Del Bosque, encerrado en el laberinto de su renovación como seleccionador
Del Bosque esperará a ver la respuesta de la selección española en Brasil para tomar una decisión definitiva sobre la renovación de su contrato
La historia se repite. España, si cumple el guion previsto, asegurará de manera matemática su clasificación para el Mundial de Brasil el próximo martes. Villar, siguiendo su costumbre, ofrecerá a Del Bosque continuar dos años más al frente de la Selección, es decir, seguir hasta la Eurocopa de Francia de 2016. Es la máxima del presidente. Clasificación asegurada, oferta de renovación. Lo ha hecho con todos los entrenadores, salvo cuando Luis Aragonés renuncio de antemano, al que pese a ello se le ofreció continuar en el cargo pasadas unas semanas, renunciando por segunda vez. Algo de lo que se arrepintió posteriormente y que le llevó a aceptar la oferta del Fenerbahce.
Del Bosque parecía decidido a poner fin a su estancia en la selección cuatro años después de su llegada, pero ahora ya no es tajante en este asunto. Ese "ojalá" que dijo la semana pasada respecto a su continuidad en el programa Tiki Taka abre la puerta a que se cumpla el deseo de Ángel María Villar y de Jorge Pérez, presidente y secretario general de la Federación, de ver al actual entrenador durante dos años más en el cargo, pero no será hasta Brasil cuando el técnico se decida en un sentido o en otro.
El máximo responsable técnico de la campeona del mundo quiere ver qué sucede en el Mundial, comprobar que el aficionado no cuestiona su continuidad por culpa de una desafortunada actuación de la selección. No quiere hipotecar a Villar con una firma en un contrato que posteriormente pueda ir contra corriente de la opinión de los aficionados o de los medios de comunicación.
En la pasada Eurocopa, Del Bosque acudió a la cita de Ucrania y Polonia sin firmar la renovación. Sólo él dudaba de la conveniencia de hacerlo antes del torneo, pero desde la Federación le presionaron para que lo hiciera y el seleccionador terminó firmando horas antes del partido ante Italia, el que sirvió de puesta en escena de España en la Eurocopa. "La firma podría haber sido perjudicial para la Federación", afirmó Del Bosque días después y queriendo restar importancia a la ausencia de la rúbrica en el compromiso que unía al técnico con la selección.
Ahora la circunstancia se repite, con el añadido de que las declaraciones del propio Del Bosque en las que decía que su momento con España tocaba a su fin tras el Mundial de Brasil, han girado y rebajado su intensidad. El sí del vestuario, la insistencia de un Villar, que por cierto ha mirado posibles alternativas ante una negativa, está haciendo el resto y abren la puerta a una posible continuidad, que no quedará resuelta hasta que Del Bosque compruebe que España sigue estando a su lado.
La historia se repite. España, si cumple el guion previsto, asegurará de manera matemática su clasificación para el Mundial de Brasil el próximo martes. Villar, siguiendo su costumbre, ofrecerá a Del Bosque continuar dos años más al frente de la Selección, es decir, seguir hasta la Eurocopa de Francia de 2016. Es la máxima del presidente. Clasificación asegurada, oferta de renovación. Lo ha hecho con todos los entrenadores, salvo cuando Luis Aragonés renuncio de antemano, al que pese a ello se le ofreció continuar en el cargo pasadas unas semanas, renunciando por segunda vez. Algo de lo que se arrepintió posteriormente y que le llevó a aceptar la oferta del Fenerbahce.
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