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Titánico Real Madrid y heroico Lunin: asalta la casa de Guardiola en los penaltis (1-1)
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Titánico Real Madrid y heroico Lunin: asalta la casa de Guardiola en los penaltis (1-1)

El Real Madrid se clasifica para las semifinales de la Champions tras llevar al Manchester City a los penaltis, con una actuación gigante en lo colectivo, un sistema defensivo inexpugnable y un portero colosal

Foto: Lunin abrazado por sus compañeros al terminar el partido. (Getty Images/Mike Egerton)
Lunin abrazado por sus compañeros al terminar el partido. (Getty Images/Mike Egerton)

El Real Madrid se clasifica para las semifinales de la Champions en los penaltis contra el Manchester City por demostrar, una vez más, que es el equipo que mejor sabe sufrir del mundo y esto le hace diferente, más competitivo. El esfuerzo titánico tuvo premio desde la pena máxima con la descomunal actuación del portero. Lunin paró dos penaltis. El ucraniano, que hizo un partidazo, se convierte en un héroe. Un día memorable en el asalto a la casa de Guardiola. Nadie había ganado en este campo desde 2018. Histórico.

Hizo lo más difícil en el Etihad Stadium. Salió al partido con valentía, se adelantó muy pronto con el gol de Rodrygo y empezó a retroceder líneas para convertirse en un equipo rocoso. El esfuerzo fue brutal, sujetado por un grandioso Lunin y un sistema defensivo de enorme valor de supervivencia. Le dio para llegar a la prórroga. A costa de un desgaste físico extraordinario, con mucha actitud y poco fútbol. Un partido épico, que se resolvió en los penaltis, salva el honor del fútbol español y empareja al Real Madrid contra el Bayern de Múnich.

Vivir del gol de Rodrygo y defender el área de Lunin como bestias tiene un enorme mérito. Solo lo puede conseguir un equipo con el ADN del Real Madrid. Se le hizo muy larga la segunda parte, sin amenazar la portería del City. Guardiola castigó la resistencia de Ancelotti con el cambio del explosivo Doku por la banda de un gran Carvajal. La segunda parte fue un dominio total del City, mereció el empate en el gol que consiguió cazar Kevin de Bruyne en la única grieta del muro. Pero el Madrid no se desmoronó. Impresionante, admirable y soberbio como equipo. Determinante Lunin.

El Real Madrid mostró garra, solidaridad, resiliencia. Fue de más a menos. Pasó de ser un equipo osado a estar sometido. Pintaba muy bien el inicio de un equipo con personalidad, enchufado. Pero sin fútbol, sin la pelota, metido atrás y con tanta fatiga, padeció un sufrimiento. El primer saque de esquina del Real Madrid se produjo en el minuto 105. Un lanzamiento que acabó con una clarísima ocasión de gol de Rüdiger. La prórroga fue muy dura, con la imagen de Carvajal retirándose del césped tieso, con calambres y la salida de Militao. Las consecuencias del descomunal esfuerzo del lateral derecho.

El partido, la eliminatoria en global, ha sido impresionante. Ha medido las fuerzas de los dos últimos campeones de Europa, con la desventaja de la vuelta en casa de Guardiola. Es un éxito a la resistencia, la fe, la competitividad y a la justicia del trabajo de Lunin. Un portero que empezó de suplente de Kepa tras la lesión de Courtois y que ha metido al Real Madrid en las semifinales.

placeholder Lunin se hace con un balón ante Carvajal y Julián Álvarez. (Reuters/Carl Recine)
Lunin se hace con un balón ante Carvajal y Julián Álvarez. (Reuters/Carl Recine)

El Real Madrid salió al Etihad Stadium sobrado de personalidad, valentía y carácter. Al estadio donde la temporada se suicidó por meterse en la cueva y se llevó cuatro goles y un enorme repaso por cobarde. La lección estaba más que aprendida. Ancelotti tiró al equipo al campo del City, plantado cerca del área de Ederson, mostrando pecho y garras. El aviso de que no se sentía inferior y que le quería jugar de tú a tú. Buen plan, un aquí estoy yo y tengo hambre.

Hizo dudar al City, atascó el plan de Guardiola, jugó a tener la pelota, con posesiones largas y a esperar ese momento de dar un puñetazo. Así da gusto ver de qué pasta está el Madrid en un escenario tan difícil y un rival con tantos recursos. El Manchester City no está acostumbrado a que en su casa le impidan llevar la iniciativa. El Madrid lo hizo y tuvo el premio de adelantarse con el gol de Rodrygo a los doce minutos.

La jugada desarmó a la defensa del City. Un balón largo de Carvajal lo bajó magistralmente Bellingham. El inglés se apoyó en Fede Valverde y el uruguayo conectó con el desmarque de Vinícius. El brasileño, por velocidad, ganó el costado derecho y su centro lo remató Rodrygo. El primer disparo lo desvía Ederson y el rechace lo convierte en gol. El tanto silenció el Etihad Stadium. Comprobaron que el Real Madrid era otro al del año pasado, que no había ido a especular.

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Bellingham se lleva el balón ante la oposición de Josko Gvardiol. (Reuters/Carl Recine)

La reacción del Manchester City fue meterle más ritmo al juego, verticalidad y centros al área. Primeros momentos de apuro, con De Bruyne tirando del equipo y Haaland yendo a todos los remates y rechaces. Ahí apareció Lunin. Como un gigante desvió los lanzamientos del belga, atrapaba los balones de Haaland. El noruego estrelló un balón al larguero en un cabezazo.

La seguridad de Lunin

El partido se rompió y en una contra, de nuevo con la velocidad de Rodrygo y Vinícius, el Madrid se plantó en el área del City. Llegó Carvajal desde atrás y tuvo la ocasión de hacer el segundo. Perdonó. Esto ya era un correcalles. Lunin mostraba su seguridad en el asedio, el Madrid no se metió atrás, resistió y siguió con su plan de ir a por el segundo. Era un Real Madrid entero, intenso, muy compacto sin balón y vertical para amenazar con la velocidad de los brasileños.

A destacar la cantidad de duelos ganados por el Madrid, la solidez, las ayudas de Kroos en defensa, la capacidad para sufrir en el asedio al área de Lunin. Lo importante estaba hecho, que era coger ventaja en el marcador, más seguridad en el césped y meterle ansiedad al Manchester City. Brutal el cruce de Rüdiger para desviar un disparo de Grealish. El alemán llegaba a los cruces, ganaba duelos. Insuperable. Nacho estuvo a la altura de la dificultad de sacar balones por arriba y por abajo. Grealish hacía daño por la banda derecha, la de Carvajal. Un agarrón al jugador inglés le costó la tarjeta amarilla al lateral. No podrá jugar la ida de las semifinales por sanción.

El Real Madrid acabó el primer tiempo metido en su campo. La insistencia y calidad del City le hizo retroceder. Era un muro que no podía superar el equipo inglés. Al equipo de Ancelotti le costó salir y amenazar. Era tiempo de fajarse, de tener mucha concentración en los centros laterales y las segundas jugadas. De lograr irse con la ventaja al descanso. Defendió el área de Lunin como leones. El ucraniano desvió un balón que se iba dentro en un lanzamiento directo de Kevin de Bruyne. Lunin estaba en modo Courtois.

Acoso del City

El inicio de la segunda parte empezó con un despeje de Lunin, con manos duras, a disparo de Grealish tras el rechace de un saque de esquina. El Manchester City metió energía, velocidad y fiereza. Pisó el acelerador, arrollar al Madrid con las incursiones y combinaciones de Bernardo Silva, Rodri, De Bruyne, Foden, Haaland... Un rodillo que metió el miedo en el cuerpo en una acción que evitó Nacho. Lunin no midió su salida. Haaland estaba al acecho.

El Real Madrid buscó pillar en acciones de contrataque, conectar con los brasileños, con las salidas por velocidad y fuerza de Fede Valverde. El partido tenía un alto ritmo, mucho desgaste físico y mental. A Lunin le llegaban, pero era un cerrojo. No había respiro. El City sometió con la posesión, metió atrás al Madrid. Esto ya iba de resistir y poder cazar una contra. Carvajal se fue en una arrancada que frenó Grealish. El inglés vio la tarjeta amarilla. Logró salir el Madrid de la cueva en otro empujón hacia delante de Bellingham que fue objeto de falta dura de Gvuardiol. Tarjeta amarilla para el croata.

El Real Madrid se hizo un equipo rocoso, con el espíritu de pelear todos juntos, resistir. Logró ser un acorazado. El peligro iba en una dirección. El acoso del City, que giraba el juego de un lado del área a la otra, con más centros, filtrando balones. Lunin seguía seguro. Guardiola quitó a Grealish y metió a Doku, un encarador para romper en el uno contra uno por el costado de Carvajal. Doku le quitó el cerrojo a la defensa del Madrid.

Llegó el empate con el cambio, un centro de Doku, despejado por Rüdiger y el remate de De Bruyne. Hasta el minuto 75 llegó la resistencia. Ancelotti quitó a Kroos y metió a Modric. El segundo cambio fue Brahim Díaz por Rodrygo. De Bruyne tuvo la victoria en el 80 con un disparo claro que se le fue alto. Brahim se pudo ir por velocidad y le agarró Rodri. Otra amarilla para el español del City por cortar el contraataque. El partido se fue a la prórroga con el ejercicio de supervivencia del Real Madrid, que no disparó a portería de Ederson en la segunda parte. Lo normal es que el Madrid acusara el inmenso esfuerzo en el tiempo extra, se cayera, doblara la rodilla. Y no lo hizo. Tenía energía y orgullo para competir en la reserva.

Guardiola no supo dar la puntilla a un equipo con jugadores fundidos. En los penaltis triunfó el frío Lunin, pero también Bellingham, Lucas Vázquez, Nacho y Rüdiger. No fallaron su lanzamiento. Sí lo hizo Modric. El Real Madrid se metió entre los cuatro mejores de Europa en los penaltis. Nunca se le puede dar por muerto.

El Real Madrid se clasifica para las semifinales de la Champions en los penaltis contra el Manchester City por demostrar, una vez más, que es el equipo que mejor sabe sufrir del mundo y esto le hace diferente, más competitivo. El esfuerzo titánico tuvo premio desde la pena máxima con la descomunal actuación del portero. Lunin paró dos penaltis. El ucraniano, que hizo un partidazo, se convierte en un héroe. Un día memorable en el asalto a la casa de Guardiola. Nadie había ganado en este campo desde 2018. Histórico.

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