De los 100 millones de Hazard a Tchouameni: los riesgos que asume el Real Madrid

Se cumplen tres años desde que el Real Madrid fichó a Eden Hazard, un futbolista que llegó con el cartel de contrastado y, por lo tanto, un valor seguro. La apuesta del club, también millonaria, ahora es Aurelien Tchouameni. La operación del joven mediocentro francés de 22 años, que lleva poco tiempo en la alta competición, tiene riesgos si no responde a las expectativas. El Real Madrid vuelve a tener en su plantilla dos jugadores que sobrepasan el coste de los 100 millones de euros y esto no se lo pueden permitir todos los clubes. Gareth Bale rozó esta cantidad (99 millones de euros) y se ha marchado gratis, sin dejar un solo euro en la caja.

En el nuevo Real Madrid, hasta cerrar la plantilla, están puestos los ojos en Hazard y Tchouameni. Con Rüdiger es distinto. El central alemán llega gratis y tiene una trayectoria que le avala. El belga y el francés, por diferentes motivos, tienen que ser dos de los jugadores que sumen a un equipo que viene de ser campeón de Europa y de España. Lo que les une es el precio que han pagado por ellos, en unas operaciones en las que las cantidades variables acaban elevando el coste. En el caso de Hazard, habrá que pagar al Chelsea por los títulos conseguidos esta temporada y, según informaciones de medios británicos, la consecución de la decimocuarta Champions supone un desembolso importante. El precio de Hazard sigue siendo un misterio porque, según publicaron dos medios belgas, se puede ir hasta los 160 millones de euros.

Con Tchouameni, las cifras con el Mónaco están cerradas y van desde los 80 millones de euros fijos más otros 20 en variables. A ellas hay que añadir, según informaciones de Francia, el pago de los impuestos. El Real Madrid tendrá que pagar el 19% del traspaso a Hacienda, debido a que España considera Mónaco un paraíso fiscal. Según ESPN, el pago es del 24% y se hace del montante total de la operación. En definitiva, el Real Madrid puede tener que llegar a pagar en torno a los 116 millones de euros.

El belga pide otra oportunidad

Hazard y Tchouameni son, por lo tanto, los jugadores de la plantilla que superan los 100 millones de euros. Los tienen que hacer valer y justificar el precio que el club ha pagado por ellos. Lo de Hazard va con mucho retraso por culpa de la fatídica lesión en el tobillo, las recaídas, pero también por las dudas que generó cuando llegó fuera de forma en su primera temporada y lo que le costó coger el ritmo. Ahora, tras volver a pasar por el quirófano para que le retiraran la placa de titanio, pide otra oportunidad y el club se la va a dar por diferentes motivos. Hazard tiene contrato hasta 2024, no ha llegado Mbappé y hay que darle el beneficio de la duda. Si está sano y recupera un buen nivel, hay que pensar que por calidad, experiencia y orgullo, tiene condiciones para elevar su rendimiento y sumar en ataque.

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El Real Madrid asume el riesgo de que, por fin, llegue la recuperación del mejor Hazard en un año en el que está el Mundial de Qatar entre noviembre y diciembre. El jugador es el primero que está manifestando su deseo de volver a ser el de antes y el convencimiento de que esta vez si está fuerte de cuerpo y cabeza. Lo pregonó en la Cibeles y lo ha vuelto a decir tras jugar con su Selección el partido contra Polonia: "Siempre lo he dicho, voy a volver ser el que era encadenando partidos y minutos".

El francés, presente y futuro

Con Hazard se ha tenido paciencia. Con Tchouameni, el debate es si es exagerado pagar este precio por un chico que, en principio, viene a ser el suplente de Casemiro. Es, además, un desconocido para los aficionados, a pesar de que esté ya asentado en la Selección absoluta de Francia. Lleva poco tiempo en la élite. El riesgo que se asume con Tchouameni es saber que no llega para entrar de manera directa en el once. Es un fichaje de presente y futuro, como el de Camavinga. Pero con la diferencia de que Tchouameni cuesta más del doble de lo que se pagó por Camavinga (35 millones de euros).

La realidad es la siguiente. En el Real Madrid los tiempos de espera son limitados. Impera la ley de la inmediatez. El fichaje que llega tiene que demostrar desde el primer día que su rendimiento es alto y regular. El escudo y el precio que se ha pagado pesa. El Bernabéu es impaciente y exigente. La presión que lleva el propio jugador cuenta. Tchouameni se incorpora a un equipo en el que los centrocampistas han puesto el listón muy alto.

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Los 100 millones de euros de Tchouameni son por un jugador que va a firmar un contrato por cinco años y que puede prolongarse en el tiempo, según la adaptación y el rendimiento. Los juicios, las valoraciones sobre la rentabilidad del coste de la operación habrá que hacerlas al final de su etapa. La de Hazard va por tres años y está en suspenso. La de Luka Jovic, otro ejemplo de fichaje joven y costoso, tampoco le da para aprobar. Pero si Tchouameni consigue estar tantos años como, por ejemplo, Luka Modric, se podrá decir que lo caro salió barato.