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Récord en el Atlético-Barcelona femenino: no falta afición, solo hay que incentivarla
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más de 60.000 espectadores en el metropolitano

Récord en el Atlético-Barcelona femenino: no falta afición, solo hay que incentivarla

Atlético y Barça se enfrentaron este domingo en un partido decisivo de la Liga Iberdrola con 60.739 personas en las gradas. Es la mayor asistencia en una competición femenina en España

Un domingo, el Movistar Estudiantes reúne a 13.472 espectadores en el WiZink Center, la mayor asistencia a una competición femenina de baloncesto en España. Una semana después, el Atlético de Madrid congrega a 60.739 en el Wanda Metropolitano, otro récord, esta vez en fútbol. Dos éxitos rotundos por su repercusión y su significado que demuestran que algo se mueve en el deporte español.

Solo hubo dos diferencias entre este Atleti-Barça y un partido del equipo que dirige el Cholo Simeone: las zonas 'vip' del estadio estaban vacías y lo visto sobre el césped fue mucho más entretenido. En la grada, un ambiente estupendo. Con cánticos, un mar de banderas en el fondo sur y hasta una pancarta: 'Adelante Atleti Femenino'.

El histórico apoyo recibido no fue suficiente para que las jugadoras rojiblancas vencieran la Barcelona. Perdieron por 0-2 y lo que podría haber sido una celebración por dejar casi sentenciado el título acabó apretando la lucha por la liga. Las azulgrana están ahora a tres puntos y quedan seis jornadas. No es la primera vez ni será la última que el equipo visitante arruine la fiesta preparada por el local. En eso tampoco hay diferencias entre hombres y mujeres en el fútbol.

No es la primera vez ni será la última que el equipo visitante arruina la fiesta. En eso tampoco hay diferencias entre hombres y mujeres en el fútbol

Está siendo la temporada de los récords. A finales de enero, al Athletic Club-Atlético de Copa de la Reina jugado en San Mamés acudieron 48.121 personas. Unos días después, 21.234 aficionados vieron el derbi vasco en Anoeta. La clasificación del equipo 'txuri urdin' para la final de la Copa la Reina la vieron 18.731 espectadores en ese mismo escenario. En diciembre, 20.198 presenciaron el Levante-Valencia. La temporada pasada, el Atlético-Madrid CFF congregó a 22.202 personas, casi tres veces menos que el partido contra el Barcelona.

Los 60.739 espectadores con el récord en un partido en España. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF), en una nota de prensa enviada antes del final del encuentro, se apresuró a calificarlo de récord mundial. No lo dice, pero se supone que se refiere a partidos de clubes. No hay un registro fiable de los partidos con más asistencia, pero la del Atleti-Barça supera a los 51.211 que vieron la final de la liga mexicana en mayo de 2018 y a los 53.000 que en 1920 (sí, 1920) vieron el Dick Kerr's Ladies-St Helen's Ladies en el Goodison Park de Liverpool.

Al deporte femenino (al que deberíamos quitarle el apellido) no le falta afición. La tiene, y no es pequeña. Quizá no al nivel del masculino, cuya preeminencia se explica más por razones históricas y sociológicas que por las diferencias físicas, pero sí para contar sus espectadores por miles. Las asistencias de los últimos meses no son reales, pero entre esas cifras récord y las de varios centenares que acuden a muchos partidos de la Liga Iberdrola hay espacio suficiente para crecer y convertise en un deporte mucho más seguido. Como en las manifestaciones, la virtud está en la moderación.

Parafraseanso a Rosa Díez, hay milones de españoles a los que les gusta el deporte practicado por mujeres y no lo saben. ¿Cómo atraerlos? Poniéndoselo fácil. Muy fácil, a ser posible. Con incentivos (precios bajos, pero no solo eso) y una buena promoción, como han hecho en los últimos meses los clubes de la Liga Iberdrola, igual que la Federación Española de Baloncesto con la Copa del Mundo de Tenerife o el Valencia Basket con su equipo de la Liga Día, por citar otros ejemplos. Lo primero depende de los clubes y las instituciones que dirigen el deporte, pero para lo segundo es necesaria la colaboración de los medios de comunicación. En ambos casos el esfuerzo debe ser continuado y no estar centrado solo en ocasiones especiales.

placeholder Así estaba el Wanda Metropolitano este domingo para el Atlético de Madrid-FC Barcelona. (EFE)
Así estaba el Wanda Metropolitano este domingo para el Atlético de Madrid-FC Barcelona. (EFE)

Un puñado de partidos con decenas de miles de espectadores en las gradas no elimina los problemas a los que todavía se enfrentan las mujeres en el fútbol, pero ayuda. Es un paso más en una trayectoria ascendente que solo la pelea entre la RFEF y LaLiga puede frenar. Que las cosas están cambiando es innegable. Hace más de 15 años, el Athletic llegó a meter más de 35.000 personas en San Mamés. Entonces solo podía hacerlo un equipo, ahora hay varios que no solo pueden, sino que además quieren.

La mediática es quizá la barrera más importante que le queda por derribar a la mujer en el deporte. Alguno pensará que no, que antes debe llegar la profesionalización (y con ella la protección), un objetivo todavía muy lejano para muchas mujeres. Pero ambas cosas van de la mano. Si no se habla de ellas, sino se cuentan sus éxitos y fracasos para que el aficionado conozca a las deportistas y quiera seguirlas, partidos como el Atlético-Barcelona de este domingo o el Movistar Estudiantes-Magec Tías de la semana pasada van a seguir siendo anécdotas.

Un domingo, el Movistar Estudiantes reúne a 13.472 espectadores en el WiZink Center, la mayor asistencia a una competición femenina de baloncesto en España. Una semana después, el Atlético de Madrid congrega a 60.739 en el Wanda Metropolitano, otro récord, esta vez en fútbol. Dos éxitos rotundos por su repercusión y su significado que demuestran que algo se mueve en el deporte español.

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