La conmoción del adiós de Kroos, una estrella del fútbol que siempre ha hecho lo que le da la gana

El fútbol no retira a Kroos. Es Toni Kroos el que cuelga las botas en la cima. No se lo pueden permitir la gran mayoría de los futbolistas que estiran sus carreras para llenar la cuenta bancaria. Kroos es un caso insólito. Como en su día sucedió con Zidane. Estrellas del Real Madrid, de la alta competición, que dejan un enorme vacío por ser leyendas. Hay otros, como Cristiano Ronaldo y Benzema, que se vuelven locos con los millones saudís.

Kroos, a lo largo de una extensa trayectoria, ha hecho lo que le da la gana. Ha priorizado su felicidad y la de su familia por encima del dinero. Un día dejó plantado al Bayern de Múnich porque no se sentía cómodo ni valorado. Se fue de su casa, de Alemania y buscó nuevas motivaciones. De ello se aprovechó el Real Madrid.

Kroos es uno de los mejores fichajes, por no decir el mejor en términos de rendimiento y precio, que ha hecho Florentino. Por 25 millones de euros fichó a un jugador especial, un superclase, que ha estado diez temporadas, con un palmarés de 22 títulos y al que le queda la posibilidad de ganar la decimoquinta Champions. Sería la quinta con el Real Madrid y la sexta con la conseguida con el Bayern de Múnich en su curriculum.

La historia de Toni Kroos es la de un profesional que va a contracorriente. Se fue de Alemania al Real Madrid y dejó la Selección con solo 106 partidos, con el argumento de que se quería centrar en su club y dedicar más tiempo a la familia. En Alemania supuso una enorme sacudida. No se entendió cómo se podía marchar un jugador que era considerado imprescindible. A Kroos se le tachó de raro. Hacía lo que le pedía su cabeza. Buscar el equilibrio entre la exigencia de la alta competición con el Real Madrid y disfrutar de la familia. Renunció a más prestigio y dinero para comprar su tiempo.

A cuenta gotas nos ha ido desvelando los planes de una retirada que se califica de prematura. Ha avisado con antelación, en el club y a los aficionados, que se quería ir en la cima. Cumple con su palabra, pero aun así el adiós produce conmoción en el madridismo. Una mezcla de pérdida irreparable, pena, nostalgia y extrañeza. No tanto en su país, que lo va a poder disfrutar en la Eurocopa. Otro de los pasos en los que ha demostrado que él decide qué es lo que quiere hacer con su carrera y su vida. Regresó por sorpresa a la Selección cuando nadie lo esperaba.

Un verso suelto

En el Real Madrid le quedan dos partidos (Betis y Borussia Dortmund) y después dejará un vacío. No hay otro jugador de su perfil en la plantilla de Ancelotti. Al técnico italiano le hace un agujero. Le da equilibrio, claridad, jerarquía y experiencia. Rescató al equipo con su magistral pase en el Allianz Arena cuando peor lo estaba pasando en el partido contra el Bayern de Múnich. En el partido de vuelta le cambió Ancelotti por Modric a falta de veinte minutos y se produjo la remontada. Una semana después, Kroos hizo unas declaraciones en las que entendía el enfado del Bayern por el gol anulado a De Ligt. No sentaron bien en el club. Kroos va por libre.

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Ulises Sánchez-Flor

No es un jugador en declive, ni mucho menos. Pero sí es una persona que, estando físicamente bien, siente un desgaste. La solución en el Real Madrid pasaba por dosificarle, darle respiros y convencerle de que era muy necesario. Pero Kroos no quiere estar por estar. Lleva mal ver los partidos en el banquillo. No acepta el rol de ser suplente, entrar en las rotaciones y quedar en un segundo plano. Para asumir esto le falta la pasión que tiene y demuestra Luka Modric.

Se va Kroos, como salieron Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos, Marcelo, Casemiro y Benzema. Jugadores importantes, históricos e irremplazables. Leyendas de un Real Madrid dominante en la Champions. Se va Kroos, como se fueron más estrellas, y el Real Madrid no ha dejado de ganar títulos. Viene Mbappé. A Florentino Pérez le cogió el comunicado oficial de la despedida de Kroos en París. El presidente del Real Madrid acudió al palacio de Elíseo para asistir a la comida del 120 aniversario de la FIFA. El alemán será homenajeado el sábado en su último partido en el Bernabéu.