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El melonazo de Carvajal, lo que más enfada en el Real Madrid y sirve para hacer autocrítica
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El melonazo de Carvajal, lo que más enfada en el Real Madrid y sirve para hacer autocrítica

En el Real Madrid hacen autocrítica por la mala primera parte contra el Leipzig. El partido se complicó a raíz de un pase imprudente de Carvajal que acabó en el gol anulado a los alemanes

Foto: Dani Carvajal compite por un balón contra el Leipzig. (Reuters/Annegret Hilse)
Dani Carvajal compite por un balón contra el Leipzig. (Reuters/Annegret Hilse)

El golazo de Brahim Díaz y los paradones de Lunin en la victoria contra el Leipzig no evitan que se hable de una mala primera parte del Real Madrid. Lo mal que entró el equipo al partido es un aviso serio de cómo se tienen que afrontar este tipo de partidos de eliminatorias en los que un mal día te manda a casa. En el descanso, hubo toque de atención de Ancelotti y el equipo reaccionó con más compromiso y sufrimiento que buen juego.

El partido empezó torcido por el melonazo de Carvajal que provocó la jugada que tanto está dando que hablar con el gol anulado al Leipzig. El futbolista más fiable de la defensa cometió una imprudencia con un pase temerario a Mendy que acabó en saque de esquina. Carvajal está en uno de sus mejores momentos, elogiado antes del partido por Ancelotti por lo bien que se ha adaptado a jugar de central, pero, con Nacho recuperado, prefirió que regresara al lateral derecho.

Esto es lo que tiene cambiar a los jugadores de posición por las necesidades de buscar centrales improvisados dentro de la plantilla ante la emergencia de las lesiones. Te puede salir bien, regular y mal. Carvajal, con todo el oficio y la experiencia que tiene, pareció un novato en su regreso al lateral derecho. Pudo haber metido en problemas al equipo si el árbitro no tiene tan claro que el gol hay que anularlo por una norma clara, el empujoncito a Lunin, que ni Kroos está de acuerdo.

Todo lo que sucedió en la primera parte a raíz del fallo de Carvajal fue preocupante para el Real Madrid. Se vio un equipo con desajustes defensivos, problemas para salir con el balón jugado desde atrás, sin claridad, profundidad para atacar por las bandas de Vinícius y Rodrygo, sin amenaza.

placeholder Brahim Díaz se lleva un balón ante Schlager en el partido contra el Leipzig. (Reuters/Lisi Niesner)
Brahim Díaz se lleva un balón ante Schlager en el partido contra el Leipzig. (Reuters/Lisi Niesner)

De un Real Madrid atascado y sostenido por las paradas de Lunin se pasó al gol de Brahim Díaz que niveló el partido. En el intercambio de golpes, el mejor fue Lunin, que acabó el partido con nueve paradas. Un récord que tenía Courtois en la final de la Champions ganada contra el Liverpool en París. Que el mejor del partido sea el portero no es una buena noticia para el Real Madrid. Lo reconoció Ancelotti tars el partido: "Tenemos que ser honestos. Es el mejor partido de Lunin en el Real Madrid y podíamos haber acabado en empate".

El vaso se puede ver medio lleno si te quedas con el resultado, con una victoria más sin Courtois, Militao, Alaba, Rüdiger y Bellingham. El Real Madrid mantiene la dinámica ganadora, pese a las lesiones, y este es el mejor síntoma para ser optimista. Pero esto es la Champions, se juega con lo que tienes y si de alguien no esperabas que tuviera un error tan grosero en defensa es de Carvajal.

Foto: Marco Asensio celebra con Mbappé un gol en un partido del PSG. (REUTERS Christian Hartmann)

El Real Madrid no hizo un gran partido contra el Leipzig, supo resistir, tuvo un portero enchufado y se encontró con un rival desafortunado en la definición. Salió vivo y con ventaja pese a un mal inicio de partido y un error de Carvajal que sirve para que los jugadores hagan autocrítica. A los partidos, juegue quien juegue, hay que entrar con tensión, concentración y, sobre todo, sin hacer regalos. Carvajal, que lleva una temporada brillante, estuvo plomizo.

El golazo de Brahim Díaz y los paradones de Lunin en la victoria contra el Leipzig no evitan que se hable de una mala primera parte del Real Madrid. Lo mal que entró el equipo al partido es un aviso serio de cómo se tienen que afrontar este tipo de partidos de eliminatorias en los que un mal día te manda a casa. En el descanso, hubo toque de atención de Ancelotti y el equipo reaccionó con más compromiso y sufrimiento que buen juego.

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