El gustazo que se da Mbappé de firmar una camiseta del Real Madrid de forma descarada

Kylian Mbappé envía mensajes al madridismo para tener el mejor recibimiento y se ilusionen con su fichaje. Como él lo está para empezar una nueva etapa que dice que será "mágica". En dos días ha sido protagonista por declaraciones y un gesto que le puedan ayudar a su interés de visibilizar el deseo que tiene de jugar en el Real Madrid. Ha dado explicaciones, en la CNN, para dejar claro que no fue fácil salir del PSG en 2022 y que no le desea nadie cómo Qatar presionó para su renovación. Y en la concentración con Francia, delante de las cámaras, firma una camiseta del Real Madrid a un aficionado.

Mbappé adelanta su presentación como nuevo jugador del Real Madrid antes de que se dispute la final de la Champions. No ha podido esperar a que pase el partido de Wembley y ha firmado una camiseta de su nuevo equipo. Este gesto, que no tiene nada de especial y corresponde más a la buena educación de una estrella con un aficionado, no hace mucho habría sido un bombazo. Habría servido para la apertura de medios comunicación deportivos y los que no son deportivos. Habría generado una repercusión mundial.

El morbo ha bajado en la cuenta atrás del comunicado oficial que dé el Real Madrid anunciando el fichaje. Mbappé no puede esperar más y el hecho de lanzarse a firmar la camiseta del aficionado que acudió al entrenamiento de la Selección de Francia es significativo. Está como loco, ilusionado, radiante de felicidad por ponerse la camiseta del Real Madrid.

En otras ocasiones ha tenido que rechazar firmar algo que llevara el escudo del Real Madrid. Le sucedió en una visita de ocio a Barcelona cuando vio a un aficionado con una sudadera del Real Madrid y se dio la vuelta para evitar ser fotografiado. El seguidor que acudió al entrenamiento de Francia es un privilegiado. Tiene la primera camiseta del Real Madrid con la firma de Mbappé.

Es un tesoro porque el fichaje le ha costado sangre, sudor y hasta lágrimas, se podría decir, a Florentino Pérez. El presidente del Real Madrid, enamorado de Mbappé desde que era un niño que se salía en el Mónaco y le parecía el nuevo Ronaldo Nazario, se ha salido con la suya. No lo pudo fichar en 2018 porque en el equipo estaban Bale, Benzema y Cristiano Ronaldo. Se lo quitó el PSG y desde entonces trazó diferentes estrategias, con la complicidad de Mbappé, y la dificultad que nunca se había encontrado en una negociación.

La mano de Qatar

Fichar a Mbappé era una cuestión de Estado. Había que pelear contra Qatar y también contra Francia por los intereses de Emannuel Macron de favorecer a los qataríes. Florentino llegó a ofrecer 200 millones de euros y no recibió respuesta. Se sintió despreciado. Comprobó, al igual que Mbappé, que le harían la vida imposible si no renunciaba al futbolista francés.

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La renovación de hace dos años con el PSG se desarrolló entre chantajes y cantidades indecentes de dinero. A Mbappé no le pusieron una pistola en la cabeza para que firmara. Lo hizo y Florentino se sintió decepcionado. El madridismo, traicionado. Mbappé no dejó de mensajearse con el presidente del Real Madrid, al que le confesó poco tiempo después de la renovación su arrepentimiento.

Esta semana, Mbappé ha desvelado las presiones que recibió para firmar esa renovación. Tenía que jugar el Mundial de Qatar como futbolista del Paris Saint-Germain. "Era más quedarse en el PSG. Era el Mundial de Qatar y había muchas cosas en torno a esta situación. Fue una decisión difícil, pero no me arrepiento de nada porque me convertí en el máximo goleador de todos los tiempos del PSG. Solo quiero recordar cosas buenas, aunque no fue una situación fácil y no deseo que nadie viva eso", declara en la CNN.