La provocación de Lucas Vázquez: se divierte con las burlas y devuelve sonrisitas a sus enemigos

Lucas Vázquez, tantas veces vilipendiado con las burlas que le desprestigian por su pobre nivel futbolístico, echaba de menos las mofas. El gallego es un liante que tiene la virtud de reírse de sí mismo y en los nueve años que lleva en el Real Madrid ha demostrado que no le afectan las críticas ni el recochineo. Le hacen gracia y las comparte con los compañeros.

Va a cerrar una de sus mejores temporadas en el Real Madrid en cuanto a minutos jugados, contundencia defensiva y ofensiva, sin lesiones y frescura. Tiró de provocación en un día de máxima atención informativa. Despertó a sus enemigos, como si los necesitara, con las risas a la lista de Luis de la Fuente en un mensaje en las redes sociales. El tiempo que duró vigente fue suficiente para avivar la ojeriza de las bestias que le devoran.

Lucas tiene el rol de gregario en el Real Madrid y el derecho a ilusionarse con ir a la Selección. Sigue a España con pasión, la apoya y le desea lo mejor. Pero era muy consciente de la repercusión de sus risas virales y sabía la que se le iba a venir encima. Lucas buscó jactarse a su manera y ser tendencia. En muchas ocasiones no depende de él, pero en esta quiso encender la mecha.

La explicación más sencilla a sus risas es que se cree mejor de lo que opinan sus críticos y esta temporada le han atizado poco. Quería cachondeo, salseo y lo consiguió. Lo que han vuelto a comprobar sus haters es que el gallego tiene una altísima autoestima y esto es bueno para afrontar situaciones de máxima presión. Malo si lo llevas a la comparación con el nivel de otros competidores.

No se puede negar que Lucas Vázquez, al que sus compañeros llaman Cafucas, y de este apodo también se ríe, se siente capaz de todo y cree que está en el mejor momento de su carrera. Este carácter jovial, optimista por naturaleza y atrevido le hizo ilusionarse con una posible convocatoria. Agitó al personal. Una especie de gamberrada.

El club le quiere renovar

Lucas no tendrá nivel para ir a la Eurocopa, cuestionable para otros que sí lo creen y lo ven en mejor forma que algunos que están en la lista, pero sí ha demostrado esta temporada que tiene personalidad para jugar en el Real Madrid. Con el rol de suplente de Carvajal ha sido protagonista en muchos partidos en los que ha mostrado su capacidad competitiva.

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Destacó en el Clásico del Bernabéu con un penalti provocado, un gol y una asistencia. Estuvo en el once contra el Girona en un repaso que sirvió para descartar al equipo de Míchel del título. Jugó, de titular, el derbi liguero contra el Atleti en el Bernabéu. Fue decisivo con el gol de la victoria al Alavés en Vitoria, en el 0-2 en Getafe, y protagonista con el gol de penalti en la tanda que eliminó al Manchester City.

Lucas no va a jugar la final de la Champions de inicio, pero si tiene que salir, de lateral o de extremo, no le van a temblar las piernas. Será mejor o peor, pero la camiseta y el escenario no le pesan. Es la paradoja de un futbolista que lleva desde 2015 en el primer equipo y lo han querido todos los entrenadores. Por su actitud, energía, compromiso y despliegue físico. Con todos ha jugado. Más o menos, pero lo necesitaban por su carácter competitivo.

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Hasta el punto de que el club le ofrece la renovación, cerca de cumplir los 32 años, porque le considera útil y el mejor recambio para suplir las bajas de Carvajal. Lucas, como Joselu, que también es suplente en el Real Madrid, ha demostrado esta temporada que tiene una alta contribución al éxito colectivo. Joselu va a la Eurocopa y en los planes del seleccionador está que sea el recambio de Morata.

Todavía queda por jugarse la final de la Champions en Wembley y se puede solucionar por penaltis. Si Lucas Vázquez está en el campo, seguro que pide el balón y se atreve a tirarlo. Si lo marca, como en Milán y en Manchester, algunos se extrañarán de su decisión y otros esconderán sus burlas. Los elogios suelen ser mínimos. Futbolistas con su personalidad también hacen falta en la Selección.