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Si no lo dice, explota: Ancelotti se la tira a los que van a ver la final de la Champions por la tele
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el italiano se reivindica

Si no lo dice, explota: Ancelotti se la tira a los que van a ver la final de la Champions por la tele

Ancelotti ha esperado su momento para pasar facturas a los que pronosticaban que el Real Madrid no podía jugar esta final y a los que le hacen de menos comparándole con otros entrenadores

Foto: Ancelotti levanta la mano en la sala de prensa para hablar de la final. (AFP7)
Ancelotti levanta la mano en la sala de prensa para hablar de la final. (AFP7)

Pep Guardiola y Luis Enrique ya tienen el bañador puesto. Ancelotti, que sale perdiendo en todas las comparaciones cuando se abre el debate de quién es el mejor entrenador de fútbol, no ha echado el cierre. Sigue con el chándal y los entrenamientos para trabajar la final de la Champions. También con la pizarra.

"Muchos verán la final por la televisión. Nosotros no estamos de vacaciones". Si no lo dice, no se queda a gusto. Carlo Ancelotti solo abandona el perfil bajo y amable cuando le interesa reivindicar su trabajo y esta es su semana. Le daban por muerto y está preparando la final de la Champions, la que puede ser la decimoquinta para el Real Madrid y la quinta en su palmarés como técnico. Es algo impresionante si consigue ganar al Borussia Dortmund, del que no se fía nada.

Hay momentos en los que uno se tiene que querer, darse mérito y el italiano aprovecha el suyo antes de disputar otra final. Hasta el punto de que califica como un éxito estar en una nueva final cuando, a principio de la temporada, se dejó el dorsal 9 libre y no se fichaba un sustituto de Benzema. Los pronósticos eran de fracaso. Sin un Mbappé, Haaland o Harry Kane no podría llegar a Wembley.

Por delante se situaba al Manchester City, como campeón de Europa y con la solvencia que da tener a Guardiola y un elenco de estrellas. El potencial del Paris Saint-Germain estaba por encima con la energía y la agresividad de Luis Enrique. Siempre peligroso con el potencial goleador de Mbappé. Hasta el Bayern de Múnich hizo una apuesta fuerte por fichar a un goleador como Harry Kane. Ancelotti, atento a todos los debates e informaciones, se sintió menospreciado por no darle opciones para llegar hasta la final de Wembley.

Se sintió maltratado por opiniones que consideró catastrofistas y el pesimismo que había con las posibilidades de llegar lejos en la Champions lo tomó como un desafío. Su éxito está en su inteligencia emocional, en la capacidad para motivar y convencer a los jugadores de que es posible ganar sufriendo. Su primera charla con la plantilla, una vez cerrado el mercado de fichajes veraniego, fue remarcarles que no eran inferiores a nadie y tendrían sus opciones en la Champions si se superaban. Hizo un grupo fuerte, soldados entregados a su desafío, comprometidos y solidarios.

Da las gracias a la plantilla

Todo lo que ha sucedido con las lesiones ha servido para que el grupo sea una en las adversidades y Ancelotti pida el último sobreesfuerzo. El equipo ha sufrido, pero ha llegado hasta donde muchos no le situaban en el mes de septiembre cuando empezó la Champions y el debut fue una ajustada victoria contra el Unión Berlín.

Foto: Nacho celebra un triunfo del Real Madrid. (AFP7)

El mensaje de Ancelotti antes de jugar contra el Borussia Dortmund es de orgullo, felicitación a los jugadores por haberle ayudado y de reivindicación personal que hace visible en cuanto tiene una ocasión propicia. Tras eliminar al Bayern de Múnich les reunió para agradecerles su compromiso y su actitud.

"Los dos mejores equipos están en la final", dice un profesional que va a disputar su novena final (tres como jugador y seis como entrenador). Es una barbaridad, pero el pasado no cuenta, pese a que quiera sacar pecho. Hay una enorme ilusión por ganar la decimoquinta, las expectativas señalan que no puede fallar ante un rival que es inferior y esto le genera al italiano más sudores fríos.

Foto: Mario Hezonja, en la final de la Euroliga. (EFE/EPA/Ronald Wittek)

Pero hay algo que le deja muy tranquilo. Ancelotti convive con el debate y la crítica de sus planteamientos defensivos en momentos de dificultad. Le dolió que le quitaran mérito por el partido, de resistencia y esfuerzo defensivo colectivo, que hizo el equipo en el Etihad Stadium. La propuesta de Guardiola fue más ofensiva, pero Ancelotti reconoció a sus jugadores que habían ganado por mentalidad y energía. Un ejercicio de supervivencia mal visto por entrenadores y jugadores rivales, pero necesario para el técnico del Real Madrid y sus jugadores.

Esto va de competir y Carlo Ancelotti ha querido poner el foco en los méritos que han hecho sus jugadores para sobreponerse a las lesiones y no rendirse. Se refiere también a los merecimientos del Borussia Dortmund, equipo que se cargó al Paris Saint-Germain, y que califica de peligroso por ser peleón y luchador.

El italiano se compromete a que su equipo llegará a tope para la final de Wembley y no le importa reconocer que en la fase de grupos fueron solventes y en las eliminatorias tocó padecer torturas. No quiere tener un estilo definido o un único patrón de juego. Pide en sus charlas saber competir en defensa y en ataque.

Pep Guardiola y Luis Enrique ya tienen el bañador puesto. Ancelotti, que sale perdiendo en todas las comparaciones cuando se abre el debate de quién es el mejor entrenador de fútbol, no ha echado el cierre. Sigue con el chándal y los entrenamientos para trabajar la final de la Champions. También con la pizarra.

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