La victoria por aplastamiento de Florentino y el arrepentimiento de Mbappé tras su traición

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Kylian Mbappé abandonará el PSG con previsible dirección Real Madrid tras siete años de fracasos en la Champions League. El astro francés, piedra capital en el megaproyecto de Qatar en el PSG, cerrará una larga etapa en el cuadro parisino sin poder conseguir el objetivo final del club-estado del golfo: la Copa de Europa. Nasser Al-Khelaïfi ha intentado todas las fórmulas posibles para ponerle la guinda del pastel a una entidad que no para de quemar dinero... sin estructura, paciencia ni resultados lejos de Francia.

El PSG ha juntado a Kylian Mbappé, Leo Messi y Neymar Júnior sin éxito. También ha fichado a Sergio Ramos y Keylor Navas, dos piezas esenciales en la época dorada del Real Madrid en la Champions League, como si pudiese adquirir la grandeza del club blanco a través de sus jugadores, cuando realmente eso solo lo da el escudo y la historia. El último giro de tuerca lo dio con Luis Enrique, un entrenador capaz de construir equipos a su imagen y semejanza y de multiplicar el rendimiento de los jóvenes.

Sin embargo, el PSG cayó en la Champions League contra el Borussia Dortmund con una masa salarial de 750 millones de euros por los 326 millones de los alemanes. El conjunto parisino fue el equipo de las cinco grandes ligas que más dinero gastó el pasado verano (454 millones de euros) y no volvió a servir de nada. El PSG murió en la orilla tras no marcar ni un gol en toda la eliminatoria y ser un equipo endeble y previsible que solo apretó en casa cuando el cabezazo de Hummels adelantó al Dortmund.

El Real Madrid le enseñó el camino

Hasta seis palos tuvieron la culpa de la eliminación en semifinales, pero el equipo solo ganó cinco partidos de 12 en la competición del KO. Kylian Mbappé pasó de puntillas por la eliminatoria. Tuvo muchas ocasiones para marcar la diferencia, pero pecó de falta de puntería frente a Kobel. Sin fortuna de cara al gol, tampoco fue capaz de aportar soluciones al PSG a través del último pase, el desborde, los ataques al espacio o el liderazgo en el campo.

El galo no tiró del carro y desapareció sobre el césped del Parque de Los Príncipes. Mbappé fue señalado y con razón. Otro fracaso, aunque Luis Enrique deteste esa palabra. Al día siguiente, el Real Madrid volvió a reinventar la historia de las remontadas en el Santiago Bernabéu contra el Bayern de Múnich, el equipo más similar a los blancos en toda Europa. De los pocos capaces de administrarle la misma medicina y ponerle contra las cuerdas con una competitividad máxima.

No funcionó el plan del Bayern, que resistió hasta que Joselu lo doblegó en tres minutos épicos. Mientras el Real Madrid jugará su sexta final de la Champions League en la última década, donde ha ganado cinco Orejonas, Mbappé tendrá que verlo por la televisión.

El Real Madrid, más grande que todos

El francés utilizó al club del que decía ser seguidor desde pequeño para incrementar la oferta parisina, puso de rodillas al club blanco al lograr tener el 100% de los derechos de imagen y, por último, traicionó a todo el madridismo para anunciar que se quedaba en el PSG. Luego, celebró la renovación con un 'hat-trick' ante el Metz mientras el público gritaba "puta Madrid, puta Madrid" y él reía feliz.

El PSG le dio a Mbappé las llaves del Paris Saint-Germain. El club qatarí fundió en oro el francés y le dieron las riendas de uno de los proyectos más ricos, megalómanos y desproporcionados de todos los tiempos. Leonardo, director deportivo del PSG, fue despedido, así como el entrenador parisino, Mauricio Pochettino. Por su parte, el Real Madrid siguió ganando con Carlo Ancelotti, acertó de pleno con el fichaje de Jude Bellingham y convirtió a Vinícius Júnior en el mejor jugador del mundo y el gran candidato a ganar el próximo Balón de Oro.

De aterrizar en el Santiago Bernabéu, Kylian Mbappé deberá ganarse de nuevo a la afición blanca que se sintió traicionada. Las cosas han cambiado mucho desde 2022. El francés, que ha tenido una Champions muy decepcionante y se ha quedado a las puertas de la final, deberá reivindicarse en un club que ya tiene al futbolista más diferencial del planeta y encajar en un vestuario perfectamente equilibrado y que es una gran familia.