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De lo que no se libra el novato Luis de la Fuente en el año que lleva en la Selección española
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De lo que no se libra el novato Luis de la Fuente en el año que lleva en la Selección española

El trabajo y la imagen de Luis de la Fuente están menos reconocidos después de coger el relevo de Luis Enrique en la Selección. El riojano no se ha sentido respetado ni valorado

Foto: Luis de la Fuente sale a un entrenamiento de la Selección. (Reuters/Susana Vera)
Luis de la Fuente sale a un entrenamiento de la Selección. (Reuters/Susana Vera)

A Luis de la Fuente se le sigue viendo como un principiante en el banquillo de la Selección, a pesar de ganar la Liga de Naciones. Es un título menor y la clasificación la logró Luis Enrique. No se libra de que se dude si tiene nivel para competir por la Eurocopa y le afectan otros asuntos. Sus convocatorias siguen generando debate y no se explica cómo ha dejado escapar a un talento como Brahim Díaz. El estilo de juego lo ha querido diferenciar del de Luis Enrique, pero no tiene el carácter del asturiano. A todo esto se une que Pedro Rocha, su valedor, está en la cuerda floja.

Luis de la Fuente está, un año después de su debut, en una posición más débil. La incertidumbre del futuro de Pedro Rocha en un proceso electoral que sufre un duro revés para sus intereses es un motivo para estar preocupado. En el clima de crisis que está inmersa la Federación, agravado con los registros en las oficinas, se tiene que mantener a flote. De la Fuente es la cara visible del fútbol español en un escenario de desprestigio del que no se libra. Le cuesta aislarse del escándalo federativo y le pone de los nervios que lo extradeportivo solape a lo deportivo.

El año se le ha hecho largo a un seleccionador bisoño en un gran torneo, con la cuenta atrás para la Eurocopa que se disputa en Alemania. Las expectativas están en cómo se fajará en la alta competición.

No ha disfrutado ni de los momentos de mayor alegría, con episodios en los que no se ha sentido respetado ni valorado. Le dolió que se burlaran de él en la fiesta de celebración de la Liga de Naciones en Madrid. Los gritos de unos gamberros llamándole "calvo, calvo" los calificó como un insulto y una conducta de mala educación. España volvía a ganar un título después de once años de sequía y esperaba reconocimiento y respeto.

Cogió el relevo de Luis Enrique y el primer efecto que produjo su nombramiento fue de bajón. Se le señaló como un novato en un banquillo al que hay que llegar con la gloria y la solvencia que da ganar títulos con un club. Un año después de su debut contra Noruega, De la Fuente saca pecho de tener consolidado un proyecto de equipo competitivo, unido y renovado. Un grupo humano que es una familia en el que sí se siente valorado por los jugadores. Fuera sigue cuestionado, en el vestuario encuentra el respeto.

placeholder Luis de la Fuente sale al entrenamiento con Cubarsí y Morata. (EFE/RFEF)
Luis de la Fuente sale al entrenamiento con Cubarsí y Morata. (EFE/RFEF)

“Mi Selección siempre va a jugar con un delantero y va a tener un plan B” es la promesa que hizo De la Fuente para desmarcarse del fracaso de Luis Enrique en el Mundial de Qatar. En el primer partido en Málaga salió perfecto. Convocó a Joselu, a punto de cumplir los 33 años, y el delantero desatascó el partido con dos goles en menos de cinco minutos. Un subidón para empezar a quitarse presión, un primer paso para convencer con su idea y estilo de juego diferente a la del hoy entrenador del PSG.

Falta de carisma

El cambio de Luis de la Fuente por Luis Enrique es positivo en lo deportivo. Los objetivos están conseguidos. Una sola derrota (en Glasgow), el título de la Liga de Naciones y la clasificación holgada para la Eurocopa en un grupo asequible. Le falta el carisma del asturiano y testar su trabajo en la Eurocopa. Lo conseguido en el césped no da para que la afición esté entusiasmada con la Selección, pero sí le sirve al riojano para decir que está haciendo bien su trabajo.

Foto: Pau Cubarsí en la concentración de la Selección española. (EFE/RFEF/Pablo García)

En lo extradeportivo está marcado por el bochorno de los aplausos a Luis Rubiales en la patética Asamblea del 25 de agosto, de los que luego pidió perdón, pero que le perjudicaron en su imagen y honorabilidad. La táctica ha sido hacerse fuerte de puertas para adentro. Con los jugadores y con Pedro Rocha al frente de la Federación.

Es la misma que utilizó Luis Enrique en momentos de crispación y tensión con la prensa. Tuvo el apoyo de Luis Rubiales y de un grupo de jugadores con los que formó un ejército de soldados. De la Fuente muestra ser más cercano y conciliador con la prensa, no crispa, pero también ha formado su guardia pretoriana.

Foto: Nacho entra al banquillo en el partido contra Osasuna. (AFP7)

En un año ha llamado a 55 jugadores y para la lista de 23 que estarán en la Eurocopa ya tiene el grueso. Hay 19 con plaza fija si no sucede algún percance. Tres porteros: Unai Simón, David Raya y Álex Remiro. En la defensa confía en Carvajal, Jesús Navas, Laporte, Le Normand, Gayà y Grimaldo. En el centro del campo ha llamado en todas las convocatorias a Rodrigo, Zubimendi, Mikel Merino y Fabián. Para las posiciones de los extremos están Dani Olmo, Nico Williams y Lamine Yamal. Y en la delantera tiene a Morata, Joselu y Oyarzabal.

Faltan cuatro jugadores. Ha dejado claro que a Pedri hay que esperarlo siempre y está pendiente de Ferran Torres y Marco Asensio. A Luis Enrique le gustaba ser el líder. De la Fuente ha elegido darle el protagonismo a los futbolistas, no ser un policía con normas de reglamento interno y apostar por crear un ambiente de buen rollo. Con esto funciona un grupo consolidado en el que hay una mezcla de veteranos y jóvenes.

En un año en el que se ha sentido menospreciado nada más llegar al cargo por las dudas de su nivel, en el que se le ha criticado por su comportamiento en el caso Rubiales, en el que no se ha librado del debate de los jugadores que convoca y los que no, señalado por dejar escapar a Brahim Díaz, Luis de la Fuente ha conseguido la renovación del contrato hasta el final del Mundial de 2026. Sigue sin estar clara su validez y se puede complicar más su situación en el escenario de crisis que atraviesa la Federación Española de Fútbol.

A Luis de la Fuente se le sigue viendo como un principiante en el banquillo de la Selección, a pesar de ganar la Liga de Naciones. Es un título menor y la clasificación la logró Luis Enrique. No se libra de que se dude si tiene nivel para competir por la Eurocopa y le afectan otros asuntos. Sus convocatorias siguen generando debate y no se explica cómo ha dejado escapar a un talento como Brahim Díaz. El estilo de juego lo ha querido diferenciar del de Luis Enrique, pero no tiene el carácter del asturiano. A todo esto se une que Pedro Rocha, su valedor, está en la cuerda floja.

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