Ancelotti asume que tendrá que irse del Real Madrid si no gana Liga o Champions

Carlo Ancelotti es un tipo tranquilo. Mucho. Algunos dicen que demasiado. No pierde la compostura y en los peores momentos es capaz de analizar la situación antes de tomar decisiones precipitadas. En este dibujo del panorama del actual Real Madrid, el italiano sabe que algo está fallando, que lo escrito en el papel no se está trasladando al terreno de juego. Hace autocrítica y se señala como culpable aunque intenta justificar y encontrar una explicación a lo que está pasando tras la derrota ante el Barcelona que significó el principio del fin.

El entrenador sabe que su futuro depende de los resultados. Es consciente que su continuidad en el Real Madrid pasa porque el equipo blanco pueda ganar Liga o Champions. Es así y lo asume con naturalidad. Su contrato es de tres años, pero sabe que el fútbol se basa en los resultados y que si éstos no llegan, deberá buscar destino lejos del Santiago Bernabéu.

Ancelotti y el Real Madrid llegan vivos a la parte decisiva de la temporada. El italiano mantiene opciones de hacer historia con un triplete soñado y añorado, pero las sensaciones que emite el equipo no invitan a pensar en una posible hazaña. Hay dudas y el primero que las tiene es Ancelotti pese a que en su círculo cercano mantiene que el equipo blanco tendrá que ir a Cibeles para celebrar un título. Está convencido de ello y así se lo traslada a los jugadores aunque su principal preocupación en los últimos días es la de mantener la unidad de un vestuario que ha perdido sintonía en las últimas semanas.

Los dirigentes del club quieren esperar. No van a emitir veredicto alguno hasta que termine la temporada o hasta que existan posibilidades de ganar algún título. No hay satisfacción y los gestos invitan a pensar en soluciones drásticas, pero serán los resultados los que marquen lo que suceda a partir del 30 de junio. La confianza hacia el trabajo hecho no es la misma que un mes atrás o que, por supuesto, al inicio de temporada.

El repaso realizado por el técnico de los últimos partidos disputados por el equipo blanco habla de un cierto cansancio de los jugadores. La forma física no es la buscada a estas alturas de temporada. Algo ha fallado, pero el entrenador cree que todavía hay tiempo y que el equipo puede dar un paso al frente de cara a la final de Copa y las semifinales de Champions. El problema llega con la más que probable baja de Cristiano Ronaldo, circunstancia que unida a las ausencias de Jesé, Khedira y Arbeloa deja al Real Madrid tocado y con lo justo. La exigencia de la temporada y las escasas rotaciones hechas están pasando factura en forma de lesiones y fatiga.

Y es que Ancelotti está obligado a partir de ahora a contar con jugadores a los que ha dado la espalda durante la temporada. El primer ejemplo es Casemiro, al que recurrió en Dortmund, mostrando una actitud y un saber estar que otros muchos no enseñaron. Morata y Nacho son los otros jugadores con los que tendrá que afrontar el final de campaña y con los que apenas ha contado pese a que siempre han respondido.

Al Real Madrid le quedan un máximo de diez partidos y Ancelotti sigue confiando en el grupo, en la profesionalidad de unos jugadores que apartaron las diferencias durante gran parte de la temporada y que ahora la derrota de Dortmund puede volver a unir, al menos así piensa el entrenador. “Peor no se puede hacer”, afirman desde dentro del vestuario.