quiebra técnica en la que está sumido el fútbol español ya no es noticia. Con una deuda superior a los 700 millones de euros, los clubes malviven gracias a las subvenciones de los Ayuntamientos y Comunidades de turno así como de renegociar con Hacienda sus numerosos impagos. Un privilegio al alcance de pocos. Por no hablar de la salvadora ley concursal que ha evitado ‘in extremis’ la desaparición de muchos clubes de Primera y Segunda división. Mallorca, Málaga, Betis o Zaragoza están entre ellos.

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