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El 'Camp Nou Grifols' o el sueño de un emblema del independentismo catalán
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el acuerdo CON EL BARCELONA no está cerrado

El 'Camp Nou Grifols' o el sueño de un emblema del independentismo catalán

La potente compañía médica y hospitalaria ultima un acuerdo con el Barcelona para esponsorizar el Camp Nou y financiar con ello buena parte de la reforma del Espai Barça

Foto: El Camp Nou, en el último Clásico. (EFE)
El Camp Nou, en el último Clásico. (EFE)

El Barcelona y el Real Madrid se miran y creen que hay un espejo. Son dos instituciones de una rivalidad para la historia, pero también son dos de las empresas que más se parecen en el universo. El mismo entorno competitivo, el mismo tamaño, los mismos objetivos y ambiciones. Casi siempre, los mismos planes. Ambos clubes han visto en este momento la necesidad de construir, conseguir que sus estadios, enormes pero ya vetustos, recuperen su idea original, la de ser los mejores del mundo, pues en estos dos clubes la lucha siempre es esa. Todo esto, en todo caso, necesita mucho dinero, una financiación poderosa que no se consigue con los ingresos ordinarios actuales, no al menos si a cambio no se rebaja la inversión deportiva drásticamente. Por todo ello, y en la búsqueda creativa de nuevos ingresos, ambos clubes llegaron a la misma conclusión: hay que pagar el estadio poniéndole el nombre de una empresa. El Madrid no encuentra, el Barcelona se ha fijado en Grifols. Y en eso están.

El Barcelona negocia con Grifols, según cuenta Rac1, que ya hace un año apareció como el líder en la carrera por poner nombre al Camp Nou. En aquel momento lo negaron tanto el club como la empresa, fueron tajantes. Por aquel entonces, Bartomeu deslizaba que se operaba con tres empresas, buscando el mejor postor y que se aprobaría el patrocinio en Asamblea en fechas próximas. Aquella reunión no se produjo, porque el patrocinio no llegó a cristalizarse. Se necesitaba una aprobación del Ayuntamiento de unas obras que estaban parada y los empresarios que decían interesados, se esfumaron.

Foto: Florentino Pérez. (EFE)

Por el camino se hablaron de nombres como Mediapro, otra empresa catalana -aunque ahora vendida a inversores chinos- y puntera en su mundo, pero tampoco se llegó a buen puerto, según Jaume Roures porque Bartomeu, con el que nunca tuvo la mejor relación, en parte por un problema judicial con su antecesor en el cargo, Sandro Rosell, a quien tiene en los tribunales por espionaje industrial.

Y en esas vueltas, que no son sencillas, se volvió al punto de partida. Grifols es una de las empresas más grande de Cataluña, produce material médico y hospitalario, especialmente hemoderivados y es una de las tres empresas más grandes del mundo en su sector. Tiene unos 20.000 empleados, cotiza en bolsa, tiene grandes beneficios anuales y una implantación universal. Es, en definitiva, una enorme corporación, puntera, moderna, de las empresas más avanzadas que se pueden encontrar en España. También tiene un matiz, que debería ser menor, pero es importante, y es que a pesar de su tremenda expansión, está fuertemente enraizada. Es, de hecho, una de las pocas que ha expresado más o menos abiertamente su simpatía con el independentismo. Y la mayor empresa que no cambió su sede social de Cataluña en la época del referendo ilegal del pasado año.

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Soccer Football - La Liga Santander - FC Barcelona v Real Madrid - Camp Nou, Barcelona, Spain - October 28, 2018 General view outside the stadium before the match REUTERS Albert Gea

Un crédito sindicado

Es cierto que buena parte de la empresa está fuera de Cataluña y su fiscalidad está articulada desde Irlanda en gran medida, aprovechando la menor presión que tiene la Hacienda de ese país, pero sus empresarios, encabezados por Víctor Grifols, siempre que han podido ha remarcado su catalanidad. También con hechos, como por ejemplo comprar por medio de la sociedad Scranton Enterprises el Juventut de Badalona, uno de los clubes más señeros de la autonomía y un gran clásico en el baloncesto español.

El Barcelona lleva un año dándole vueltas al 'title name' del estadio, que ha pasado de ser el estadio a hablarse del 'Espai Barça' con esta manía reciente de ponerle a todo un poco de espuma para ponerlo más florido. El complejo del Camp Nou también incluirá reformas en los alrededores y está presupuestado en más de 650 millones de euros, una inversión muy fuerte para cualquier club y es similar en el caso del Madrid. La financiación de la misma se hará por medio de la esponsorización, pero también con un crédito sindicado. Ambas operaciones han estado paradas hasta que el Ayuntamiento dio luz verde al proyecto, y los créditos, que no tendrán problemas en conseguir, se retuvieron hasta que se ha desbloqueado la cuestión del patrocinio.

Foto: El Joventut evitó el descenso tras una gran remontada en la segunda vuelta. (EFE)

El acuerdo con Grifols no está cerrado, aunque ahora sí admiten negociaciones. 20 millones por temporada, lo que en la practica las convertiría en el tercer patrocinador del Barcelona por aportación, por debajo de Rakuten, que pinta con su logo la camiseta, y Nike, el proveedor de ropa. Cerca estaría Beko, una marca turca de electrodomésticos que aparece en la manga de la zamarra azulgrana y también en la camiseta de entrenamiento. Grifols, en principio, no es una empresa que necesite el conocimiento de marca. Su mercado es el hospitalario, por lo que no compite comercialmente en mercado abierto, aunque todas las corporaciones tratan de un modo u otro de tener presencia, y poner el nombre a un lugar tan singular como un estadio podría cuadrar en ese sentido.

En un proceso similar se encuentra el Real Madrid, aunque en su caso no termina de aparecer una empresa ganadora. El club blanco, a diferencia de su rival, está inmerso en los últimos años en una política clara de contención presupuestaria, pocos fichajes, no muy caros y con el interés claro de no disparar la masa salarial, algo que han conseguido gracias a la salida de Cristiano Ronaldo y que en el Barcelona supone uno de los grandes problemas económicos potenciales. Los blancos, en todo caso, también pedirán un crédito sindicado para la reforma del Bernabéu.

El Barcelona y el Real Madrid se miran y creen que hay un espejo. Son dos instituciones de una rivalidad para la historia, pero también son dos de las empresas que más se parecen en el universo. El mismo entorno competitivo, el mismo tamaño, los mismos objetivos y ambiciones. Casi siempre, los mismos planes. Ambos clubes han visto en este momento la necesidad de construir, conseguir que sus estadios, enormes pero ya vetustos, recuperen su idea original, la de ser los mejores del mundo, pues en estos dos clubes la lucha siempre es esa. Todo esto, en todo caso, necesita mucho dinero, una financiación poderosa que no se consigue con los ingresos ordinarios actuales, no al menos si a cambio no se rebaja la inversión deportiva drásticamente. Por todo ello, y en la búsqueda creativa de nuevos ingresos, ambos clubes llegaron a la misma conclusión: hay que pagar el estadio poniéndole el nombre de una empresa. El Madrid no encuentra, el Barcelona se ha fijado en Grifols. Y en eso están.

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