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El fútbol regresa a Libia tras la ‘Revolución del 17 de febrero’
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AL NASR Y FAR DISPUTARON UN ENCUENTRO DE LA COPA CONFEDERACIÓN DE ÁFRICA

El fútbol regresa a Libia tras la ‘Revolución del 17 de febrero’

Es un signo hacia la ansiada ‘normalidad’. Este pasado fin de semana, Libia volvía a tener fútbol dos años después del levantamiento popular contra el antiguo

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El fútbol regresa a Libia tras la ‘Revolución del 17 de febrero’

Es un signo hacia la ansiada ‘normalidad’. Este pasado fin de semana, Libia volvía a tener fútbol dos años después del levantamiento popular contra el antiguo régimen de Muamar al Gadafi. El Al Nasr de la tristemente famosa ciudad de Bengasi se enfrentaba al FAR de Rabat en el partido de vuelta de los treintaidosavos de final de la Copa Confederación de África. Lo de menos fue el resultado (empate a uno), lo realmente importante fue la ausencia de incidentes y el normal desarrollo de los acontecimientos en un país que tanto ha sufrido y sufre con su delicadísima transición política.

La llamada ‘Revolución del 17 de febrero’ de 2011 puso patas arriba un país que parecía tener bajo control el exdictador libio. La ‘Primavera árabe’ se extendía hasta Libia después de que los alzamientos populares ya hubieran pasado y derrocado los regímenes políticos de Túnez y Egipto. Las tropas rebeldes fueron haciéndose con el control del país hasta producirse la captura y ejecución de Gadafi (20 de octubre de 2011). A partir de aquí, un Consejo Nacional de Transición asumió de manera provisional el gobierno. Desde el comienzo de las hostilidades, toda actividad deportiva quedó paralizada con motivo de la evidente falta de seguridad.

Ahora, en pleno proceso de normalización, la vuelta del deporte rey supone un halo de esperanza para el pueblo libio. La Confederación Africana de Fútbol (CAF), en vista de los acontecimientos, decidió levantar el veto al país norteafricano el pasado 25 de marzo y conceder así permiso para volver a albergar un partido. El estadio de ‘Los mártires de Benina’ fue el escenario elegido. En declaraciones a la Agencia EFE, el director de Información del Ministerio de Juventud y Deportes, Mazen Dribeka, mostraba la satisfacción de las autoridades ante el buen comportamiento que había demostrado el público. “Estamos muy satisfechos. Éste es un acontecimiento muy positivo que favorecerá el regreso de las actividades deportivas”, manifestaba.

Y es que uno de los eventos más esperados por el pueblo libio es la Liga de Fútbol. La afición por el balompié es exagerada en este país y, tras dos temporadas sin campeonato, esperan como agua de mayo el regreso de la competición doméstica. Tal y como apunta Dribeka, y teniendo en cuenta el buen discurrir de las acontecimientos, es muy probable que la Liga regrese el próximo mes de agosto, para satisfacción no sólo de las hinchadas, sino de la población en general. Y es que, con esto, el país quiere transmitir al mundo un mensaje de seguridad.

Así pues, el Al Nasr-FAR ha supuesto la primera piedra para reconstruir el mundo del deporte en el país norteafricano, hasta ahora carente de organismos, instituciones y seguridad necesarios como para reiniciar sus competiciones. Eso sí, los libios esperan que el resultado sea mejor que el de este fin de semana, donde los de Bengasi quedaron apeados de la Copa Confederación. Tiempo al tiempo… 

Es un signo hacia la ansiada ‘normalidad’. Este pasado fin de semana, Libia volvía a tener fútbol dos años después del levantamiento popular contra el antiguo régimen de Muamar al Gadafi. El Al Nasr de la tristemente famosa ciudad de Bengasi se enfrentaba al FAR de Rabat en el partido de vuelta de los treintaidosavos de final de la Copa Confederación de África. Lo de menos fue el resultado (empate a uno), lo realmente importante fue la ausencia de incidentes y el normal desarrollo de los acontecimientos en un país que tanto ha sufrido y sufre con su delicadísima transición política.

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