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El envenenado beso a Jenni solo fue el final: la crispación de Alexia con Rubiales en el Mundial
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FUTPRO, OBLIGADO A DEFENDER A HERMOSO

El envenenado beso a Jenni solo fue el final: la crispación de Alexia con Rubiales en el Mundial

Tras caer ante Japón, la Selección española vivió un punto de inflexión. El presidente de la RFEF justificó por qué iba en chándal y la estrella del Barça conjuró al grupo para ganar por ellas

Foto: Alexia Putellas y Luis Rubiales tras ganar la semifinal contra Suecia. (EFE/RFEF/Pablo García)
Alexia Putellas y Luis Rubiales tras ganar la semifinal contra Suecia. (EFE/RFEF/Pablo García)

Ya fuera consciente o inconscientemente, las portadas que los dos diarios deportivos de Madrid dedicaron este jueves al caso Rubiales sirvieron para dejar constancia de que, aunque todo el mundo ya le daba por muerto, en la Real Federación Española de Fútbol (REF) habían puesto en marcha toda su maquinaria propagandística y jurídica habitual para vender que su presidente aceptaría ser sancionado temporalmente por la propia RFEF. Con esto, lo que se pretendía era evitar que el Consejo Superior de Deportes (CSD) pudiera entrar en la causa y, como consecuencia de ello, el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) inhabilitarle.

Una estrategia que, según Onda Cero, Rubiales estaba "pactando con la parte socialista del Gobierno" y que cobraba sentido al escuchar al secretario de Estado para el Deporte, Víctor Francos, "instar a la RFEF a tomar decisiones", mientras, casualmente, desde el entorno de Florentino Pérez se filtraba un acuerdo entre las dos partes, es decir, CSD y RFEF, para darle una normalidad que en ningún caso tendría. Sin embargo, el hecho de que la Comisión Disciplinaria de la FIFA abriera un procedimiento disciplinario a Rubiales y el que poco a poco a este se le fueran desmarcando asambleístas generaron unas dudas que obligaron al ministro Iceta a salir en Teledeporte a anunciar que "la semana que viene el CSD trasladará al TAD las denuncias que ha recibido". Eso sí, de pedir la dimisión, nada, por lo que el balón seguía en el aire.

Foto: Rubiales, junto a la Reina, en la entrega de medallas. (Reuters/Asanka Brendon) Opinión

"Jenni Hermoso exige medidas contra Rubiales", rezaba la portada de Marca, medio que la tarde anterior pidió la dimisión del presidente de la RFEF. "Rubiales, el siguiente comunicado debe ser el de la renuncia", fue el titular de su editorial. "Jenni deja caer a Rubiales", podía leerse en la de AS. Un titular que muchos y, sobre todo, muchas interpretaron como una manera de culpabilizar a la víctima. O sea, en la misma línea que Rubiales utilizó en su simulacro de disculpa cuando dijo que "hay un hecho que tengo que lamentar y es todo lo que ha ocurrido entre una jugadora y yo". La indignación no solo crecía, sino que era imparable.

Por mucha presión popular y política que hubiera, el presidente de la RFEF no tenía en la cabeza dimitir. De ahí lo importante de que las futbolistas no se dejen una vez más engañar, pues de haber prosperado su estratagema de atrincherarse, nada habrían conseguido. Más allá del indecente morreo a Jenni Hermoso, los indecorosos abrazos a otras futbolistas e incluso a la reina Letizia, sus gestos obscenos en el palco y las declaraciones en las que llamó "gilipollas" e "idiotas" a quienes le criticaron por todo ello, lo importante es que, como dijo la presidenta de la Liga F, Beatriz Álvarez Mesa, a este diario, "Rubiales ni ha creído ni cree ni va a creer en el fútbol femenino". Por eso su no dimisión es tan importante y por ello debe ser inhabilitado.

placeholder Vilda y Rubiales, en el reciente Mundial. (Reuters/Molly Darlington)
Vilda y Rubiales, en el reciente Mundial. (Reuters/Molly Darlington)

El incidente del brazalete con Misa

Según han contado las propias jugadoras a su regreso del Mundial, tras la goleada sufrida ante Japón, de la cual Jorge Vilda dijo ser "el único responsable", se produjo un punto de inflexión. Así, el presidente de la RFEF no se limitó a estar en chándal y permanentemente a su lado como si fuera un miembro más del staff, sino que empezó a querer intervenir incluso en las alineaciones. De este modo, ya fuera motu proprio o ayudado por algunos de sus numerosos asesores, detrás de las suplencias de Misa Rodríguez y Alexia Putellas estuvo la sombra de Rubiales, quien no en vano mantuvo al seleccionador, sabedor de su fidelidad, algo que volverá a comprobarse en la Asamblea, pero también de su docilidad.

De hecho, además de gestos como el que tuvo con el preparador de porteros tras ser sustituida en el partido ante Suecia y el perfil bajo que ha mantenido
durante todo el Mundial, la dos veces Balón de Oro tuvo una discusión con el presidente de la RFEF por algunas decisiones que se estaban tomando y, sobre todo, como es costumbre en él y así ha quedado demostrado, por las formas. Es verdad que Alexia llegó al Mundial presionada y muy justa de forma, sin tiempo para recuperarse plenamente de la grave lesión de rodilla que sufrió antes de la Eurocopa del año pasado. Pero sobre todo estaba muy tocada después de todo lo vivido tras el motín que ella encabezó, aunque, al estar lesionada, luego no participó, pero igualmente le costó perder la capitanía.

placeholder Alexia, junto a Misa, en la celebración del título mundial. (Reuters/Hannah Mckay)
Alexia, junto a Misa, en la celebración del título mundial. (Reuters/Hannah Mckay)

Un ejemplo del ambiente enrarecido que las futbolistas fueron capaces de superar fue lo que sucedió con la mencionada guardameta del Real Madrid. La canaria mostró su extrañeza cuando en el descanso del partido contra Japón, Vilda le dio el brazalete de capitana que, en ausencia de Ivana Andrés y con Esther González en el banquillo, en la primera parte había llevado Olga Carmona, sustituida. Misa le dijo que cómo iba a llevarlo estando Alexia, Irene Paredes y Jenni Hermoso, pero Vilda se lo impuso, al término del partido se lo pidió, según destacan, "de malas maneras", y a partir de ahí la portera del Real Madrid ya no volvió a jugar ni un solo minuto.

Después de haberse mantenido en un segundo plano, sin hacer declaraciones ni acaparar la atención más allá de lo estrictamente necesario, levantar la Copa del Mundo fue una gran satisfacción para la estrella del FC Barcelona, sobre todo por todo lo que ella y sus compañeras, en especial las veteranas Jenni e Irene, han tenido que pasar. De ahí que todo lo sucedido en la celebración, con el envenenado beso de Rubiales a Hermoso, se haya convertido en un final inesperado para ellas mismas. Es verdad que una vez terminado el Mundial tenían previsto hablar, pero de momento no les ha hecho falta. Su presidente se inmoló exhibiéndose en estado puro.

Foto: Luis Rubiales, en la recepción de Moncloa a las campeonas del mundo. (Reuters/Juan Medina)

Mientras, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, fue el primer sindicalista en pedir la dimisión de Rubiales, a quien calificó de "energúmeno", y AFE tampoco dudó en volver a hacerlo, pues cabe recordar que ya la solicitó cuando este diario informó de que el susodicho había ordenado espiar a su presidente, el miércoles fue Futpro el que emitió un comunicado cuya fuerza realmente fue que lo hizo en nombre de Jenni Hermoso. Junto a unas declaraciones de la futbolista en que aseguraba que "mi sindicato, en coordinación con mi agencia TMJ, se está encargando de defender mis intereses y ser los interlocutores sobre este asunto", este sindicato expresó su "firme y rotunda condena ante conductas que atenten contra la dignidad de las mujeres". Vamos, que sí, pero que no.

Cabe recordar que Futpro, un sindicato exclusivamente femenino y con tan solo 61 afiliadas, según certifica el CSD, recibió 125.000 euros de las ayudas de la RFEF a los sindicatos y asociaciones de jugadores/as de fútbol y de fútbol sala para la temporada 2022-2023. De ahí que tampoco su presidenta, Amanda Gutiérrez, se atreviera a pedir abiertamente la dimisión de Rubiales, algo que por supuesto tampoco hizo su homólogo de Futbolistas ON, Juan José Martínez, sobre todo en ausencia de su gerente y cofundadora, Tamara Ramos, de baja desde hace meses por "ansiedad por maltrato" y que ha sido protagonista al desvelar su no menos desagradable experiencia junto a Rubiales en AFE. Y es que la caída del presidente de la RFEF solo será la primera de muchas otras, y no precisamente por un beso...

Ya fuera consciente o inconscientemente, las portadas que los dos diarios deportivos de Madrid dedicaron este jueves al caso Rubiales sirvieron para dejar constancia de que, aunque todo el mundo ya le daba por muerto, en la Real Federación Española de Fútbol (REF) habían puesto en marcha toda su maquinaria propagandística y jurídica habitual para vender que su presidente aceptaría ser sancionado temporalmente por la propia RFEF. Con esto, lo que se pretendía era evitar que el Consejo Superior de Deportes (CSD) pudiera entrar en la causa y, como consecuencia de ello, el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) inhabilitarle.

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