El Atlético falla a sus previsiones para asegurar el pase directo a Champions

Detrás del ‘partido a partido’ tan usado por todo entrenador, se esconden siempre cábalas a más largo plazo, sobre todo cuando se afronta el tramo final de una temporada. En el caso del Atlético de Madrid, la derrota de este domingo ante la Real Sociedad es de esas que no entraban para nada en dichos planes. Nunca perder un partido sienta bien, pero en este caso el varapalo ante el conjunto vasco, sin ser grave y más allá de lo simbólico de perder la segunda plaza, sí que ha trastocado el objetivo autoimpuesto por Simeone para acabar la Liga, sin problemas ni sustos, entre los tres primeros.

Una vez obtenido el pase a la final de Copa y eliminado en Europa, el cuerpo técnico rojiblanco estableció que para tener un último tercio liguero carente de contratiempos, era vital conseguir más o menos la mitad de los puntos que quedaban en disputa. Atendiendo al calendario, el reto se concretó aún más fijando como prioritario sacar adelante los seis choques que quedaban por disputar en el Vicente Calderón. Es decir, 18 puntos que asegurarían superar con holgura los 70 en la clasificación (actualmente los colchoneros llevan 57), guarismo que ningún cuarto clasificado ha alcanzado desde que tantos equipos van a la Liga de Campeones, esto es, desde la temporada 1998/99. En este tiempo, el mejor registro lo tiene el Real Madrid de la 2003/04, cuarto con 70 puntos, seguido por los 68 que logró Osasuna en la 2005/06. 

Ya es de dominio público la vital importancia que tiene para el club del Manzanares formar parte de la máxima competición continental la próxima temporada. Evitar la previa de agosto, por la que tiene que pasar el cuarto de la Liga, es un premio bastante asequible en la situación actual. Pero pese a los 13 puntos que le saca a los siguientes en la tabla, el Málaga y la propia Real, Simeone está lejos de sentirse confiado en que el objetivo se consumará con sencillez.

Tienen que recibir a Real Madrid, Barcelona y Valencia 

La mala racha que arrastró durante meses fuera de casa, rota con la victoria en Valladolid y el importante empate en La Rosaleda, sigue muy presente. Por ello, el fortín que representaba el Calderón hasta este domingo era el pilar en el que se basaban los planes del técnico atlético. Aún deben recibir a Real Madrid y Barcelona, además de al Valencia. Según las cuentas de los responsables rojiblancos, los posibles puntos que se puedan dejar en esos tres complicados duelos serían compensados con aquellos que lograran arañar lejos de Madrid de aquí al final de curso. Los partidos como visitante son casi todos ante rivales envueltos en problemas (Osasuna, Deportivo, Celta o Zaragoza), que aunque de menor categoría deportiva, son tanto a más peligrosos al estar a estas alturas muy necesitados. A mejor rendimiento en casa, menos necesarios serán los puntos de fuera, y viceversa. 

Por todo lo explicado, dejar escapar los tres puntos ante el equipo donostiarra no cabía en el pensamiento de nadie. Con el 0-1 no sólo se rompió la gran racha liguera del coliseo atlético (14 victorias seguidas), sino que se dejó ver la cara de desesperación de muchos de los jugadores del Atlético al final del choque. No es que comience a cundir el pánico, ni mucho menos, pero la alta exigencia que rodea al proyecto de Simeone hace que todo traspié duela más que en épocas pasadas. Es el reverso lógico a las ansias por volver a estar entre los más grandes. De hecho, el objetivo de los ‘setenta y tantos’ puntos podría ser desmesurado, ya que sin ir más lejos, el pasado año el Valencia fue tercero con 61 y el Málaga cuarto con 58, uno más de los que ya tiene el Atlético de Madrid.