Del acoso laboral a taparle la boca: el PSG se siente dueño de Mbappé y lo tiene como un rehén

El presidente del Paris Saint-Germain, Nasser Al-Khelaïfi, tiene un pacto de no agresión con Kylian Mbappé. Consiste en que el máximo dirigente del club tiene que ser el primero en saber qué decisión de futuro va a tomar el futbolista. Si a Mbappé se le ocurre decir algo o dar alguna pista, que se atenga a las consecuencias. Es por lo que el jugador no hace apariciones públicas y está a expensas de los tiempos que marca el club. Necesarios para buscarle un sustituto y fundamental para que Nasser Al-Khelaïfi no se sienta humillado si la decisión es salir del PSG.

"Cuando hayamos decidido, os lo haremos saber", dijo Nasser Al-Khelaïfi en la celebración del Congreso de la UEFA en París. Es la única respuesta que dio al asunto Mbappé. Suficiente para entender que Mbappé es rehén del PSG hasta para hablar ante los medios de comunicación.

La noticia del futuro de Mbappé la tiene que gestionar el presidente del PSG porque se siente dueño del jugador. No es lo mismo que Mbappé lo haga por iniciativa propia, a su manera, que estar bajo el control del club que le ha bañado en millones de euros. La humillación es menor si lo que tiene que anunciar Mbappé es que no sigue en el PSG.

Es importante para el presidente del PSG y Qatar controlar el relato y poner a salvo el orgullo. En esto consiste lo que ambos denominan el pacto de caballeros y por el que Nasser Al-Khelaïfi sigue insistiendo en que Mbappé todavía no tiene tomada la decisión. Es llamativo que el presidente hable por boca del jugador.

El PSG y Qatar quieren ser dueños de Mbappé hasta en un asunto tan íntimo y personal como el anuncio de sus planes de futuro y los motivos. Es otra forma, de las tantas que tiene el presidente del Paris Saint-Germain, para hacer chantaje a la libertad de los jugadores. Con Mbappé, llegaron al límite de castigarle sin gira de pretemporada y quedó apartado del equipo.

Cuando se dieron cuenta de que había una presión social y también política que denunciaba acoso laboral, Nasser Al-Khelaïfi tuvo que recular. Las amenazas por no activar el contrato hasta junio de 2025 quedaron en un pacto de no agresión en el que el presidente del PSG tapa la boca a Mbappé. El precio que puede pagar el jugador si habla antes de tiempo es una campaña hostil y de desprestigio.

Salir por las buenas

No le interesa a Mbappé estar enfrentado al PSG, ni las tensiones con Nasser Al-Khelaïfi. Si se va del PSG, sabe que tiene que renunciar a una cantidad de dinero que le corresponde de la prima de fidelidad, pero, si lo hace por las buenas, la salida es menos traumática y pacífica. También supondría menos obstáculos en lo económico.

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Hasta que llegue el momento del anuncio, el presidente del PSG dice que no hay nada decidido. No es lo que estaba en los planes de Mbappé, que quería dejarlo todo resuelto a finales del mes de enero. Estamos ya metidos en febrero y crece la expectación y también las filtraciones que ponen de los nervios a Nasser Al-Khelaïfi.

En Francia, dan por hecho que la decisión de Mbappé está tomada y ha elegido jugar en el Real Madrid. Le Parisien, medio cercano al club, adelantó la noticia que ha sentado como una patada en el estómago al presidente del PSG. La reacción de Nasser Al-Khelaïfi es no rendirse con Mbappé y sigue haciendo todo lo posible para convencerle de que se quede más tiempo. En el Real Madrid, conocen muy bien al presidente del PSG y saben que la mejor manera de ayudar a Mbappé con su salida es airear que no están interesados o, si se pone a tiro, no romperá la escala salarial de la plantilla. Mbappé calla y Florentino le hace hueco en la planificación deportiva y comercial.