Iker Casillas, tocado tras la tensión vivida en los últimos seis meses en el Real Madrid

Contrariamente a lo que algunos piensan, Iker Casillas no lo está pasando bien, no está disfrutando con todo lo sucedido durante la pasada temporada. El enfrentamiento con José Mourinho ha provocado una división que jamás hubiera imaginado y que nunca había sentido en los 20 años de historia en el Real Madrid. Ahora está concentrado con la Selección, recibiendo muestras de cariño y sintiendo de cerca el aliento de los compañeros y el técnico, algo que no había sucedido. En Nueva York sintió el aliento de una afición que le ovacionó cuando entró al terreno de juego mientras Xavi le cedía el brazalete de capitán.

El capitán de España intuye que ha perdido el puesto como titular y hasta lo ve lógico por la presencia de Víctor Valdés en el decisivo partido de París. Sería la última secuela, y quizás la más negativa, de esta polémica en la que se ha visto sumido en los últimos meses. Y es que todo apunta a la titularidad de Valdés en la Copa Confederaciones. Del Bosque no quiere adelantar nada, pero todo hace pensar que el azulgrana estará por delante de Casillas y Reina.

Casillas no entiende que haya gente que pueda cuestionar su madridismo. El portero cree que ha procedido de manera correcta en todos estos meses y lo justifica con la dirección de sus palabras y declaraciones, siempre apuntando hacia una unión del vestuario. Iker quiere evitar división alguna en entre la afición blanca. Busca regresar a la normalidad y hace lo mismo que hasta ahora: ayudar al equipo, trabajar y demostrar que está capacitado para ser el titular del Real Madrid como lo ha hecho siempre,que no es otra manera que en cada entrenamiento.

Florentino Pérez piensa que Casillas ha ejercido de capitán, sin entrar a cuestionar lo dicho por el entrenador en las últimas semanas. Algo que no ha sucedido al contrario. Los mensajes en público del propio entrenador y de su círculo de colaboradores en privado, han terminado por calar entre algún sector del madridismo.

El caldo de cultivo ha tenido su efecto, pero en la memoria del portero todavía queda la respuesta del Bernabéu el 6 de enero cuando sustituyó a Adán o el respaldo que tenía cuando era coreado su nombre a la hora de hacer públicas las eliminaciones. Le ha dolido que se dude de su fidelidad al Real Madrid tras veinte años en el club, toda una vida. "Es el líder, el jefe del grupo. El compañero que siempre está, a las buenas y a las malas", así le definió Cesc Fàbregas esta misma semana.