Ver al Madrid en Pamplona cuesta 115 euros y en Copenhague... 40 como mucho

Este fin de semana vuelve la Liga después de la pausa copera. El campeonato doméstico vuelve a recuperar ritmo y los encargados de abrir la jornada serán Levante y Elche. Tras el partido del viernes, recogerán el testigo Osasuna y Real Madrid. Ambos protagonizarán uno de los partidos de la jornada: El Sadar nunca ha sido un campo propicio para las hazañas blancas. Un choque de alta tensión para el que habrá que pagar de 115 a 135 euros… teniendo en cuenta que ver el partido de Champions entre el Copenhague y el Real Madrid cuesta, como mucho, 40 euros. Osasuna ha decidido mantener los mismos precios que estableció cuando recibió a Barcelona para aquellos que no son socios del club navarro.

No es ninguna sorpresa que el fútbol que se ve cada fin de semana en nuestro país es el más caro de Europa. En el ‘Viejo Continente’ se pueden ver partidos por 30 euros en Alemania, por algo más de 40 en Inglaterra y no hay que llegar a los 50 para ir a un estadio italiano. Esto haciendo referencia a los campeonatos domésticos que, en un principio, se da por hecho que es más asequible que las grandes competiciones como la Champions. Una regla no escrita que se rompe cuando se trata del fútbol español: el Real Madrid viaja todos los años a Pamplona y a Copenhague sólo cuando el sorteo lo decide. Ver al club blanco en el Parken Stadion cuesta, como mucho, 40 euros; en El Sadar, 135.

Las quejas se han venido repitiendo desde hace algún tiempo. Hace un par de años, el Schalke protestó por los precios que el Athletic Club anunció para el partido de cuartos de Europa League en el antiguo San Mamés. Los aficionados alemanes colocaron una pancarta en las gradas del Veltins Arena donde se podía leer: “¿Entrada 90€ = 1 euro por minuto? ¡El fútbol no es sexo telefónico!”. La temporada pasada, el Manchester United alzó la voz cuando supo los precios que el Real Madrid designó para el encuentro de Champions en la ida octavos, muy alejados de los de Old Trafford.

Volviendo a la Liga, abrir El Sadar tiene un coste que oscila entre los 10.000 y los 12.000 euros. El problema llega cuando hay partidos que apenas dejan la mitad de dichas cifras en taquilla; la mayoría de los asistentes son socios y éstos no pagan entradas. La filosofía de Osasuna es clara y pasa por premiar al socio. Esta temporada bajaron los precios de los abonos un 15% e hicieron ofertas especiales para familias; aquellos que sólo quieran asistir al campo en partidos puntuales deberán aceptar los precios que decida el club.

Así sucedió con la visita del Barcelona: ver el partido en directo costaba de 115 a 135 euros. El club navarro quiso aprovechar, pero la jugada no salió como esperaban. Es cierto que la recaudación ascendió a 93.910 euros procedentes de las 900 entradas vendidas; 3.500 se quedaron en las taquillas del estadio. Además, siguiendo la filosofía de premiar al socio, el club decidió que el partido contra el Barcelona no sería declarado ‘Medio Día del Club’ y, por lo tanto, los socios no tuvieron que pasar por taquilla para comprar su entrada (como sucedió la pasada temporada cuando recaudaron casi 500.000 euros) y las invitaciones ni se redujeron en número ni tuvieron que ser abonadas a un precio de 10 euros.