Por qué la decisión de Xavi Hernández en el Barcelona es más egoísta de lo que parece

Cada vez que a Xavi Hernández le preguntan sobre los motivos de su despedida del Barcelona, el técnico azulgrana cambia de opinión. En las últimas ruedas de prensa, el preparador catalán ha ido modificando las razones de su marcha. Bandazos que no sostienen su decisión de marcharse el próximo 30 de junio. Al principio, fue culpa del entorno barcelonista y la prensa que sigue al club, para luego pasar a la presión infernal del "club más difícil del mundo" y, por último, por la incapacidad de cumplir los objetivos fijados.

Lo que hizo Xavi Hernández tras presentar su dimisión en diferido al perder contra el Villarreal en Montjuic es transmitir toda la presión posible a los jugadores. El técnico se presentó como el problema de que el equipo no estuviera rindiendo al nivel esperado, aunque, a su vez, consideró que se ha hecho un "muy buen trabajo" que se valora más "fuera de España que aquí".

"El club necesita un cambio de dinámica. Pensando en el club, en el bien de los jugadores. Se liberarán. Jugamos con demasiada tensión. Creo que lo mejor es irse", respondió Xavi Hernández a la pregunta de por qué se iba... para acto seguido anunciar que lo haría el 30 de junio. Es decir, Xavi cree que no puede cambiar la dinámica del equipo como técnico, pero decide quedarse con la Champions League en juego y muchos millones que condicionan el futuro del Barça y la próxima temporada.

Después de vencer a Osasuna por un pírrico 1-0 que pudo acabar en empate a pesar de jugar con un futbolista más durante toda la segunda parte y en casa, el técnico aseguró que con su decisión buscaba una reacción así del equipo.

TE PUEDE INTERESAR

La otra guerra cruda en el Barcelona que Xavi Hernández perdió fuera del campo

Albert Ortega. Barcelona

Laporta ya no tiene escudo

La afición, que se desesperó por momentos durante el encuentro ante los navarros, cantó a favor de Xavi Hernández, silbó tímidamente a los jugadores y estuvo cerca de apuntar al palco, como ya sucediera ante el Villarreal, donde se escuchó el siguiente mensaje "Barça sí, Laporta no". Así las cosas, Xavi quitó el escudo de las críticas a Joan Laporta. El presidente confirmó en la entrevista en RAC1 que solo lo aguanta porque Xavi es una leyenda y confirmó que no lo destituiría.

Sin embargo, el equipo, que no mejoró el juego contra Osasuna ni contra el Deportivo Alavés, podría desconectarse totalmente de su entrenador. El no entrar en la cuarta plaza que da acceso a la Champions League sería un mazazo para el Barcelona, igual que no alcanzar los cuartos de final de la Champions League, algo que marca su presupuesto del presente ejercicio.

Lo único que gana el Barça con la decisión de Xavi Hernández es tiempo para buscar un sustituto para la siguiente temporada. El resto son inconvenientes. Especialmente, cuando el técnico se siente libre de despotricar ante lo que significa ocupar el banquillo "cruel y desagradable" del FC Barcelona. La decisión del técnico culé es más propia de un entrenador egoísta que todavía quiere resarcirse de una temporada desastrosa que de un hombre de club.

Xavi podría haber denunciado las tropelías de la dirección deportiva azulgrana, señalar el papel de Jorge Mendes en el mercado de fichajes o enfrentarse a la directiva por traspasos que no tenían ningún tipo de sentido, pero decidió callar para seguir en su puesto. Además de no echarse a un lado si no se creía capaz de revertir la situación, lo que hace el técnico culé es guardarse la última bala en la recámara de la Champions League.